martes, 10 de junio de 2008

GONE BABY GONE

Esta bien, lo reconozco, es una gran película aunque en algunos momentos roce el melodrama televisivo. Y es que volvemos a los prejuicios. Si Ben Affleck no es precisamente el mejor actor, parece que no ha perdido el tiempo y ha aprendido de sus mayores a la hora de dirigir. Además, quién mejor que su hermano al que ya habíamos visto en “El asesinato de Jasse James por...” para interpretar a su detective de barrio.

Lo primero que hay que mencionar es que la película está basada en un texto de Dennis Lehane, al que en España conocemos por ser el escritor de la novela en la que se basó Eastwood para su mejor película como director “Mistic River”. El caso es que el tal Lehane tiene una serie de novelas con los detectives Patrick Kenzie y Angie Genaro como protagonistas. La cuarta entrega de la serie, es en la que está basada la película “Gone baby Gone”-“Adiós pequeña adiós” (“Desapareció una noche”, RBA editores) Pero follones de títulos aparte...

La película sigue los consejos del manual arquetípico del guionista al empezar en plena acción. Nada de andarse con rodeos. Hay mucho que contar y poco tiempo para hacerlo. Una niña ha sido secuestrada. Patrick Kenzie y Angie Genaro son detectives privados y son contratados por el tío de la niña para encontrarla. Como en una matriuska, conocemos al tiempo que los protagonistas (el punto de vista principal está con Patrick-Casey todo el tiempo) que nada es lo que parece, y que basta con rascar, para ver que hay mucho que esconder bajo la superficie. En veinte minutos conocemos a todos los personajes principales: la madre, los dos policías veteranos que sirven de enlace con el cuerpo (Ed Harris y John Aston) y al sargento veterano Morgan Freeman. Sabemos que la niña no se ha criado en el mejor ambiente posible. Affleck nos vuelve a mostrar que sigue siendo un chico del barrio (igual que en “El indomable Will Hunting”) que conoce bien como se mueve la realidad social a pequeña escala. Los camellos, los yonkies, todos los desheredados que en realidad también forman el tejido social de cualquier barrio obrero. Casey-Patrick se ha criado allí, y se va a mover como pez en el agua. Tirar de la madeja le lleva a un camello con ínfulas de grandeza. La excusa parece ser drogas y pasta, problemas en los que está metida la madre de la desaparecida. Paralelamente nos muestra a los socios involuntarios de esta, un par de viejos yonkies y un pederasta, desaparecidos del mapa coincidiendo con el secuestro de la niña. Todo parece preparado para la resolución en menos de cincuenta minutos, e involuntariamente miro el Time Code del DVD para ver como es posible. Todavía falta la mitad de la película, y el punto de giro principal está a punto de producirse. No puede ser. Inmediatamente pienso en “Psicosis” o “Vestida para matar” con ese giro que reconduce la historia... Sorpresa, el punto de giro está, pero no es como lo esperaba. La excusa de la búsqueda de la niña se desvanece ante mis ojos y no entiendo dónde me quiere llevar el guión. Pausa para que el espectador coja aire y el personaje también, subtrama que reconduce la trama principal, y ya estamos otra vez en la película.

La nueva desaparición de otro niño (cambiando el conflicto de arranque), y la ayuda un tanto forzada de un camello colega, nos lleva a que en breve todos los cabos sueltos que se quedaron en el anterior giro estén a punto de resolverse. Nuevo desenlace... Esto es un tiovivo. Parece que la cosa tiene ahora más sentido y que todo cobra forma. Hay una excusa, los personajes están relacionados, y aunque el secuestro y asesinato de la niña (que quedo un tanto difuminado) y el asesinato del posterior niño (que vimos en pantalla) son difíciles de justificar. Todo encaja. Pero el reflexivo personaje interpretado por Affleck no es un tipo conformista, y necesita como extensión del espectador que no falte ninguna pieza en el puzzle. Joder otra sorpresa que no viene a cuento; ese atraco al bar en el que Affleck está con el tío de la niña para pedir explicaciones, encaja porque entra dentro de la credibilidad de la línea narrativa que hemos seguido. A estás alturas el espectador, que gracias al guión de Affleck y Aarón Stockard siempre está un paso por detrás del protagonista, pero que va descubriendo casi a la par que él todos los entresijos, está completamente metido en la película y se deja sorprender con la siguiente secuencia “castigo” consecuencia directa de la acción-reacción. Ya no te sorprendes. Todo podía haber terminado en este punto, pero no. Aun queda la sorpresa final. La que plantea una decisión moral para el protagonista y para el espectador. Parece que el director le esté preguntando directamente al espectador qué haría él en una situación parecida. Pero nuestro protagonista tiene claro cual es su decisión. Más cuando para meter mayor tensión dramática posiciona a los que le rodean en contra a la decisión que él considera que debe tomar. Su rectitud moral ya ha sido salvaguardada con precedentes para que entendamos y justifiquemos al personaje, así que el epílogo no puede ser distinto del que es. Aunque nosotros como espectadores deseemos que lo sea para que todo salga redondo, que tengamos un final feliz completo... pero el director, (una vez más inteligentemente) no está dispuesto a hacer concesiones.

“Gone baby gone” es una gran película, de la que me gustaría destacar el buen pulso en el ritmo, en la interpretación, y por supuesto en el guión, que ha pasado medio desapercibida por la desaparición de la mediática niña blanca caucásica Madeleine en Portugal que ha dado la vuelta al mundo. Esto hizo retrasar su estreno. En nuestro país no han tenido claro si utilizar el título original o el traducido “Adiós pequeña adiós”, pero lo que es indudable es que mi resistencia durante meses a ver la película no eran más que prejuicios. Aplaudo al señor Ben Affleck, porque a pesar de ser un mal actor, si no se tuerce, tiene un brillante futuro como director.

Víctor Gualda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Margüita dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Que es de esas pelis que te hace pensar y disfrutar al mismo tiempo. Mantiene la tensión en todo momento, y cuando pareces que sabes lo que va a pasar, vuelve a sorprenderte. Y por supuesto la duda final. Y qué duda!

Si tengo que elegir algo que no me haya gustado, o que no me haya convencido, es sin duda el personaje de su compañera profesional y sentimental. Es como si la hubieran contratado y luego se hubieran olvidado de darle un papel! Si, si, en el último minuto vi que sirve para confrontar aún más la decisión final del personaje. Pero caray, dos horas de película para un minuto de gloria... Pero vamos, que no es más que una apreciación secundaria.

Anónimo dijo...

Habría que ver como son las novelas en las que está basada la película, porque creo que ambos son protagonistas desde el principio. En el caso de la peli, está claro que las creencias del protagonista son las que impulsan ese final con duda moral, por eso es probable que el punto de vista este dirigido por él... de cualquier forma, no creo que a nadie le pille de sorpresa que en el noventa por ciento de las películas made in Hollywood la mujer es un mero complemento (lo siento, no es que me parezca bien, pero es la verdad) para complacer curiosamente tanto a espectadores masculinos, como a femeninas (y aquí si que creo que hay debate)
Bi

Anónimo dijo...

Margüita dijo...

Ya, vale. Pero es que ésta encima es más bien ñoña...