viernes, 29 de junio de 2007

SALVADOR


En esta ocasión, por petición de nuestro “tu eliges” (y para que veáis que atendemos a vuestras sugerencias) le ha tocado la crítica a “Salvador”. Lo primero que me gustaría señalar, es que a pesar de que no me ha vuelto loco la película al menos le reconozco el valor de ser comprometida. Ya es hora de que se hagan este tipo de películas en este país y que los productores se mojen con algo que no sean meras comedietas de enredo sin interés.
En estos días se ha celebrado el treinta aniversario de la instauración de las primeras elecciones democráticas, que vinieron precedidas de cuarenta años de dictadura. Y es aquí precisamente donde se engloba esta película, en los últimos y agonizantes tiempos del franquismo. Salvador Puig Antich es un joven militante de una de las facciones que nacieron en estos años, el “Movimiento Ibérico de liberación”. Uno de los grupos que aparecieron como rebelión a un sistema opresor y caduco que tenía a este país anclado en el miedo y la ignorancia. Grupos probablemente necesarios en aquel momento, pero ahora, treinta años después la historia se repite a la inversa y alguno de estos grupos pervive y pretende anclarnos una vez más en un miedo que no tiene ya cabida en nuestra sociedad. Ojalá también en esta ocasión estemos a punto de ser testigos del fin de otro sinsentido.... pero eso es otra historia.

La estructura de la película está dividida en tres partes claramente diferenciadas. La primera cuenta la formación y alguno de los “atentados” del grupo del que forma parte Daniel Brull (Salvador) Esta parte esta rodada de forma semidocumental, con un montaje picado y una estética casi de videoclip. Bajo mi punto de vista, el director Manuel Huerga trata de introducirnos de forma precipitada en el grupo del que forma parte Salvador a base de estética y cortes de montaje. Lo único que consigue (al menos en mi caso) es que no me entere de quién es quién, de qué pintan en el grupo, de cuales son las motivaciones, más que por pequeñas pinceladas que no consiguen la identificación con el espectador y que como las películas que tratan de ser muy intensas durante toda la primera media hora acaben aburriendo y a mi particularmente deseando que se acaben.

Curiosamente cuando ya había tirado la toalla y pensaba que la película había sido sobrevalorada por crítica y por el festival de Cannes (estuvo en Sección Oficial) Llega la segunda parte de la película. Salvador Brühl es detenido y llevado a la cárcel. Y es allí donde conoce al carcelero interpretado por el actor argentino Leonardo Sbaraglia que paradójicamente, interpreta a un español cerrado y poco transigente. Entonces ocurre algo fantástico, la película se detiene. Tal vez por la imposibilidad física de salir de entre las cuatro paredes de la cárcel. Pero de repente cobra otra dimensión. El personaje ya no se mueve por motivos panfletarios poco explicados como en la primera. Los planos están más con los actores, con menos movimientos demasiado evidentes de cámara. Comienza a haber historia. El personaje de Sbaraglia va creciendo plano a plano. Brüll está fantástico en este duelo interpretativo y los personajes adquieren entidad propia dejando de ser personajes para convertirse en personas. Opuestas, pero personas. Completamente diferentes en ideología y en formación, pero complementarios. No contaré más por no destripar la película, pero estamos ante el mejor momento de la película.

La tercera se corresponde con la ejecución de Salvador con garrote vil, que le hace pasar a la historia como el último preso político “ajusticiado” por esta salvaje tortura importada directamente de la edad media. Este último tramo de película es el más emotivo. Después de que hemos conocido a Salvador somos capaces de identificarnos con él. Entendemos su drama. Y no sólo porque desde nuestra visión acomodada seamos capaces de entender que el franquismo fue una mala gripe que había que pasar (parafraseando a Sabina) Sino por lo que habíamos comentado. Porque hemos conocido a la persona y nos gusta. Nos identificamos con él. Entendemos que quería hacer y encima hemos conocido a su familia (especialmente a sus hermanas) que perfectamente podría ser la de cualquiera de nosotros. Mientras pasan los minutos esperamos que llegue un indulto. Que se estropee el aparato de tortura. Que le de un ataque al verdugo (que nada tiene que ver con el de Berlanga) Lo que sea pero que se detenga esta locura. Nada de esto sucede. El pasado ya está escrito y todo termina como promete la sinopsis de la historia. Con la muerte de Salvador. Atrás queda su sonrisa montado en una moto mientras fuma un puro. Imagen que probablemente jamás se borre del inconsciente colectivo de los que conocimos a Salvador Puig Antich a través de los ojos de Daniel Brühl.

Como nota discordante de la película decir que el final está alargado en exceso. Tal vez a la busca y captura de la lagrima fácil (imposible no llorar ante la injusticia, aunque sea por impotencia)... Pero como digo, una película comprometida que no trata de ofender a nadie, sino refrescarnos la memoria a todos los que vivimos en este tiempo, en el que lo que sucedió ayer ya no tiene valor ni importancia hoy... al menos hasta que algún político marrullero lo quiera utilizar para conseguir un puñado de votos utilizando el estúpido argumento de las dos Españas.
Víctor Gualda.

miércoles, 27 de junio de 2007

EL GRAN CARNAVAL - PRIMERA PLANA

EL GRAN CARNAVAL
Estamos ante la que Woody Allen llego a elevar como mejor película de la historia del cine, y esto solo para empezar... .En mi opinión “El Gran Carnaval” es el mejor “thriller político” de la historia del cine, es una crónica de los excesos a que llega un periodista por conseguir el premio Pulitzer (creo que se escribe así), para este papel no podría haber nadie mejor que Kirk Douglas maestro en la interpretación de personajes arrastrados por una deriva emocional que les lleva a situaciones extremas, incontrolables por el mismo, este tipo de papeles los desarrolló con especial maestría en películas como “El loco del pelo rojo”, “Brigada 21”, “Espartaco”, etc, pero en “El Gran Carnaval” roza la perfección.
En esta ocasión el motor de todas las acciones de nuestro protagonista es la ambición. La ambición que en esta película no toma “cuerpo” en ningún personaje, con esto quiero decir que no hay ni “jefes”, ni “organizaciones en la sombra” que le obliguen a nuestro personaje a actuar de la manera que actúa, ni siquiera el mismo es consciente de lo que está haciendo (hasta determinado punto de la película), en este sentido discrepo totalmente de aquellos que entienden esta película como ”un estudio del lado más oscuro del ser humano”. Está película no pretende analizar a ningún sujeto, todo lo contrario el protagonista es víctima de una lógica despiadada; la competencia desmedida, la búsqueda del éxito a cualquier precio, la lógica instrumental sin tener en cuenta ningún valor humano, el capitalismo en su cara más descarnada, en este sentido el personaje que interpreta Kirk Douglas es un objeto.
Una de las características del cine de Billy Wilder es la ironía y una visión ácida de lo humano, pero la extraña ausencia de estos elementos en “El Gran Carnaval” a mi modo de entender no es casual, porque en esta película no hay una reflexión sobre “lo humano” sino todo lo contrario es una reflexión sobre “aquellas creaciones humanas” que se independizan de su creador y acaban sometiéndole, esto en términos filosóficos se llama alienación.
Además de la magistral reflexión sobre la alienación en nuestras sociedades, Wilder hace un manejo de la tensión dramática inigualable, este autor que es más conocido por su especial habilidad para crear situaciones cómicas, en este película nos da lecciones de cómo se construye un thriller, no sólo no perdiendo el pulso dramático en ningún momento sino no utilizando ningún recurso fácil, ni engañando al espectador, la realidad es la que estamos presenciando y no hay ningún giro argumental para dejarnos totalmente desubicados de esa trama original (este recurso de dar un giro de 180 grados en determinados puntos de la trama, tengo que reconocer que en ocasiones y en algunos casos me genera una especial crispación, sobretodo si es una “huida” ante la falta de guión).
Con la edición de “El Gran Carnaval” en DVD tenemos la oportunidad de disfrutar de un cine que consigue como en muy pocas ocasiones articular una sólida reflexión con una estructura dramática propia del gran cine de entretenimiento norteamericano.

Eregoyan.



PRIMERA PLANA
Hace un par de semanas que se ha editado en DVD “Primera Plana” (1974) Una de las míticas colaboraciones del trío Wilder, Matthau, Lemon, y una de las últimas películas del director. Después sólo rodó “Fedora” (1978) y “Aquí un amigo” (1981) Esta última con “En bandeja de plata”(1966) y la que nos ocupa forman la trilogía de colaboraciones de los tres cómicos. “Primera Plana” es de mediados de los setenta y marca el final, por una parte de la censura en el cine americano y por otra la época de los grandes estudios. Acababan de irrumpir en el panorama unos revolucionarios con barbas, admiradores del cine de auteur frances y del neorrealismo italiano con sed de huir del encorsetamiento de los estudios y contar historias más directas, con otro estilo de rodaje, en decorados reales. Se trataban de los Scorsese, Coppola, Spielberg, De Palma etc... (aunque luego, paradójicamente, todos ellos entraron en “el juego de Hollywood”)

Como sabemos Wilder empezó su carrera en EEUU como periodista. Pero él mismo afirma que la película no tiene relación con su experiencia personal. Tal vez esta, esté más relacionada con su anterior incursión en el mundo del periodismo “El gran carnaval (1951) De hecho “Primera Plana” es un remake de la exitosa “Luna Nueva” de Howard Hawks.

Lo que hizo grande a Wilder fue su trabajo como guionista. A partir de 1934 que dirige su primera película “Curvas Peligrosas” coescribió todas sus películas con varios colaboradores. Pero la relación laboral más fructífera tal vez sea con I.A.L Diamond, coguionista de la película que nos ocupa y de otras como “El Apartamento” ó “Con faldas y a lo loco”.
Comienzo con el guión porque al igual que el propio Wilder creo que es la base de cualquier película y en concreto de esta extraordinaria obra maestra. Casi toda la película se desarrolla en escasos cinco decorados. Siendo la sala de prensa el principal. Pero lejos de hacer que la película se estreche, la escasez de decorados la hace más grande con una puesta en escena excepcional. Wilder mueve a sus actores por el escenario como piezas de ajedrez. Ello acompañado por la fuerza de estos, desde los dos protagonistas hasta una jovencísima Susan Sarandon perfecta en el papel de sufrida prometida. Tal vez la única que bajo mi punto de vista esté un poco sobreactuada en algún momento sea Carol Burnet que lleva muy al extremo el único papel dramático del film (el personaje del condenado a muerte es pura comedia).

Esta casi todo dicho. Con un guión brutal, una dirección magnifica y unos actores extraordinarios es difícil que el resultado sea malo, y menos si el director es Billy Wilder. De todas formas hay que matizar que algunas películas maravillosas con el paso del tiempo han perdido su encanto. Lo mejor de “Primera Plana” es que ha envejecido estupendamente. Los temas que aborda (en un tono de comedia, al contrario que “El gran Carnaval”) son de máxima actualidad. La deformación de la realidad por la prensa, los diferentes puntos de un mismo acontecimiento dependiendo de quien los cuente, la competencia desleal y sobre todo una crítica descarnada del uso de la prensa por intereses políticos

La película comienza con una de esas secuencias que tanto le gustan al maestro Wilder en la que un acontecimiento dramático está sacado de contexto por lo que se desarrolla alrededor. En este va a producirse la ejecución de un hombre (un comunista, uno de los miedos de la sociedad americana) que circunstancialmente ha asesinado a un policía. Pero toda la importancia y seriedad del arranque se ve arrasado por una secuencia genial que define el tono de la película, presenta a los personajes, la trama, el tema... todo en apenas quince minutos y consiguiendo que no puedas apartar la vista de la pantalla por temor a perderte alguno de los detalles de interpretación o gags del guión. La película no pierde un segundo el ritmo y antes de que te des cuenta ya te ha presentado al personaje que lleva la película. Un enamorado Jack Lemon que se ha despedido del diario "Chicago Examiner"... pero especialmente de su jefe, un Walter Matthau capaz de lo que sea por no perder a su mejor periodista en la “mejor” situación. Cuando parece que todo va a seguir su curso. El psicólogo de la prisión. Un alemán obsesionado con el psicoanálisis Dr Eggelhofer (interpretado por Martin Gabel, parodia divertidísima del psicoanálisis) consigue que el preso Earl Williams (que tiene un desconcertante parecido con el primer Woody Allen) se escape. A partir de ahí todo gira en torno a la fuga, y en como salvaguardar una exclusiva que puede ser un bombazo. Mientras, por otro lado una desesperada Peggy “Sarandon” hace lo que puede por conseguir que su futuro marido deje de una vez por todas su profesión para trabajar en una agencia de publicidad. La fuga del preso comunista no hace más que añadir elementos para que la comedia se dispare... y no contaré nada más, si no la habéis visto no os la perdáis, y si la visteis hace años volved a verla porque realmente merece la pena.

Como anécdota para terminar, sólo añadir que años después Wilder renegó de la película porque según decía.... “cuando Hetch y MacArthur (“Luna Nueva”) escribieron la historia era absolutamente actual. Es decir, es una sátira de los años veinte sobre los años veinte. Cuando se lleva al cine cincuenta años más tarde, se convierte en una película costumbrista corriente". Lo mejor es que vosotros mismos juzguéis.
Víctor Gualda.

miércoles, 20 de junio de 2007

AZUL OSCURO CASI NEGRO... O EL CINE ESPAÑOL



He decidido emprender la crítica de esta película, porque a pesar de que hace meses que nos llegó (21-09-06) resulta ser la única película que mantiene el tipo frente a los estrenos estadounidenses que abarrotan nuestras estanterías cada semana. Poco se puede decir en contra de esta película que ha sido la gran triunfadora de este año con el permiso de Almodóvar... ( aunque “Volver” se ha alquilado mucho menos que la del debutante Sánchez Arévalo).

El caso es que a pesar de que reconozco el valor de la película, a pesar de que me ha gustado (la he visto dos veces) hay algo que me hace rebelarme contra ella. Tal vez el reparto, tal vez la estética, tal vez que cuenta una historia que hemos visto mil veces, tal vez la envidia (por que no), tal vez el traje de Arévalo cuando recogió sobreactuado el Goya, o las palabras de agradecimiento mil veces ensayadas frente al espejo... no lo sé. Pero hay algo que no encaja. De acuerdo. La película está bien. Pero... ¿Por qué este año las únicas películas del cine español que funcionan son de debutantes? “La distancia”, “Concursante”,”La noche de los girasoles” (película por cierto más arriesgada y mejor a nivel estético y de guión que la que nos ocupa) ¿Qué está pasando con el cine español? ¿Por qué tenemos la sensación de que se está yendo a la mierda?(si, esta es la palabra que quiero usar) ¿Por qué se producen al año más de cien películas y apenas una docena tienen algún tipo de difusión? ¿Por qué hay cuatro productores en este país que parecen los señoritos de la finca? ¿Por qué tienen tanto ego que se creen por encima del bien y del mal? ¿Con qué criterio seleccionan los guiones? Peor aun... ¿Quién los selecciona? Tal vez algún becario que acaba de terminar el master del grupo Prisa y le pagan quinientos euros al mes (con suerte) ¿Por qué el nivel en el resto de Europa es infinitamente más alto? ¿Por qué este país sigue funcionando por amigismos?... estas y otras preguntas nos hacemos los aficionados al buen cine (por no preguntarnos el por qué de la censura de las series de televisión que se merecen un capítulo aparte)

Lo vuelvo a reconocer. “Azul oscuro casi negro” es una muy buena película. Al menos por comparación. Su merito principal es un guión consistente defendido por unos actores creíbles. Especialmente destacable la interpretación de Raul Arévalo que se quedo sin Goya a favor de su compañero de reparto y protagonista de la peli Quim Gutierrez. (Aunque después de su reacción tal vez se lo merezca) También está bien Marta Etura en el mejor personaje del texto. El gran merito de la película, combinar a la perfección drama sin traspasar la frontera del melodrama. Un padre parapléjico, Una joven en la cárcel por culpa de un novio desaprensivo, que para colmo se quiere quedar embarazada... drama en estado puro combinado con una dosis importante de comedia (centrada sobre todo en el personaje de Arévalo y de su relación con su padre) Guión, dirección e interpretación muy equilibrados en definitiva.

El año que viene nos tocarán otro par de buenas películas de debutantes, la del director consagrado (vaca sagrada de turno) y nos seguiremos preguntando cuándo se hará buen cine en este país. Y por supuesto encontraremos las respuestas de siempre. Porque los jóvenes no despuntaran si no está detrás una productora que les venda bien como es Tesela en el caso de “Azul...” distribuida por Sogepaq (los papis de Tesela) Porque no hay circuitos alternativos ni nunca los habrá. Porque no hay apoyo REAL de las instituciones. Porque se ahogará mientras se les da palmaditas en la espalda a los independientes de verdad. Porque él que quiera hacer una buena película tendrá que hacer el petate y largarse a EEUU (igual tiene la suerte de Fresnadillo número dos en taquilla americana detrás de Spiderman) Porque somos un país de paletos con corbata que nos creemos lo que en realidad somos, el culo del mundo. Porque esto va de mal en peor y nada ni nadie sea del partido político que sea lo cambiará... Lo que me lleva a hacerme una pregunta más. ¿Por qué no volvemos a hacer películas como las de Alfredo Landa, Esteso y Pajares? O mejor aún películas como “No desearas al vecino del quinto” ó “Atraco alas tres” (obras maestras indiscutibles). Al menos entonces teníamos la capacidad de reírnos de nosotros mismos .

Víctor Gualda.

AZUR Y ASMAR

“Esta es una película muy bonita y me ha gustado mucho” así empecé muchas de las críticas en el colegio y este es el núcleo central de mi argumento en está reflexión. Plásticamente la película utiliza un tipo de animación innovadora, con un variado abanico de colores y de formas que como experiencia visual justifica la realización de la película, pero el desarrollo de la trama es igualmente brillante nos introduce en el mundo de las fábulas orientales en clave “Las mil y una noches”.
Esta fábula perteneciente a la tradición musulmana de afirmación del respeto y la tolerancia como valores humanos trascendentales frente a la actual deriva de interpretaciones fanáticas de lo “musulmán” (que por desgracia tienen tanta fuerza en las caóticas sociedades musulmanas de la actualidad). Esta perspectiva tiene especial relevancia como mirada más conciliadora de la relación entre diferentes culturas y diferentes tradiciones religiosas, algo propio de otros contextos históricos en Oriente Medio que en la actualidad parecen haber pasado al olvido colectivo.
Además de estos ingredientes, la voz en off en este caso es un recurso evocador de la tradición oral propia de sociedades premodernas, algo característico de este tipo de relatos ancestrales.
En definitiva tanto como propuesta visual como mensaje social “Azur y Asmar” compone una amena fábula aconsejable tanto a mayores como a pequeños (que los tenemos tan mal acostumbrados a videojuegos, videoclips, y películas de animación efectistas) .

lunes, 18 de junio de 2007

FRENESÍ


Resulta curioso ver las películas testamentarias,aquellas en las que los directores,ya en edad de jubilación,reorganizan,revisitan o cierran su obra.Algunos,como Resnais transmutan la gravedad pasada en frivolidad.Bresson o Kubrick muestran sus trabajos más maduros, el culmen de su estilo y cinismo.Godard traduce su amargura en obras esotéricas e infumables.Y otros sencillamente juegan,como Welles y su maravillosa "Fraude".
"Frenesí" es la penúltima película de Hitchcock.Como en toda su obra, pivota entre lo ligero y lo grave,el terror y el absurdo.Su humor negro no nos indica que ya esté de vuelta de todo,pues siempre lo ha estado.
En esta película se repiten algunos de sus temas,su manera de concebir el suspense,su maniqueísmo,la riqueza de mostrar diferentes puntos de vista,cierto respeto por el espectador y una concepción de la imagen y el montaje soviética(poco se ha hablado de ésto,pero Hitchcock continúa a Eisenstein en este sentido).

La trama se desarrolla en Londres.Se nos presenta como un lugar idílico,elegante y civilizado. Si bien pronto se produce una ruptura cuando el Támesis arroja un cuerpo desnudo:hay un estrangulador que sigue cobrándose vidas.A partir de ahí,abandonamos el Londres de postal,situándose la acción en el terreno cockney,en los pubs y los mercados,donde actúa el asesino. De nuevo tenemos un personaje y su vivisección:se trata de un fracasado ex-piloto de la RAF,divorciado,en bancarrota y despedido de su empleo por alcohólico.Si su degradación social no es suficiente,hay pruebas inapelables que le incriminan por los estrangulamientos.A lo largo del filme ha de escapar de la fuerza de la atribución,demostrar su inocencia y reconstruir su personalidad.
No quiero destripar la película,por si no la habeis visto,así que pasamos a otras consideraciones.
Hitchcock está en plena forma,y tal vez influido por cierto cine europeo de la época (Antonioni,Bresson) se muestra más sintético que nunca,con escenas asombrosamente breves pero cardinales,donde explora aspectos fuera de la trama,aunque nunca pierde la economía narrativa.
La economía que mencionamos se sintetiza en los asesinatos del estrangulador:como golpear primero es importante,el primero de los asesinatos se nos muestra en su total brutalidad,y los siguientes son eludidos,mostrándonos las consecuencias,con algún flashback o implicando al espectador negándole el espectáculo,en un espeluznante y dilatado travelling mientras en off sucede la acción.La imaginación es poderosa,y con el primer asesinato como referente construye el espectador el segundo.
Otro aspecto a señalar es el excelente uso de la imagen y el montaje.Hitchcock es de los pocos que consigue introducirse en nuestras pesadillas,y si cuando nos duchamos miramos de reojo las cortinas o cerramos las mismas ante los mirones del edificio de enfrente,en "Frenesí" la secuencia del asesino en el camión que lleva los sacos de patatas y a un fiambre tiene esa fuerza expresiva.
"Frenesí" es un discurso cerrado.Hay dos vectores(los dos protagonistas)que avanzan y relanzan la trama. Cuando coinciden de manera casual se producen los giros en el guión,conformándose así una macabra trampa(genial la resolución del primer asesinato en este sentido,con tres personajes que se suceden en un mismo escenario),que encierra a un personaje en la mayor de las indefensiones.Cuando el maestro del suspense lo decide,vuelve a tirar los dados,para establecer el orden.Al espectador poca opción le deja,salvo la empatía, y la sensación de que no estamos a salvo ni de nosotros ni de los demás.

Zero en conducta

viernes, 15 de junio de 2007

EN BUSCA DE BOBBY FISCHER



Acaban de editar esta “pequeña joya” por no decir “Pequeña obra maestra del cine”... (comercial eso si, por si acaso alguien se siente herido en su sensibilidad y sólo admite en esta categoría a Tarkovski y Angelopoulos) El caso es que recordaba la película de la época por la que se estreno en VHS allá por el lejano 1994. Cuando metí el disco en el DVD no las tenía todas conmigo. Últimamente llevo una racha de películas que en su día me encantaron y ahora, con el paso de los años las he vuelto a ver y han perdido su magia o han envejecido mal. A pesar de que tenía la sensación de un recuerdo estupendo (porque del argumento apenas recordaba nada) tampoco ayudaba el hecho que el protagonista de la película sea un niño de siete años. Si a esto añadimos que todo se mueve en torno al ajedrez y que lo único que sé de este juego es mover las fichas pues las expectativas no eran muy halagüeñas... Total, que mientras todos estos pensamientos cruzaban por mi mente, le di al “play”. No me volví a mover del sillón hasta el final de la película.

Steven Zaillian es el director y guionista de la película. Tal vez no os suene el nombre, pero si os digo que es el guionista de la multioscarizada “La lista de Schiller” la cosa cambia. Pues resulta que la película está basada en la historia real del niño jugador de ajedrez, Josh Waitzkin.... Steve (que se declara fiel fan de las películas de la novelle vague francesa), opina que “Rocky” (se lo dedico al que hizo aquel comentario en la crítica de “Rocky Balboa”) acabo con el buen cine americano que se había comenzado a hacer en los setenta y condicionó al tipo de héroe de las películas, que de ser un tipo normal que podía conseguir o no su objetivo, pasaba a ser un súper héroe que conseguía lo que se proponía sin que nada se interpusiera en su camino. Zaillian dice no estar de acuerdo con este concepto de cine y busca personajes complejos, con crisis, con dudas, con miedos, que a veces se superan y otras no. Pero gente con la que te puedes cruzar por la calle a fin de cuentas.

Josh Waitzkin (interpretado por Max Pomeranc) es un niño normal que de forma autodidacta aprende a jugar al ajedrez. Su padre (Joe Mantegna) al descubrir el talento del niño trata de motivarlo, pero no sabe como acercarse a él. Lo lleva a una especie de guru para que le enseñe las claves. El guru Ben Kingsley trata de llevarle por el lado más estricto y metodológico del juego, mientras al niño lo que le gusta es jugar en el parque con los desheredados y perdedores, pero especialmente con su amigo negro Laurence Fishburne. Un jugador mucho más anárquico y antitesis del personaje de Kingsley (personaje pensado para aligerar el dramatismo y que los desheredados también nos sintamos identificados). Por otra parte Joan Allen interpreta a la madre del niño, tal vez el personaje más equilibrado de cuantos están alrededor del joven genio. Lo único que a ella le importa es que su hijo esté bien, y hará lo que sea necesario para conseguirlo. Es curioso ver como Zaillian (que por si no lo he dicho antes tiene créditos de Director y Guionista) ha conseguido hacer girar toda la trama en torno al niño (héroe) pero con la peculiaridad narrativa de que su personaje no cambia, permanece leal a unos principios más propios de un adulto, mientras que todos los personajes que circulan en su orbita cambian. Pero sin embargo es la evolución de los que le rodean lo que hace crecer al personaje principal. Es una paradoja en el tratamiento habitual de los personajes que sin embargo funcionan a la perfección en esta película.

En cuanto a la estructura del guión, es de manual. Los actos están perfectamente definidos, pero Zaillian introduce una nueva novedad. Presenta al antagonista al principio del segundo acto, acompañado a su vez por el personaje reflejo del de Kingsley, lo cual lo convierte en un doble conflicto porque es el honor de Ben lo que está en juego. Max le observa, le analiza y le acaba teniendo miedo. Lo que le bloquea y crea un conflicto. En la trama con su nuevo “enemigo” y consigo mismo y sus propios miedos por otro lado. Esto se completa con un miedo más (tal vez el motor de toda la historia) del niño a decepcionar a su padre, que a estas alturas de la película se ha transformado de un padre humilde a un padre demasiado orgulloso. La secuencia culminante de la relación entre ambos es bajo la lluvia, después de que Josh se haya dejado vencer por un rival mucho más débil, mientras el padre se lo recrimina, él sólo es capaz de pedirle que le abrace.... Sencillamente brutal.

Por otra parte el Zaillian guionista domina los diálogos indirectos a la perfección. Para muestra un botón. Su madre le habla de si quiere pizza mientras pasan por el parque, él mantiene un diálogo intrascendental, mientras de reojo no puede dejar de mirar a los jugadores de ajedrez del parque, que es donde le gustaría estar a él.

El tercer acto no podía ser en otro sitio que en el campeonato en el que por fin el niño se va a tener que enfrentar a sus miedos y a su rival. El apoyo de sus padres y de sus maestros hacen que el final sea previsible pero emocionante... a fin de cuentas estamos viendo una película comercial con un niño de siete años como protagonista...

Lo mejor de la película es sin duda un reparto de actores excepcionales, tanto secundarios como de reparto y una guión sin alardes pero muy bien pensado y estructurado. Que el personaje del niño es real y no te quedas con la sensación de haber visto un melodrama de tarde de los de Antena 3. Además hay que destacar las imágenes documentales reales sobre la evolución del propio Bobby Fisher que acompañan toda la película y que dan un soporte más a la trama principal. ... En fin una maravillosa delicia de película sólo acta para los que se dejan llevar por la historia y los personajes y no por otros argumentos más intelectuales.

Víctor Gualda.

martes, 12 de junio de 2007

BLOOD FOR DRÁCULA

Recientemente se han editado en DVD cinco trabajos del binomio Paul Morrissey-Andy Warhol,este último como productor.Aquí cabe decir que el impacto de Warhol como mecenas ha sido bastante afortunado,pues intramuros de la Factory tuvieron cabida jóvenes artistas y le debemos que impulsara a la Velvet Underground.
La película que comentamos es una de la muchas versiones del personaje de Bram Stoker, que a su vez recogió el testigo de una tradición oral centroeuropea:el vampirismo.
Dráculas negros,cazavampiros,vampiras ninfómanas,condesas dráculas,nosferatus....Las variaciones sobre el tema han sido tremendas, en muchos casos con el único afán de explotar la sexualidad o la taquilla a costa de un personaje arraigado en nuestro inconsciente colectivo.
“Blood for Drácula” es una película atípica,pues recoge a nivel estructural todo lo que conlleva el personaje,pero da un giro de tuerca asombroso.
Es un drácula humano, más víctima que agresor,que ante el devenir de la historia ha de plegar la capa y aceptar que el mundo ha cambiado:es el paso del mito al logos.
El primer plano de la película ya lo muestra, pues Drácula se maquilla y tiñe el pelo ante el espejo.Como la célula al organismo, sintetiza todo el drama del filme y el personaje:la máscara y el reflejo.
El argumento es sencillo:el conde Drácula y su familia agonizan en su castillo.Se vé obligado a emigrar,coge sus enseres y marcha a Italia,donde supone que encontrará vírgenes de las que alimentarse,pues se trata de un país muy católico.
Sin desvelar la trama,decir que aquello que supone el mito de Drácula está ahí:la llegada del intruso,del caos que altera la estabilidad de la mojigata sociedad victoriana, una sexualidad inexplorada y extasiante, la inmortalidad y su condena, el héroe que conduce a la sociedad agredida a restablecer el orden...Dicho más sintéticamente, la lucha del bien contra la agresión del mal.
Paul Morrissey, con la ayuda de Tonino Guerra en el guión, le da la vuelta.
Como némesis de Drácula no tenemos a un hombre de ciencia (Van Helsing), sino a un malencarado Apolo (Joe D´Alessandro), un campesino que incomoda a Drácula no sólo por haber desvirgado a las chicas que se le ponen a tiro a éste,sino también por sus ideas socialistas,que repite entre polvo y polvo,augurando una nueva sociedad sin amos ni esclavos,pronosticando una revolución inminente,como la sucedida en Rusia poco antes que en el desarrollo de la trama.
Esta revolución más moral que social fulmina aquello del mito como creencia y dogma,dando lugar a un mito como expresión inconsciente de la naturaleza humana.
Y Drácula sufre, agoniza, se hace mortal, no puede consumar sus deseos,porque el mundo pertenece a un hombre nuevo,que ha roto con las cadenas de una moral desfasada y es el motor de la historia y los cambios de ésta.
Comentaros también que la película es impecable,pues a un guión estupendo y muy sólido añade unas interpretaciones magistrales,una puesta en escena y un trabajo de imagen mucho más acertado por parte de Morrissey que en sus otras películas.
Se rodó poco después de “Flesh for Frankestein”, también en Cinecittá, cuenta con un cameo genial de Polanski, y Vittorio de Sica (que encarna a un marqués venido a menos) muestra su gran vis cómica.
En resumen,una más que recomendable película,que pese a su tono en muchas ocasiones cómico no cae en el esperpento,con escenas de cama,momentos de tensión y terror y alguna escena memorable,como cuando el príncipe de las tinieblas se lanza por los restos de la sangre del himen de la pequeña Perla,desvirgada por Joe D´Alessandro para impedir su vampirización.


Zero en conducta

sábado, 9 de junio de 2007

KILL BILL



En nuestro apartado de sugerencias nos proponían que comentáramos la versión extendida de “El señor de los Anillos”, pero creo que la crítica que Kevin Smith introduce en el guión de la divertida “Clers II” refleja a la perfección mi opinión sobre la larga saga de Peter Jackson. (Yo también pertenezco al bando de “La guerra de las galaxias”) Así que pasamos de esa sugerencia y comentamos otra petición... “Kill Bill”. Aunque aviso a nuestro solicitante que a mi me pareció una obra maestra. No a la altura de “Reservoig Dogs” o “Pulp Fiction”, pero una obra maestra más del pirado de Tarantino. Tal vez este sea el peor defecto de la película. El ego del propio director. Quentin (otro de la familia) estaba disfrutando aún de las mieles del éxito de crítica y publico de “Pulp...”, Miramax (Los hermanos Weinstein) comían de su mano encantados de poder contar con una película comercial y de autor en su cartera. Disney miraba con recelo la violencia del director, aunque no decía nada por el beneficio que habían conseguido con una película de “bajo presupuesto”. El público en los festivales le adoraba y aplaudía sus excentricidades. Tarantino se convirtió de la noche a la mañana en un showman adorado y respetado en todo el mundo. Tenía entre manos un proyecto sobre la segunda guerra mundial. Pero era demasiado costoso, caro y con un guión aún poco trabajado. Su ego se desbordaba y acepto colaborar en el proyecto colectivo de “Four Rooms” con un homenaje a uno de los capítulos de la serie de Hitchcock para la televisión. Su capitulo se comió en duración al de los otros tres directores con el apoyo de Harvey Weinstein que veía en Tarantino una especie de gallina de los huevos de oro a la que había que exprimir. Acabo peleado con todos menos con Robert Rodríguez, Acepto rodar Jackie Brown, aunque con el guión de Kill Bill bastante perfilado. “Four Rooms” fue un fiasco de critica y sobre todo público. A “Jackie Brown” la destrozó la crítica (incluso el propio director renegó de la película) y para colmo Tarantino tuvo que esperar para comenzar el rodaje de Kill Bill porque Uma Thurman estaba embarazada. Así que todos estos acontecimientos y el hecho de demostrar que el éxito de sus primeras películas no había sido casual le hizo embarcarse en su película más pretenciosa hasta el momento. No quiso suprimir nada del guión. Le dio tratamiento de saga y convirtió a Uma en la vengadora de un Western homenaje a las películas orientales que tanto le gustaban cuando aún trabajaba en su antiguo videoclub (él mismo consideraba a Cristian Slater su alter ego en “Amor a quemarropa”, véase el diálogo de esta película sobre las películas orientales de acción)).

El argumento es de sobra conocido. Una ex asesina a sueldo ha decidido dejar las armas al descubrir que está embarazada (el personaje esta basado en “The Bride” de Q&U). Pero su ex jefe y ex amante (Carradine) no está dispuesto a dejarla marchar tan fácilmente. Así que decide eliminarla. Tras años en coma, Uma despierta y comienza su despiadada venganza.

Estructural y narrativamente “Kill Bill” tiene muchas cosas en común con “Pulp Fiction”. Utilización continuada de flash backs, situaciones descabelladas, personajes grotescos, subtramas disparatadas, una vez más fetichismo del director (con la secuencia de los pies de Uma dentro de la “coñoneta”), diálogos divertidos y retorcidos (el mejor sin duda en el clímax de la película cuando Carradine y Uma se reencuentran sobre los poderes de Superman es genial) En el caso de esta comedia hay que añadir secuencias de acción muy bien rodadas, homenajes a los héroes de la infancia del Tarantino espectador (Sonny Chiva y demás) y constantes guiños a películas orientales. Un cortometraje de animación que tal vez sea lo mejor de la primera parte. Con el permiso de una Uma tierna y desalmada, que hace una interpretación memorable. El otro actor que destaca por encima de todos es Michael Madsen que vuelve a cuajar una actuación magistral con una especie de auto parodia del perdedor conformista que no lo es tanto. A destacar todas las actrices femeninas de la película que perfectamente podían haber recogido el premio ex aequo a la mejor actriz femenina en Cannes mucho más merecidamente que las protagonistas de “Volver” el año pasado.

En cuanto a los defectos de la película, son tan grandes como sus propios aciertos. En el afán de Tarantino por no dejar nada en el aire, sus flash backs explicativos ralentizan el ritmo de la película haciéndola pesada y densa en muchos momentos. Hay demasiadas historias en juego, y Tarantino las trata todas como pequeñas películas más que como parte de un guión compacto. Este ritmo lleno de altibajos tan intensos hace que el espectador se agote y acabe perdiendo interés. Algunos de los flash backs son completamente innecesarios como el que muestra la masacre de la capilla en la que tendrá lugar la boda . Rodado en blanco y negro (al parecer para reducir el impacto sangriento de la imagen) que se repite a lo largo de las dos películas sin aportar nada. Algunas de las historias son demasiado largas más por mitificación y por admiración del director que por necesidades de la narración, como la de la famosa catana... A mi particularmente me disgusta el final de la película. Después de que Bill haga las presentaciones entre madre e hija, la película de vuelve a parar en una secuencia tan emotiva como innecesaria, para luego pasar a la secuencia en la que hablan de Superman. En vez de aumentar la tensión a la espera del combate final, nos vamos aburriendo. Cuando menos lo esperamos el combate se produce sentados en una silla en una secuencia de apenas un minuto para acabar con un Bill que se levanta y se atusa para morir con la dignidad del guerrero que durante la película nunca vimos que fuese... Equivocación bajo mi punto de vista la de no hacer que su personaje nos cayese bien desde el principio y que en ningún momento nos sintiésemos identificados con esta extensión de kung fu venido a menos. Su personaje tenía que haber tenido un carisma que debía haber mostrado desde el principio, y haber tenido una muerte mitológica. Desde mi punto de vista es un poco “cutre” que todo ocurra en el jardín artificial de su chalet adosado tras el golpe secreto que nos contaron durante media hora (otra secuencia innecesariamente larga) en una subtrama en la que vimos al detalle como Uma se convierte en guerrera.

Total, que la peli tiene todos los ingredientes de una obra maestra (más diría yo), pero al final se queda en un quiero y no puedo genial, que espero con el tiempo se aprecie como realmente se merece. El problema es que el público en general espera un “Pulp Fiction 2” que probablemente nunca llegue, y que a Tarantino le hacen falta un par de fracasos más para bajar al mundo de los mortales y poder volver a ser genial. Porque si algo le sobra a este niño grande es talento.

Víctor Gualda.

viernes, 8 de junio de 2007

SCOOP


Tengo que reconocer que con Woody Allen no soy objetivo... y además que me encanta no serlo. Llevo viendo las películas de este pequeño genio desde que tengo uso de razón, y cada año espero que estrene la siguiente con entusiasmo. Para mi es como ver una serie de televisión en la que estás esperando que llegue el siguiente capítulo cada semana. Pero en su caso los capítulos se hacen esperar un poco más. Después de salir del cine siempre me voy con una sonrisa de satisfacción por el deber cumplido.
Este año tocó su segunda película europea (por producción, no por localizaciones) “Scoop”. En la que Woody (le trato con confianza porque parece casi de la familia) encarna a un mago de gira por Europa. Pero en este caso los protagonistas son, la guapa Scarlett Johansson, aprendiz de periodista que se deja llevar más por los sentimientos que por la razón, y el fornido “Lobezno” Hugh Jackman de profesión millonario. Ellos acompañados de Ian McShane, un periodista “de los de antes” capaz de regresar desde el mundo de los muertos para prestarle una exclusiva a la Johansson.
Con esta premisa que da credibilidad a una trama en la que todo es posible. El periodista que descubre la noticia de su vida (paradójicamente cuando ya está muerto) utiliza al mago Allen como médium para soplarle la noticia del año a una no muy avispada Scarlett, periodista universitaria americana. Juntos Allen y Johansson forman el tono cómico de la película. Es evidente que entre ellos hay complicidad y eso se nota en la interpretación. El trío lo completa un personaje en otra onda interpretado por un correcto, pero sin alardes Hackman del que la rubia se enamora en cuanto le echa el ojo. Guapo, alto, hijo de aristócrata millonario y según el periodista fantasma, asesino a tiempo parcial. Aquí arranca la trama en la que la pareja trata de descubrir si realmente Hugh es el “asesino del tarot” (una nueva connotación mitológica de las que tanto gusta el director utilizar en su cine).
A destacar el juego que tan bien practica Woody Allen, aprendido del maestro Lubitsch, de desarrollar secuencias cómicas con puertas (me refiero a la secuencia en la que entran y salen de la cámara buscando pistas, mientras se desarrolla la fiesta en el piso de arriba)

Tal vez el único punto flaco de la película sea el final del mago Splendini. ¿Era necesario que tuviese un final tan poco heroico? ¿Está justificado su final para que tenga oportunidad de mostrar sus trucos en su “viaje final”? ¿No resulta más ridícula que graciosa su secuencia en el Smart? ¿La marca de coches puso dinero en la película? ¿Le sucede lo mismo a Allen que a Scorsese y la gran Manzana está demasiado mordida? ¿Es cierta la crítica que tantas veces escuchamos de que siempre cuenta la misma historia? En realidad da la impresión de que Allen se encuentra a gusto reciclándose en el mismo personaje, las mismas situaciones, la misma estructura de guión, pero con mucho más estilo que otros pretendidos grandes cineastas españoles que reciclan, cortan y pegan con mucho menos sentido.
El resultado es una película divertida, sin ser de las mejores del maestro, pero a la altura de sus anteriores trabajos. Personalmente me resulto más entretenida que “Match Point” (otro recorta y pega pero de obras de más calado, Hightsmith y Dostoievski) a la que reconozco más trasfondo, más argumento, poca originalidad, peor interpretación (sobre todo de su protagonista Brian Cox) y por supuesto, el hecho de que ser un drama siempre parece que puntúa más alto que la comedia.
Al final la sensación de siempre, a ver qué tal es la próxima... y sobre todo ¿Reconoceré en la pantalla las localizaciones de la película que en verano comienza a rodar en España?

Víctor Gualda.

CONTROL(ANTON CORBJIN,2007).UN AVANCE


Ya se proyectó en Cannes,con éxito de público y algún premio,este biopic sobre Ian Curtis,la voz cantante de los Joy Division (sí, es una provocación,pues así se denominó al escuadrón de judías con las que los nazis descargaban tensiones).
Quien guste del punk y sus variaciones no necesita comentario alguno,estos chicos de Manchester marcaron un punto de inflexión.Duraron poco,pues Curtis se suicidó en 1980,pero su producción fue inmensa.
En este caso,y tras la divertidísima “24 hours party people”, se atreve Anton Corbjin a recordarnos esos años de efervescencia.Muchos pensareis que quién es este tipo:deciros que es un estupendo fotógrafo,que trabajó para la “New musical express” aquellos años y trató de primera mano a los “Joy division”,e hizo unas fotos excelentes de ellos.
También comentaros que realizó algún videoclip,como “Personal Jesús” para Depeche Mode.
Podemos estar tranquilos,pocos tienen más autoridad que este holandés para hacer una película sobre Ian Curtis.
De lo poco que sabemos es que Sam Riley interpreta al genial epiléptico (esperemos que menos espírico que Sean Harris en “24 hours”) y Samantha Morton a su esposa Deborah.
Para quien se pregunte qué pasó con estos chicos,tras la muerte de Curtis pasaron a ser “New order”(otra provocación),pero nada volvió a ser igual,la discoteca y las discográficas mandan.
Mi chica dice que ya le flipaban a Curtis los sonidos de los incipientes “Kraftwerk”,y no le voy a quitar razón,teniendo en cuenta que es quien me hace el nudo de la corbata.
Mientras esperamos su estreno en España,he aquí unos testimonios audiovisuales de los Joy Division,y qué viva el sonido sucio!!!:


Atmosphere, un pedazo homenaje a Ian Curtis


she´s lost control


Love will tear us apart

Zero en conducta

sábado, 2 de junio de 2007

MAS EXTRAÑO QUE LA FICCION (en contra)


MÁS EXTRAÑO QUE LA FICCIÓN.UNA CIERTA TENDENCIA DEL CINE AMERICANO CONTEMPORÁNEO
"En la mayoría de las personas,presumo,el cuerpo precede al lenguaje. En mi caso son las palabras las que vinieron en primer lugar;luego,tardíamente,aparentemente con repugnancia y ya vestida de conceptos,vino la carne.No es necesario decir que la carne ya estaba estropeada por las palabras".
Yukio Mishima en “El sol y el acero”


Al rebufo de Charlie Kaufman están surgiendo una serie de guionistas,jóvenes,guapos,cultivados en las mejores universidades,judíos mayoritariamente y en el peor de los sentidos,posmodernos.Han leído a los clásicos,conocen la técnica,los softwares más avanzados de escritura de guión y tienen un sobrevalorado concepto de lo original(seguramente sea la influencia de la publicidad y los jackass).
Zach Helm(guionista de “Más extraño que la ficción”)maneja la sintaxis y se atreve a jugar con ella:un relato paradójico,donde el narrador forma parte de la trama y el protagonista no acepta su destino,se rebela y acude a un especialista en narrativa con el fin de reivindicar su autonomía.
La ausencia de profundidad y de sensibilidad en el guión y en su materialización en imágenes me hace pensar en un procesador informático,capaz de combinar una serie de algoritmos mediante el software apropiado,pero incapaz de mostrar eso que llamamos alma en nuestro lenguaje cotidiano.
Esta ausencia de background justifica la cita situada al comienzo:la vida ha de preceder al arte.

Si destilamos todo juego metacinematográfico,el desarrollo argumental queda reducido en un esqueleto talla 34.Lo que hay que reconocerle,y que por otro lado no considero una virtud, pues me resulta obsceno,es que los diferentes elementos que conforman el guión están pensados,no son fruto de una escritura libre y que se desprenda del inconsciente.”Reflexiones para re-gimnastas” parece ser la máxima de cualquier guionista que se precie,está escrita al margen con sangre y exige que cada elemento empleado resista un análisis sesudo y esotérico.Todo tiene un referente,y me voy a limitar a enunciar los conceptos,pues me reitero si es preciso diciendo que es una práctica en mi opinión vomitiva,por ser consciente y tendenciosa:
-El protagonista toma conciencia de su existencia ante el espejo.
-El narrador encarna la figura de Dios.
-El analista de narrativa como el sacerdote-teólogo,que en su tiempo libre es socorrista en la piscina de la facultad (otra vez el bautismo).
-La manzana.
-La guitarra como símbolo sexual.Lo del saxo es demasiado sofisticado y explícito.
-La anarcopastelera o la antítesis a nivel moral y vital del protagonista.La dialéctica coito-duelo que mantienen.


El único hallazgo,la irrupción ex-máquina de la grúa:nuestro personaje,bajo la prescripción receta verde del sacerdote-teólogo-teórico de la literatura Hoffmann,permanece en casa sesión sillónbol.No hacer nada,suspender el pensamiento,hacerle el vacío a la ficción.
Punto y aparte,doble espacio y en cursiva una grúa destroza el muro simbólico de su madriguera.A volar,muchacho.
Lástima que esa ruptura fuera explicada,tuviera su corolario en forma causal,en gag:unos chapucillas se equivocaron en la dirección.

Determinismo,páramo psicológico,motivacional,una simple voluntad de vivir,más atávica que adquirida:evitar morir no por planes futuros,metas y demás,sino simplemente por una especie de tropismo,una inercia a seguir vivo.En el momento que se le da al personaje la posibilidad de reivindicar sus deseos,aspiraciones y anhelos,ese “no querer morir” lo inserta en la rueda capitalista de producir,copular,tener descendencia y afinar tono en en el karaoke.
Su aparente desasosiego no es confirmado con una ruptura,no orina en el despacho de su jefe y pone pies en polvorosa,sino que éste le concede motu propio unas vacaciones.Parada en boxes,tres en uno a borbotones y de nuevo al engranaje.
¿Dónde están los obstáculos(esenciales en la tragedia),las zancadillas de la vida cotidiana?Digamos que se lo ponen a huevo.

Tras la catársis,el héroe está postrado en una cama de hospital.Pese a lo aparatoso de los vendajes,saldrá ileso.No habrá cicatrices que recuerden el acto fundacional del nuevo yo,y las fallas de su vida serán suturadas por la anarcopastelera,a la que propone una solución solidaria,legítima y legal de tapar sus objeciones tributarias.Unión capital-trabajo no vista desde “Metrópolis”.
Salvo que hayamos nacido con la alfombra roja bajo los pies,difícil identificarse con este personaje.El azar y la necesidad,la contingencia,el mundo de lo privado frente a lo público,el vicio y la virtud…,características de lo que llamamos vida,vuelven a ser negadas una vez más por este tendencioso cine americano,que nos cosifica,desvirtualiza la experiencia vital a relaciones causales,maneja imágenes preempaquetadas,que a fuerza de repetirse,se integran en nuestro más profundo pensamiento y nos inyectan el virus de una moral a mi juicio deshonesta.

En este punto se me ocurre hablar de “Caché”,que pese a ser diametralmente opuesta comparte con “Más extraño que la ficción” un cierto planteamiento de entomólogo acerca de los mecanismos de la ficción,y sitúa al personaje central ante una problemática existencial.También hago referencia a ella por ser una película de trazo fino con éxito de público y crítica.
En “Caché” la idea que funciona como matriz es la de la conciencia,la mala conciencia de Europa.Parafraseando a Lacan “si Dios está muerto,nada está permitido”.Tenemos improyectado un Dios(o una concepción moral del bien y el mal)a nivel incosciente,que nos está continuamente incriminando.Que Auteuil cierre las cortinas y Haneke nos muestre a continuación,a modo de epílogo,la salida de los chicos del instituto no es casual:en esa solicitud de una renovación de valores añade una perspectiva cinematográfica.Ética y estética van unidas en ese plano claramente referencial al origen:la salida de los obreros de la fábrica de los Lumière.
Así,Haneke vuelve a establecer un puente,como en su corto para la película colectiva “Lumière y compañía”,que nos obligue a reflexionar sobre la esencia de la imagen y la forma.

La noción de entretenimiento,y la subordinación de todo lo demás a éste,nos engaña.Todos aquellos cineastas que no comulgan con este credo están dejando de lado la ficción,desembarcando en el menos trillado campo del documental,que a fuerza de comercializar y llevar a la pantalla grande,se está replegando a los imperativos de la taquilla.Ficción y documento,o puesta en escena y puesta en situación se han retroalimentado siempre,pero este es un tema para otra ocasión.
Zero en conducta

viernes, 1 de junio de 2007

MAS EXTRAÑO QUE LA FICCION (a favor)

No sé cual es el motivo por el que esta película me atrajo desde el primer momento. Lo cierto es que no tenía ninguna referencia de ella. Pero algo inconsciente me atraía. Me la llevé un día que había pocas posibilidades de que acabase viéndola porque ese misma noche era la final de la copa de la Champions, y luego iba a ser demasiado tarde para verla. Para colmo, el título me echaba para atrás. La última vez que había visto una película que llevara la palabra “extraño” en el título había sido “Extrañas coincidencias” resultó ser una de las tres peores películas que he visto en mi vida (las otras dos son “Asuntos Sucios” y “Los puentes de Madison”). Pero como si de un hecho paranormal se tratara, puse en marcha el dvd a las once y media de la noche. Para mi sorpresa la película me engancho desde el principio. El argumento es sencillo. Un contable con una vida aburrida y organizada hasta la exasperación que comienza a oír una voz que corresponde a la voz de un narrador, que a su vez coincide con la voz en off tan típica de cientos de miles de películas. Tengo que reconocer que sólo por este detalle la película me ganó. Luego todo tiene una explicación más convencional. La voz en off corresponde a una escritora bloqueada que está a punto de terminar su última novela después de siete años de sequía (¿quién que escriba no ha sufrido uno de estos bloqueos?). En realidad esta misma voz en off está contando la vida de nuestro contable (Will Ferrer, en una interpretación memorable) Esta parte del argumento corresponde al primer acto. Con un planteamiento así, no podía hacía hacer otra cosa que dejarme llevar. En el segundo acto, nuestro protagonista consulta a un especialista en literatura (otro personaje magistralmente interpretado por Dustin Hoffman) y emprende la búsqueda de la persona que dirige su destino (me encantan las connotaciones de tragedia griega que creo vislumbrar a lo largo de toda la peli) No voy a continuar desmenuzando el argumento, por no destripar el final, pero me encanta como esta desarrollada la película hasta la penúltima secuencia. La última sin embargo es una secuencia de concesión al público para el que está producida, que evidencia que algo no ha cambiado desde la época del “New deal” americano. Sus Happy end tan necesarios para que todo encaje en su cultura de adolescentes desconcienciados ... pero yo me quedo con que la película acaba cuando el personaje le devuelve el texto a Enma y acepta su destino.
Otro fallo de la peli es la fallida subtrama de amor, que sólo sirve para reforzar el cambio del personaje, pero que es perfectamente prescindible.
Lo cierto es que he tenido muchos detractores al comentar lo mucho que me ha gustado “Más extraño que la ficción”. Mi compañero en el otro video (mucho más sesudo que yo) ha visto elementos religiosos que después de comentarlos, reconozco e incluso acepto en algunos casos. La voz en off que representa a Dios, la primera secuencia de Emma Thomson que mira el infinito cuando en realidad está sobre la mesa, el simbolismo del personaje de Dustin Hoffman... en otros casos no puedo estar de acuerdo. La comparación con el último enfant terrible del cine americano Kaufman por ejemplo. ¿Es que ahora todo lo que no sea un argumento convencional va a ser considerado imitación del guionista de “Adaptation”? En definitiva, me parece una película comercial, entretenida, no pretenciosa con algo de trasfondo, pero con un tono de comedia que como siempre pasa con este género se minusvalora. Una pequeña joya para después de intensidades mayores como una final de Champions, pero mucho más entretenida.
Víctor Gualda.