viernes, 14 de marzo de 2008

FASCINACION

Ya que llevamos varias críticas con protagonismo sea como guionista o como director de Paul Schrader, aprovecharemos para hablar de otra película de la que es participe. En este caso el guión de “Fascinación” que firma junto a otro de los directores referencia que inició su carrera en la década de los setenta. Brian De Palma. Aunque se dice que la aportación que hizo De Palma fue reescribir el original. La pregunta del millón es, si la versión que entregó Schrader estaría tan inspirada en “Vértigo”, y en “Rebeca” como lo está la copia rodada.

Y es que independientemente de una trama un tanto confusa (luego explicaré por qué), “Fascinación”, que fue la película que sacó del ostracismo al cinéfilo De Palma dándole el reconocimiento del público (con el permiso de “Vestida para matar”) está claramente inspirada en Hitchcock. Curiosamente la que nos ocupa coincidió con la última del maestro (“La Trama”). De forma que el relevo generacional estaba servido. Luego De Palma siguió otros derroteros en su carrera, pero eso es otra historia.

Lo cierto es que la película ya nos habla desde el principio en lenguaje hitchconiano Una fiesta aniversario de bodas en una mansión, nos muestra como uno de los camareros se dirige hacia la cámara (interesante visualmente este plano) y nos deja ver una pistola en su cintura. El espectador ya sabe que algo va a suceder. El suspense se acumula, hasta que sin previo aviso nos encontramos con unos secuestradores que se llevan a madre e hija. Una nota con letras recortadas, recurso que ahora nos suena un tanto infantil, pero que en su momento fue común de muchas películas de la época, le anuncia al inexpresivo y yo diría que mal actor Cliff Robertson que tendrá que soltar una pasta por recuperar a su familia. Aturdido y convencido por la policía y su amigo y socio (John Lithgow) accede a hacer el cambiazo del maletín para pillar a los secuestradores. Todo termina mal, la presunta muerte de la mujer del prota (Genevieve Boujold) y su hija... Esta trama de arranque que cubre todo el circulo de planteamiento, nudo y desenlace de un guión en apenas media hora, es sólo una excusa para contarnos otra historia. La pregunta es cuál. Y es que si el arranque es más que aceptable, a partir de este momento, Robertson planea por el film con cara de zombi venido a menos, hasta que después de una elipsis de dos o tres años, acaba de manera completamente artificial en Florencia, donde se desarrolla otro bloque de la trama.

Si el arranque ya tenía elementos reconocibles del cine de Hitchcock, la aparición de una doble de su ex mujer, que resulta ser ayudante de restauradora en una iglesia, que ¿casualmente? es idéntica a la mujer desaparecida, ya se puede considerar plagio. Persecución por las calles de la chica como en “Vértigo”, elemento voyeur que le encantaba al ingles (en aquella, James Stewart persigue a Kim Novak durante casi diez minutos). Obsesión del personaje principal con la protagonista, a la que trata de convertir en su ex mujer (Rebeca), y la curiosa predisposición de ella. En lo que probablemente si haya tenido que ver el bueno de Schrader es querer enmendar los “fallos” de guión de sus homólogos Samuel A Taylor y Alec Coppel. La estructura de “Vértigo” obviaba la trama del arranque y sólo era una excusa para hablar de la obsesión del personaje. En esta todo está perfectamente justificado. Todo está hilado de forma que cada personaje tiene su función en el thriller. Pero las piezas encajan tan bien, que resulta artificial. Igual que resulta artificial la música histriónica del compositor Bernard Hermann, quien por cierto también fue el compositor en “Vértigo”, o la fotografía de Vilmos Zsigmond llena de luminosidad de filtro tipo película televisiva de los ochenta, y que a mi particularmente me horroriza.

Otra cuestión, es el tema moral en la película. Por supuesto la culpa es el “leit motive” del personaje principal a lo largo de toda la película (tal vez de ahí vengan los elementos religiosos y el tema del film que intuyo obra de Schrader), pero no el más interesante. No se si podría considerarse como una obsesión necrófila la actitud del protagonista a lo largo de la película, pero lo cierto es que su idea de acostarse con una muerta resucitada, que es en realidad lo que resulta el personaje de Genevieve Bujold, no deja de despertarme dudas... Otro tema a tratar sería el incesto, aunque este es un descubrimiento tardío, que se aclara sin haber consumado en la mejor secuencia visual del film. Un bonito travelling circular. Por cierto, que el director informa al espectador minutos antes en una secuencia de “acción” con otra secuencia plagiada a Hitchcock (la de las tijeras) para añadir tensión y suspense a la reacción del protagonista ante este encuentro con una Genevieve distinta para el protagonista, y para el espectador. Otro tema sería la deformación del complejo de Electra que parece arrastrar la hija, y digo parece, porque todo está justificado en palabras y no en acciones. Todos estos puntos, junto al tema ya mencionado de la culpa, que Robertson traspasa a la protagonista femenina (cuando esta trata de suicidarse), están ortopédicamente introducidos en el guión para que al director no se le vaya de las manos temas tan controvertidos, pero que desde luego le añaden un interés “moral” a la película, ya que la trama principal no lo tiene. No entiendo por ejemplo cual es la justificación del “malo” para jugársela al protagonista. ¿Celos?, ¿envidia?, ¿venganza?... lo que es seguro es que está traído por los pelos para cerrar el circulo y que el espectador medio quede satisfecho.

En definitiva, una película curiosa, ya que resulta más interesante por el trasfondo, que por asuntos más formales a nivel cinematográfico, y por la duda de si todo es un enorme homenaje de cinéfilo, o un mayor plagio por falta de ideas originales.

Víctor Gualda.

4 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Confieso que me resulta cansino el afán metatextual de Brian de Palma, que la mayoría de las veces se queda en el pastiche.
Por cierto, "La Dalia negra" es de las películas más aburridas de los últimos decenios.
Zero

Anónimo dijo...

Esta vez no voy a decir nada sobre la peli, básicamente porque no la he visto.
Pero sí quería decirle al cabrón/a que firma como akinol, que mejor se dedicaba a ver un poco más de cine y participar en el foro, en vez de utilizar el blog para colgar su basura.

Margüita.

Bacall dijo...

Hola chicos.
Si queréis agregar una web amiga aquí os dejo esto: www.radiocineclub.blogspot.com

Soy una clienta habitual de la devedeteca, por cierto.

Por otra parte, no he visto Obsession. Sí Vestida para matar (fabulosa) y La dalia negra (malísima), así que a ver qué me depara esta.

Saludos.