jueves, 8 de enero de 2009

LOS GIRASOLES CIEGOS

La última película española preseleccionada para los Oscar no va a ganar. Es posible que ni siquiera pase el corte final que decide cuales son las cinco seleccionadas. Pero sin duda es una buena película. Probablemente la mejor española del año. Y es que a pesar de que tenía mis reservas, que los comentarios que me llegaban no eran halagüeños, y que el libro de Alberto Méndez me parecía complicado de adaptar, la película funciona.

Se ha convertido en tópico aquello de “otra película de la guerra civil”, que sirve de muletilla para justificar la poca curiosidad que despierta el anquilosado cine patrio. Y la verdad es que soy capaz de identificarme con la afirmación en el mayor número de los casos. Pero esta, es una película sobre el miedo en la posguerra, necesaria para comprender un pellizco de nuestra historia que no está tan alejada de nosotros, por muchas plays stations y Wiis que nos vendan para volvernos estúpidos y dependientes. No hace tanto que la iglesia y su doble moral, perfectamente representada por el personaje de Raúl Arévalo (ojala no se deje llevar por la codicia de la pasta, porque hay actor para rato) decidían sobre la voluntad de nuestros abuelos. El miedo, muy racional, representado a la perfección por Javier Cámara, y la impotencia maravillosamente interpretada por Maribel Verdú fustigaban nuestra sociedad.

A nivel cinematográfico todo llevado con oficio. Sin estridencias. Una fotografía de Burmann trabajada; unas interpretaciones soberbias; un montaje previsible pero adecuado. Un guión-adaptación que huele a Goya (doblemente) póstumo para Azcona (no creo que Cuerda tenga ningún peso, aunque también lo firme)… Me tengo que detener un segundo en el texto, pues la mayor parte de los palos que he leído/ oído, vienen del libreto por resultar lento. No estoy de acuerdo. El punto de vista intercambiado está llevado con una maestría poco habitual. El ritmo narrativo es un tanto literario en algún momento, pero imprime toda la fuerza y tensión. Es coherente con la historia y no deja flecos en las sensaciones que recrea. El tono está perfecto desde la secuencia de arranque presentación del personaje de Arévalo (otro candidato firme para el Goya). Es cierto que estamos cansados de ver siempre las mismas caras en la pantalla, pero es que aquí hasta se agradece… Sólo le pondría un –pero- a la película en cuanto a la realización por resultar demasiado conservadora, porque una cosa es el oficio, y otra es la falta de ambición. Se me ocurren varios ejemplos; tal vez un travelling lento o algún plano para reforzar el duro monólogo del arranque. Algo menos teatralidad en el contrapicado de Cámara mientras recita a Hernandez. En definitiva, una planificación más elaborada que adornase aún más el texto y a los actores, haría que la película ganara enteros.

Como decía al comienzo, no creo que sea una película para optar seriamente a un premio de una academia americana necesitada de tópicos sobre los que sea fácil opinar, pero muy lejos de los localismos de una guerra que ellos nunca vivieron en su tierra (la de secesión está demasiado lejana y se ha simplificado tanto su razón de ser por su cine, que casi parece irreal). Para colmo, resulta que “el comunista” es el bueno, algo así para ellos como “el palestino” es el bueno. Es una circunstancia que no entra en su corto bagaje histórico, que sólo entiende de líneas rectas y todo lo que se salga de ellas es despreciable. Pero lo dije, y me reitero: Estamos ante la película española más interesante del año, será difícil que olvide en una temporada del plano de la cara de la Verdú cuando el diacono-militar sale por la puerta de la casa centro de un universo forzado, después de descubrir todo el pastel. Me alegro de haberla visto, y aunque no sea santo de mi devoción, felicito a un Cuerda que debe mucho al texto del que se podían haber sacado varias películas de Mendez.

Víctor Gualda

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que sea ajena a la sensibilidad de los académicos,siempre interesados en las microhistorias aplastadas por los acontecimientos históricos.Lo de ser judío pesa.
Y tal vez lo que menos les encaje sea un personaje de naturaleza pasiva,eso va menos con ellos.
¿La película?Ni fú ni fa.Correcta pero con poco vuelo y riesgo.
Zero

Anónimo dijo...

en esta ocuasión estoy en desacuerdo. Reconozco que la historia es pequeña. También lo es en el libro que está compuesto de pequeñas historias, y aunque el desenlace es previsible y no cuenta nada nuevo, me parece que el guión es muy interesante por la forma en la que te conduce, casi me atrevería a decir que es muy literario pero respetando a la perfección la narrativa cinematográfica. Mantiene la tensión, y está muy bien apoyado por los actores. A estas alturas y con lo que se produce en el cine español, me parece que tiene mucho merito. Formalmente no recuerdo ninguna película este año que me haya sorprendido, ni de aquí, ni de allí.
Bi

Anónimo dijo...

hablando de otra película pesimista, he visto la de Gonzalez Sinde "una palabra tuya" y aunque la peli es correcta entretenida y tiene un buen guión (creo que tambien adaptación) al final me quedo con la sensación de que ya había visto la película mil veces. Y aunque el pesimismo patrio parece una marca de identidad, pasa como con las películas de amor, hay que descontextualizarlas de la época actual para que tengan el peso suficiente para no aburrirme y resultar repetitivas... tal vez enmarcar la de los Girasoles... en la posguerra sea lo que me haya conmovido.
bi.

Anónimo dijo...

Tal vez me haya expresado mal o igual esté malinterpretando tu comentario:Con lo de microhistorias no me refiero ni a que se trate de una película pequeña ni al hecho de las historias entrecuzadas del relato,sino a las historias cotidianas de gente común, cuyas vidas son cercadas por los acontecimientos históricos.
Zero

Anónimo dijo...

te habre malinterpretado. De todas formas de las cinco películas nominadas me parece la más completa. La de Diaz yanes me pareció más de lo mismo que "nadie hablara de nosotras..." pero encima peor narrada. La de Alex de la Iglesia, ya lejana en el tiempo no es una película con el suficiente empaque como para ganar ningún premio académico que no sea técnico. Camino es una peli de esas que gustan a la academia americana, pero a mi me resultó larga larga y con un guión con muchos altibajos. Vamos, que si no gana "los girsoles ciegos" es que los ciegos son los academicos.

Anónimo dijo...

Con "Camino" tengo sensaciones entrecruzadas.Me resultó insoportable,kitsch en exceso,una provocación un tanto superficial e infantil,donde Fesser lleva la burla hacia unos límites indecorosos,con el remate apoteósico del equívoco que teje la pasión de la niña y la analogía(subrayada con el montaje paralelo)entre la Obra de Dios con una burda obra teatral infantil.
Pese a que la película me resulta una broma pesada en la que sentí vergüenza ajena tanto por los personajes como por Fesser,creo que es la película española del año.Por la provocación que lleva implícita y porque es coherente.No soy amigo de este tipo de propuestas(pocos momentos de verdad encontré en la película),y hasta me pareció poco cinematográfica,pero me produce incertidumbre qué será de esta película con la perspectiva del tiempo.
Zero

Anónimo dijo...

de acuerdo en lo de que es kitsch. Y en lo provocativa que pretende ser, pero a mi me resultó pesadisima y poco interesante. Tal vez porque esperaba otra cosa. Ahora, no creo que en dos años nadie se acuerde de la película. Ni siquiera los que la vieron