viernes, 20 de junio de 2008

IRINA PALM

Otra maravilla para los espectadores. No puedo decir menos de esta gran película que hace meses se posó en nuestras estanterías. La verdad es que me faltan calificativos para alabar a este film del que sólo puedo hablar bien en todos los aspectos.

El planteamiento de la película es sencillo y directo. Maggie necesita dinero para afrontar el tratamiento que requiere su nieto enfermo. Los padres de la criatura son presentados como trabajadores sin recursos suficientes, a los que no les queda más remedio que aceptar la situación. Maggie no está dispuesta. Fue capaz de vender su casa, y ahora está dispuesta a conseguir el dinero como sea. De manera casual acude a un anuncio en un sex-shop. El trabajo a priori no es el mejor para una abuela ama de casa, pero con el salario podría ayudar a su nieto.

La evolución del personaje ante la difícil situación que se le plantea está expuesta con claridad. Sin posicionamientos morales. El objetivo del personaje y el conflicto están planteados desde el principio. El ritmo es coherente con la evolución del personaje. Que el espectador se ponga de parte de la protagonista es fácil, así que la identificación está garantizada. El desarrollo del guión está perfectamente compensado con personajes secundarios que evolucionan a la par que ella, y enriquecen el desarrollo de la trama. El antagonista Miki (Miki Manojlovic) es un personaje mimado, tal vez algo ablandado para producir un efecto final positivo. También otros, como las vecinas cotillas, que le proporcionan al espectador la escena que todos los sensibilizados con la causa de Irina esperamos. El desenlace es previsible, pero no por ello menos satisfactorio. El antagonismo del hijo también es otro elemento previsible, pero necesario. Como lo es tragarse el orgullo y reconocer el esfuerzo por encima de las consideraciones morales a las que todos estamos sometidos. Los detalles de dirección y guión que desarrollan el carácter de la protagonista están cuidados con todo el mimo que merece el personaje. Así, la secuencia en la que Maggie cuelga el cuadro y se pone la bata y las zapatillas en su lugar de trabajo, me parece sencillamente maravillosa. No se puede decir más de un personaje con menos. Tal vez esté un poco subexplotada la subtrama de la competencia, pero evidentemente desarrollar este conflicto hubiese supuesto salirse de la línea narrativa, y tal como está, no es mas que un refuerzo sobre los sentimientos de Maggie-Irina. Las secuencias a priori más comprometidas están tratadas con una fantástica delicadeza. No vemos nada, pero para entender no hace falta ver. La imaginación es mucho más poderosa que la vista. El tono se mantiene a lo largo de todo el metraje en la fina línea entre el drama y la comedia en un equilibrio digno de admiración. No cae en ningún momento en lo fácil (me refiero a imágenes de sexo explicito que hubiesen roto el tono) Ni siquiera en la fantástica imagen visual en la que vamos viendo sucesivamente los cogotes de los clientes de Irina disfrutando de sus servicios .

Creo que a estas alturas es evidente que la película me ha impactado. Marianne Faithfull adapta a la perfección su físico a una película que es ella. Me encanta el planteamiento en el que a pesar de que Irina y Maggie son diferentes personajes; uno que vive de día y otro que vive de noche, hay un punto en el que ambos se encuentran, y ni lo sórdido del club, o de la habitación, o del agujero de la pared, pueden arrebatarle su personalidad, sino más bien todo lo contrario. Así que no me queda más que felicitar a Martín Herron y Philippe Blasband por este cuento casi navideño lleno de energía positiva, y a la sensibilidad de Sam Garbarski, el director que ha sabido dejar a un lado su ego para, de forma sencilla y dando la importancia que merece, poner su capacidad al servicio del personaje y la historia. Imprescindible, creo que es la palabra que mejor define esta película. Impresionante la que mejor define a la cantante sensibilizada con la enfermedad (ella misma pasó un cancer hace un par de años) Ojalá tengamos oportunidad de volver a verla en la gran pantalla en breve, porque estoy seguro de que volverá a brillar como en Irina Palm.

Víctor Gualda.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Se dice que toda crisis es un momento de cambio.
Bravo por esta abuela coraje, capaz no sólo de ayudar a su nieto, sino de pegar un salto cualitativo en su vida, despellejándose de esa encarnación de madre-mujer-abuela-vecina abnegada y silenciosa.
Zero

Anónimo dijo...

Margüita dijo...
Pues me moría de ganas de verla, pero tendré que esperar a que la traigan al video. Aquí aún tardará un mes largo...

PD:Pitbull, dónde andas?? Se te echa de menos!

Anónimo dijo...

Encuentro entrañable a esta abuela.Siempre más digna de amor que esas expertas en el teatro empresarial y social, que todo lo aprendieron mediante la entrega incondicional de cuerpo y mente a sus jefes
El móvil de nuestras acciones siempre será nuestra verdadera tarjeta de presentación

Anónimo dijo...

Muchas gracias Margüita pero es que ultimamente me pillan fuera de juego, tengo que sacar tiempo, ponerme al día y ver más cine...

A veces tengo la tentación de inventarme la réplica aunque no haya visto la peli pero seguro que canta la Traviata...

Cocker ex-pitbull