sábado, 9 de enero de 2010

AVATAR

Cuando vi estas navidades Avatar, no tenia claro que me hubiese acabado de convencer. Por eso no me animé a escribir una crítica inmediata. Mejor dejarla reposar unas semanas y luego decidiría si escribir algo. Ahora que ha pasado el tiempo, creo que en líneas generales me pareció una película emocionante, con buenas secuencias de acción y muy bien distribuido el ritmo, algo complicado para un film que dura más de dos horas y media, pero no es oro todo lo que reluce.

La película tiene la virtud de tener un guión más que correcto. Con una presentación de la trama, los personajes y sobre todo, del mundo en el que Cameron nos va a introducir (fundamental en el cine fantástico) más que correcta, diría que fantástica. El tono y los efectos visuales parece que han alucinado a todo el mundo, a mi me han parecido más de lo mismo (¿o es que alguien sabe distinguir la técnica digital que han utilizado?), aunque reconozco que no la vi en 3D. A estas alturas en las que todas las películas americanas están repletas, los efectos deben ser sólo un vehiculo efectivo (y efectista, por qué no) para contar una historia que atrape al espectador. Hasta en este punto tengo que reconocer el merito de un director con una película de tan grandes dimensiones como su ego. El problema es que cuando rasco veo más de lo mismo. Cartón piedra sin piedad e ideas moralizantes a grandes rasgos con las que cualquier individuo de a pie debe estar de acuerdo, pero que en el desarrollo lógico de la trama caen por su propio peso como lugares comunes.

Y es que por muy azules que sean los muñecos protagonistas, el trasfondo no deja de ser hipócrita y los personajes no dejan de ser estereotipos de buenos contra malos, llevados más lejos con la ayuda de la ciencia por un lado y los militares por otro. Y es que semanas después de la reunión de Copenhague sobre el cambio climático, hablar de individuos, héroes (tan necesarios en las crisis para todos los que gustamos de sentarnos en el sillón mientras otros arreglan los problemas) que son capaces de hacer frente a los sicópatas despersonalizados que representan empresas privadas, ejércitos y gobiernos, no son más que una utopía de mercadillo. Y la idea está bien, pero se ciñe tanto a los giros dramáticos de manual, que casi da vergüenza ajena cuando el héroe minusválido consigue sus propósitos contra las superpotencias bélicas, después, por supuesto como mandan las reglas del guión, de que todo parezca perdido.

Definitivamente las historias que funcionan siguen siendo las que hablan de amistad, amor, compromiso, y sobre todas las que tienen un final positivo, es decir, las de toda la vida. Pero estas buenas intenciones no son revolucionarias, así que tras una campaña de marketing devastadora que incluye anuncios, carteles, videojuegos, muñequitos, estreno para las navidades y demás parafernalia, con un presupuesto en publicidad mayor que varias películas españolas juntas, es difícil no caer en la tentación de ir al cine a ver esta superproducción. Nadie parece salir decepcionado porque la película da lo que promete; espectáculo visual a raudales. Pero por desgracia a estas alturas para mi no es suficiente con los fuegos artificiales. A día de hoy la película más cara de la historia ya ha duplicado en taquilla su desorbitado presupuesto. Hay quien dice que pasara a la historia, pero por suerte, las películas que lo hacen son aquellas que prescinden de los estereotipos. Las que tienen personajes complejos con conflicto interno (aquí levemente matizados por rasgos de personalidad del personaje minusválido, los demás son sencillos muñecos) No es suficiente con que un héroe luche contra el sistema, de paso se lleve a la chica, y salve un mundo paralelo. No es suficiente con el discurso pronaturalista sustentado en la destrucción. No es suficiente con unos efectos especiales que evitan mezclar la imagen real y la digital (los pocos planos cortos en que lo hacen cantan por bulerias). No es suficiente con que me vendan motos usadas. Avatar es igual que “La guerra de las galaxias” en simple, o peor aún Avatar es igual que Titanic pero con más efectos especiales. Eso si, le reconozco el merito a Cameron que justifica cualquier apuesta arriesgada. No creo que nadie se aburra viendo esta película… ¿acaso el cine americano es algo más que puro entretenimiento?

Víctor Gualda.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

si es cierto que el guión funcione, y la historia conmueva y te mantenga en vilo durante dos horas y pico, también que te entren tan cómodamente por los poros las estéticas futuristas en un casi 90 por ciento de metraje de video juego digital. Lo mas interesante para mí en estos tiempos que nos tocan..., es la idea de que la naturaleza se revela ante la devastación del hombre, y que cada ser que la compone son parte de un todo, capaz de defender su lugar y valorarlo como fuente de energía que los alimenta. Pero hurgando un poco en en corazón de la historia, analizando el cambio del personaje principal (un ex militar postrado, que de antemano ocupa el lugar de un muerto -su hermano-) que es una suerte de medio-clon, y es a través de este otro yo que cruza "al otro lado" por el cual se autodescubre a sí mismo, vivencia la dimensión del amor, el honor y el ideal de salvarnos, de volver al orígen. En esa vaga muestra de un establishment nefasto mezcla de poder-ambición-robocops patéticos, la manipulación de ciencia justificada, es un soldado disfrazado de mesías el que camina por las aguas de toda esta pudredumbre y es ahí cuando la decadencia del cine americano acaba con mis ganas de seguir tragando. Con la última generación del 3D mas sofisticado no se pueden seguir escondiendo ideas que intentan justificar las infamias que nos gobiernan.

Joaquín dijo...

Buen año a todos los lectores del blog
Con permiso de Víctor,(vaya por delante mi conformidad a lo que decida hacer con este comentario),y siguiendo lo que yo creo la línea de muchos de sus seguidores asiduos. Me voy a permitir referiros tres recomendaciones
1ª visionar la película de Michael Moore "capitalismo una historia de amor"
2ª Entrar en la dirección, www.rebelión.org y constatar que, aunque no lo parezca, existen medios que no comulgan con la "agenda- setting" proporcionada diariamente por nuestros dirigentes varios
3ª Asistir a nuestro (de todos los inconformistas y alternativos)foro social mundial de Madrid, que se celebrará los días 28,29,30 y 31 de enero en el Instituto Lope de Vega (San Bernardo 70). Para ver los talleres entrar en www.fsmmadrid.org
Respecto a la película, leyendo la crítica ha habido momentos en que me ha apetecido acercarme a verla. Pero como, solo medio de diversión,con franqueza, prefiero otros espacios.

Anónimo dijo...

Yo sí que la vi en 3D. Y la verdad, tengo que reconocer que me divertí mientras me duró la novedad de las gafas. En cuanto me acostumbré a verlo todo en tres dimensiones, la película empezó a parecerme más de lo mismo: larga y previsible.

Feliz año a todos, y aver si el 2010 nos trae un montón de buen cine!

Margüita

la señorita rottenmeier dijo...

Es cierto que al principio parece que la película te impacta, con tanto colorido y tanto animalito customizado. Pero si lo piensas un poco, la historia no tiene nada nuevo ni demasiado interesante. Y sin historia, lo demás se convierte en un mero ejercicio de fuegos artificiales, eso sí, bien arropado por una publicidad descomunal.

La verdad, para ver imágenes confusas pasar a toda velocidad por delante de mi cara y marearme hasta querer vomitar, prefiero subirme a una montaña rusa en el parque de atracciones.

Id a ver Moon. Eso sí me parece ciencia ficción.

Anónimo dijo...

¿El cine americano solo entretenimiento?, ¿una provocación?, otra provocación, el cine moderno es un arte norteamericano, o mejor dicho la industria cinematográfica es EE.UU, imposible reducirlo a entretenimiento.

Anónimo dijo...

no sé si entendí muy bien el último comentario, pero el mejor cine americano son recorta y pega de las tendencias europeas. si ven algo europeo que merezca la pena lo compran, lo mutilan y lo transforman en un producto perfectamente empaquetado, sobre todo si no tiene doble intención. el problema es que a traves de la televisión nos acercan y nos hacen creer que lo suyo es lo bueno, y que encima lo inventaron ellos. Cameron no aporta nada nuevo, su merito está en un trabajo concienzudo con el guión, el montaje y mucha pasta para efectos. El arte es otra cosa, y pocas veces tiene que ver con el cine.

Anónimo dijo...

Comparto el comentario anterior (creo que si ha entendido lo que quería decir, aunque el límite entre el arte y la industria, creo es imposible marcarlo). Por cierto Joaquin te aconsejo, por si no conoces, que leas algo del grupo Tiqqun, estoy convencido que te va a interesar.