Todo héroe ha de tener un punto débil.El de George Bailey es el orgullo, e inconscientemente desprecia, al igual que su Némesis (el ruín Potter), a sus semejantes.No es para menos, pues “¡Qué bello es vivir!” es un relato cargado de crueldad.
George Bailey es la encarnación de la juventud, vigorosa, soñadora, justa.Su ambición: conocer mundo,construir puentes, ganar el millón.En definitiva, salir de ese mísero pueblo llamado Bedford Falls.Pero el destino pronto le depara otro tipo de empresas, siendo precisamente su virtud el mayor obstáculo, haciéndole renunciar a sus sueños una vez tras otra, pues siempre ha de estar ahí, sacrificándose en beneficio de los otros:por la familia(cuando fallece el padre), por el bien de su hermano menor (al que no sólo salva la vida a los 7 años, quedándose sordo de un oído, sino cuando éste regresa de la universidad casado y con una oportunidad de trabajo bajo el brazo), o el bien de sus vecinos, cuando Potter aprieta y las finanzas caen.El colmo del fatalismo es que ni en guerra puede salir de Bedford Falls.La sordera, que le incapacita para el servicio activo.
Así, ”¡Qué bello es vivir!”, cuyo personaje principal bien puede simbolizar el Sueño americano, ese George Bailey cuyo límite es el cielo y es capaz de atrapar la luna, se tiñe de negrura para mostrarnos el reverso o la cara-B del Sueño americano.
Ya se nos advierte en el prólogo:la mirada de Dios, un conjunto de almas oran en el silencio de la noche por un alma perdida, George Bailey.A partir de ahí se inicia la misión de Clarence, un ángel que debe ganarse las alas volviendo al redil al infortunado, del que aún no sabemos nada, pero todo el filme procederá a la disección del héroe, en un juicio sumarial de vida y obra, desde el nacimiento hasta el momento presente.
Hablábamos más arriba de la negación del Sueño Americano.No sólo por el progresivo desencanto del personaje, cuyas ambiciones son continuamente arrumbadas, sino porque el relato torna en pesadilla cuando en uno de los más estremecedores, hermosos y omnipotentes puntos de giro de la ficción clásica, Clarence borra de un plumazo toda huella de George Bailey.No existe, pero presencia lo que es sin él haber nacido, produciéndose una terrorífica ausencia de familiaridad.No sólo en la decadencia de una ciudad(ahora llamada Potterville) y de unos habitantes infelices y desquiciados, sino la terrible experiencia de no ser conocido por tus amigos, esposa y madre.Claro, no has nacido.
No sólo se observa la tragedia en lo dicho y este proceso de catarsis.El héroe ha debido purgar sus pecados, que como decíamos al principio son el orgullo y el desprecio inconsciente hacia su comunidad y la vida en general, que no le han permitido cumplir lo que merecidamente deseaba, pero para lo que no estaba predestinado.Ese desprecio inevitablemente cambia de objeto, hacia uno mismo.De ahí el afán por la vía rápida, cuando George Bailey se considera más valioso muerto que vivo.
El aprendizaje y la vuelta al equilibrio en el alma de nuestro personaje se produce cuando sus semejantes, aquellos a los que siempre ha sacado adelante, responden con gratitud.
Como buen cuento, es un relato moralizador, maniqueo, que utiliza la estrategia del contraste, pues no cabe la duda de quiénes son los buenos(Bailey) y malos(Potter).Por momentos, cruel y tenebroso:sólo la visión del abismo conduce al gran salto.Y si la vida no es más que una continua renuncia, ese salto es el que permite sortear las zancadillas.
Zero en conducta
George Bailey es la encarnación de la juventud, vigorosa, soñadora, justa.Su ambición: conocer mundo,construir puentes, ganar el millón.En definitiva, salir de ese mísero pueblo llamado Bedford Falls.Pero el destino pronto le depara otro tipo de empresas, siendo precisamente su virtud el mayor obstáculo, haciéndole renunciar a sus sueños una vez tras otra, pues siempre ha de estar ahí, sacrificándose en beneficio de los otros:por la familia(cuando fallece el padre), por el bien de su hermano menor (al que no sólo salva la vida a los 7 años, quedándose sordo de un oído, sino cuando éste regresa de la universidad casado y con una oportunidad de trabajo bajo el brazo), o el bien de sus vecinos, cuando Potter aprieta y las finanzas caen.El colmo del fatalismo es que ni en guerra puede salir de Bedford Falls.La sordera, que le incapacita para el servicio activo.
Así, ”¡Qué bello es vivir!”, cuyo personaje principal bien puede simbolizar el Sueño americano, ese George Bailey cuyo límite es el cielo y es capaz de atrapar la luna, se tiñe de negrura para mostrarnos el reverso o la cara-B del Sueño americano.
Ya se nos advierte en el prólogo:la mirada de Dios, un conjunto de almas oran en el silencio de la noche por un alma perdida, George Bailey.A partir de ahí se inicia la misión de Clarence, un ángel que debe ganarse las alas volviendo al redil al infortunado, del que aún no sabemos nada, pero todo el filme procederá a la disección del héroe, en un juicio sumarial de vida y obra, desde el nacimiento hasta el momento presente.
Hablábamos más arriba de la negación del Sueño Americano.No sólo por el progresivo desencanto del personaje, cuyas ambiciones son continuamente arrumbadas, sino porque el relato torna en pesadilla cuando en uno de los más estremecedores, hermosos y omnipotentes puntos de giro de la ficción clásica, Clarence borra de un plumazo toda huella de George Bailey.No existe, pero presencia lo que es sin él haber nacido, produciéndose una terrorífica ausencia de familiaridad.No sólo en la decadencia de una ciudad(ahora llamada Potterville) y de unos habitantes infelices y desquiciados, sino la terrible experiencia de no ser conocido por tus amigos, esposa y madre.Claro, no has nacido.
No sólo se observa la tragedia en lo dicho y este proceso de catarsis.El héroe ha debido purgar sus pecados, que como decíamos al principio son el orgullo y el desprecio inconsciente hacia su comunidad y la vida en general, que no le han permitido cumplir lo que merecidamente deseaba, pero para lo que no estaba predestinado.Ese desprecio inevitablemente cambia de objeto, hacia uno mismo.De ahí el afán por la vía rápida, cuando George Bailey se considera más valioso muerto que vivo.
El aprendizaje y la vuelta al equilibrio en el alma de nuestro personaje se produce cuando sus semejantes, aquellos a los que siempre ha sacado adelante, responden con gratitud.
Como buen cuento, es un relato moralizador, maniqueo, que utiliza la estrategia del contraste, pues no cabe la duda de quiénes son los buenos(Bailey) y malos(Potter).Por momentos, cruel y tenebroso:sólo la visión del abismo conduce al gran salto.Y si la vida no es más que una continua renuncia, ese salto es el que permite sortear las zancadillas.
Zero en conducta
7 comentarios:
Me interesa precisar, que el sueño americano, lo que llamamos el "self made man" no es una característica de este imperio. Lo es de todos.
Sin distanciarnos en el tiempo.Napoleón, en su vuelta de la Isla de Elba para comenzar lo que conocemos como el período de los 100 días. En su discurso tras desembarcar cerca de Antibes. pronunció: "Todos vosotros, soldados, llevais en vuestras mochilas los entorchados del generalato"
En lo que respecta al guión y dirección, me parece acertadísima la descripción y caracterización de Clarence por parte de Capra. Es melosa e increíble
Tiene razón, es que los ángeles no existen. Y Capra nos lo proclama.
Los ángeles son recursos literarios que utiliza la Biblia "el lenguaje de los ángeles dicen los escrituristas" para introducirnos en el interior de la conciencia o Alma, del personaje que sufre la transformación.
Zero: Me alegra volverte a tener
Joaquin:
Una vez más,no deja de sorprender lo certero de algunos de tus comentarios.Gracias
Zero
para mi en esta ocasión lo más destacable no está en el fondo, sino en la forma: El fondo no deja de ser el mismo de muchas otras películas americanas de la época, influidas por la situación socio-economica, y por un gobierno que utilizaba el medio como propaganda, películas que sirvan de consuelo al americano medio sumido en la crisis.
Pero la forma, es lo que hace que la película especial.
Es claro que la película está inspirada en el cuento de Dickens "canción de navidad", y la estructura narrativa es además muy literaria. Con un guión escrito al estilo del siglo XIX, con un narrador omnisciente (en realidad Dios) que no ejerce como tal, pero que intervine indirectamente como si fuese (el cine lo es) un narrador equisciente, para alterar el destino el personaje sin intervenir alterando la información que llega al espectador. Una buena mezcla de estilos muy equilibrados que en cine es casi imposible alcanzar y que convierten a la película en un referente... yo también me sorprendo, aunque no en el mismo sentido.
BI.
Acabo de apagar el vídeo.¿Que ha sido,después de tantos años, lo cardinal de la película para mi?.
Lo más atemporal y de una credibilidad inequivocamente actual. Lo más humanamente inhumano. Sería la conversación entre el padre de George Bailey y el Sr Potter."Que se queden en la calle, me es igual, no son mis hijos"
Pues bien, en el mundo neocom que vivimos. Tomado siempre desde un punto de vista particular(con los condicionamientos que me pertenecen; Educación, religión, estado...) pienso qué la discusión,tan actual,sobre la clase de familia (Heterosexual u homosexual; con divorcio exprés o indisoluble; con bendición religiosa, estatal o sencillamente pareja de hecho...) es socialmente estéril.
LO TRONCAL: El considerar a los demás( El desarrollo de ellos y su prole), como parte esencial para mi desarrollo y el de los mios.
El no enrocarnos en nuestros conocimientos. Sino, tal y como hace Bailey, aventarlos
En conclusión: el mensaje actualizado de la película. Yo lo resumiria en:
Los hijos de los otros, son también mis hijos; el bien de los otros es inequivocamente mi bien
Yo más bien pienso que el mensaje de la película, actualizado o no, es que en nuestro existir por anodino y fracasado que parezca, algunos de nuestros actos (incluso los más pueriles) pueden haber marcado la vida de otros, o determinado algún quiebro imprescindible... La peli me encanta por muy blanda que sea, la primera vez que la vi era una enana y sin embargo me enamoré de la cara de bobalicón de Stewart. Como Bi, creo que el fondo es el mismo de tantas otras sobre todo de aquella época, pero la peli es única (bueno quizás sea hermana gemela de "Vive como quieras" tambnién de Capra)
Joaquín: me cuesta seguirte pero me despiertas mucha curiosidad... En cuanto a lo de los hijos de los demás hay una obra de teatro "Todos eran mis hijos" de Arthur Miller que habla claramente de eso, supongo que la conoces...
En relación al fondo,creo que hablar de homogeneidad minusvalora el atractivo de la película.
Pocas veces he presenciado una radiografía del desencanto tan cruda en el cine clásico, que la emparenta con otros títulos como "Los mejores años de nuestra vida" o la misma "Casablanca" y buena parte del cine negro.También es una muestra del componente dinámico del cine,pues es hija del contexto:La 2ªGuerra Mundial.Y así como en buena parte del cine europeo se produjo una quiebra en la forma y la necesidad de ser fiel a la realidad(el ejemplo más claro es el Neorrealismo), en Hollywood también se produjo un cambio.
Y si la película tiene vigencia es porque debajo de todo el trasfondo ideológico hay una verdad absoluta(y hasta diría que obvia) para cualquier sociedad:la cooperación y el sacrificio por el otro es la base de la vida plena.
Zero
En los años de la diversión, había un ministro de economía(Fernando Abril) que era conocido popularmente como Fernando el Caótico.Pues eso.En opinión de mis amig@s soy un caos.
No me extraña te cueste seguirme.
Dices: "Alguno de nuestros actos...(incluso los más pueriles...)pueden...".
Desde mi experiencia, lo que me ha llegado a suponer alguno de estos actos, es la precipitación en el abismo o "caida del caballo".
Un pequeño o gran acto puede llevarnos a intuir que estamos equivocados, de ahí a la reflexión y de la reflexión al quiebro del que nos hablas.
De la blandura de la película habría mucho que hablar. La bronca de Bailey a su tío es, a mi manera de ver, de las secuencias más crueles de la historia del cine.
Sobre el fondo de la película, creo que la mayoria de las veces, y esta es una de ellas, no es de la falta de matices del filme de lo que nos debemos de quejar. Sino de un sistema educativo e informativo, dirigido malignamente hacia la homogeneización de nuestras personalidades
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