Casi al comienzo de la película, el personaje del político interpretado por Kenneth Branagh dice en uno de sus diálogos –“…esa es la ventaja de ser el gobierno, si no nos gusta algo, aprobamos una ley que lo declare ilegal”- era el año 1966 y como reza un crédito al comienzo del metraje, la BBC solo emitía dos horas de rock and roll a la semana. Emisoras piratas desde barcos en el mar del norte emitían veinticuatro horas de música con audiencias de veinte millones de oyentes. Cuando da fin el metraje en 1967 se convertían en legales, y se crearon 299 emisoras de música. Han pasado más de cuarenta años, y los gobiernos han entendido el mensaje de que la voluntad del individuo es inquebrantable, sólo que ahora los métodos son más encubiertos y van recortando lentamente los derechos enmarcándolos en “el estado de derecho”. Que no es otra cosa que la ley que como entonces utilizan los políticos a conveniencia. Esta película además de un homenaje a la música, es un recordatorio de que siempre hay gente dispuesta a luchar por su verdad hasta las últimas consecuencias y de que lo que al final prevalece es la voluntad del individuo cuando se une.
La estructura no es de libro. Se trata de una película probablemente menor, en tono de comedia y coral, en la que el espectador comparte las inmensas ganas de ser libres de los personajes. Toda la estructura está basada en pequeños conflictos de los protagonistas entre ellos o con el “mundo exterior”, los temas como el amor, la amistad, la competencia, la búsqueda de uno mismo, están tratados con una amabilidad excesiva, y sólo un Branagh antagonista y sobreactuado como representante del gobierno, será el que de linealidad a un argumento basado en esas pequeñas anécdotas de los personajes. Por encima de todos ellos, el siempre en estado de gracia Philip Seymour Hoffman como líder carismático de la tripulación, pero no nos equivoquemos, el reparto con Tom Sturridge, Bill Nighy, Nick Frost, Chris O´Dowd entre otros, es maravilloso, y cada uno de ellos tiene su peso en la deslavazada trama. La música, temas ya clásicos en la historia del pop-rock, acompañan todo el viaje, dando una impresión de frescura y naturalidad.
Así, la trama sin más hilo conductor que la lucha del gobierno por cerrarles el chiringuito que en principio resulta algo insulsa y lenta, va perdiendo terreno porque los personajes acaban atrapándote y pides más. Tanto, que al revisar los extras, te encuentras con una grata sorpresa. Casi cuarenta minutos de secuencias recortadas del total, pero que al contrario que en otras películas, aquí son escenas que hubiesen encajado a la perfección en el metraje. Casi te apetece que la película hubiese durado cuatro horas, o que hubiesen hecho una serie con los mismos personajes. Las desventuras amorosas de Sturridge para perder la virginidad y encontrar a su padre, con el cameo de Emma Thompson como madre. Las luchas de ego entre Seymour Hoffman y Frost por ser el mejor dj, o el drama de O´Dowd por encontrar la mujer de su vida son los conflictos principales, y uno a uno todos los personajes que habitan en el radio rock. Por otro lado es una de sus virtudes que en todo el metraje nuestros protagonistas no abandonan el barco, a excepción de la secuencia de la despedida de soltero, en la que hay suprimido parte del monólogo en el que Seymour Hoffman les lleva a Abbey Road y que sirve de homenaje especial a los Beatles, por eso no se entiende que este fragmento se haya robado del corte final.
No soy un fanático de la música, pero es fácil identificarse con este grupo humano que no sólo rinde homenaje a la música, sino a la libertad, en una película sin dramatismos, llena de aventuras divertidas y que hace pasar un rato agradable. Una película amable dirigida por el amable Richard Curtis (Love Actually) Una película de esas que merece un hueco en las estanterías de tu colección, por tratar el tema generacional y que trasmite a la perfección el ideal de la época con la música como excusa, pero que va más allá siendo un alegato del amor libre y de la diversión por encima de todo. Lo dice el personaje de Seymour Hoffman (más o menos) -“Estamos viviendo los mejores años de nuestra vida. Después de esto, todo ira hacia abajo”.
Víctor Gualda.
7 comentarios:
estamos de acuerdo, la peli es una alegato a la libertad de expresión, a través de el hito musical anglosajón marcado por la década explosiva de los ´60. Las emisoras piratas transmitiendo desde el medio del océano, y los habitantes de este pequeño mundo-barco nos vinculan rápidamente con estos locos-melómanos, cada uno imprimiendo su propia personalidad musical, donde hay choques de ego, de amistad, de iniciación y de sexualidad. Pero también quiero resaltar el hecho de que esta comedia mira con ojos de hombre, parece que las mujeres que llegan a este barco son tontas-pechugas-huecas, mujeres traicioneras, madres mentirosas o groupies patéticas. Esta figura de mujer (además que la única mujer del barco es una lesbiana) parece estar al margen de este mundillo y aunque las groupies existan, creo que es bastante pellorativo este punto de vista.
Igual la peli alcanza momentos geniales, coincido que hay extras rescatables y aunque no te interese mucho la música, te invita a tararear y reir y también a olvidar.
no creo que Richard Curtis sea sospechoso de machista ni nada por el estilo, sólo hay que ver sus anteriores trabajos. Veo más sencillo pensar que en los 60 las mujeres por una cuestión social no participaban tanto en actividades como dj,s de radio piratas en el mar del norte. por otra parte es cierto que los personajes femeninos que salen están estereotipados. Son secundarios y apenas se les puede dar una pincelada de carácter. Es normal que sea en tono cómico. Tampoco creo que los tipos salgan muy bien parados. No están tratados como héroes por sus caracteres, sino como perdedores simpáticos cuyo fin último es llevar la felicidad a los hogares ingleses a pesar de sus imperfecciones.
Perdón, peyorativo.
al tal Richard Curtis no tengo el gusto de conocerlo como para afirmar que sea o no machista, pero viendo su película puedo decir que sí, resulta mas sencillo pensar eso de las diferencias sociales de la época (que serían seguramente reales) que leer entre líneas, y reconocer que los estereotipos que aparecen en la peli, apelan más a lo que quise decir antes que a la obviedad que acotas.
esto me recuerda a la pataleta de Spike Lee con Clint Eastwood por no meter soldados negros en Banderas de nuestros padres, llegando a acusarle de racista. estamos en un momento social en el que todo tiene que ser políticamente correcto aunque sea mentira, sino ya estás encasillado. personalmente no veo el machismo por ninguna parte. igual es que yo también lo soy... otra cosita; por muy obvio que yo te resulte, al menos un poco de sentido común y respeto a las opiniones ajenas, que el ataque personal para tratar de humillar no da la razón. la dan los argumentos, al menos eso he aprendido escribiendo este blog.
ataque personal?? humillación??? solo di mi punto de vista, que sea diferente al tuyo no habla de falta de respeto ni carencia de sentido común, no me dirijo a tu persona ni te acuso de machista, estoy hablando de ficción y de sensaciones que creo que argumente antes. Nadie es dueño de la verdad, y escribir en este espacio nos debe hacer mas abiertos a intercambiar opiñiones, creo que de eso se trata, perdón si te ofendió mi comentario no es mi intención tener "la razón" de nada.
"no tengo el gusto de conocerlo como para afirmar..." "resulta más sencillo pensar... que leer entre lineas" "...que a la obviedad que acotas"
el tono hace la música. creo que tal vez deberias crear tu propio espacio, así siempre tendrás la última palabra. Pa ti el caramelo. Curtis y yo somos unos machistas
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