lunes, 8 de octubre de 2007

LA FUENTE DE LA VIDA

Aronofsky se ha colocado en una posición difícil de encuadrar en el panorama cinematográfico actual. Si “Pi” era una película complicada para el espectador, al menos le hizo granjearse la admiración de un buen puñado de incondicionales que vieron en él un “producto” diferente. Esa especie de Mesías del cine que parece que los cinéfilos esperan que llegue para cambiar el metalenguaje cinematográfico. En su siguiente película “Réquiem por un sueño” confirmó que no iba a ser lo que este grupúsculo sin carné de afiliado esperaba, pero que era un director de culto a tener en cuenta, más apegado a la estética “moderna” que otra cosa. Pues ahora nos trae al planeta dvd su última y más difícil todavía “La fuente de la vida”. Otra película complicada sobre todo en cuanto guión, que al espectador medio le ha hecho preguntarse “...de que cojones va esta película” (extracto de conversación real)... y es que nos hemos acostumbrado de tal forma al cine comercial americano (o local; no nos creamos artistas), que hacernos pensar un rato nos parece una falta de educación. Pues sí, Aronofsky no se conforma con la forma narrativa convencional y da una vuelta de tuerca literaria al libreto.

Poco o nada se puede decir a nivel estético de esta película en la que un hospital tiene la misma pinta que un laboratorio de investigación científica y que la casa del protagonista. El espectador no se reconoce en espacios que están iluminados por la penumbra. Acostumbrado a los fluorescentes de los hospitales convencionales, las luces puntuales a las que sólo le faltan velas para terminar de crear la estética es poco o nada creíble... pero todo sea por el “look”. Otra cuestión es el guión. Un guión arriesgadísimo, estructurado de manera complicada, que no hubiese pasado en nuestro país ni el primer filtro de lectores becarios de una productora... a no ser que el nombre del guionista (el propio Aronofsky junto a Ari Handel acompañe el texto.

El guión es de esos que le encantan a Paul Auster por parecer una muñeca rusa a la que le vas sacando los muñequitos. Una historia dentro de otra historia, dentro de otra. En realidad el guión esta divido en dos tramas principales. La que se desarrolla en la actualidad y la que se desarrolla en la época del descubrimiento de las américas. Esta segunda es consecuencia de la primera, pues corresponde al libro que escribe la novia del protagonista Rachel Weisz... que al mismo tiempo está relacionada con el trabajo de investigación de Hugh Jackman que trata de encontrar una solución para el tumor que está a punto de acabar con la vida de ella. Lo que hace más complicada la trama de época, es que además hay continuos flash backs dentro de la misma, que lejos de causar intriga en el espectador lo que consigue es liarle más. Otro problema de esta trama es que contiene otra subtrama con un tipo malo (estereotipo de malo en realidad) que podría tener paralelismo con el tumor como malo de la trama que se desarrolla en la actualidad. Lo cierto es que la reina Weisz envía a Hugh a que encuentre algo que puede salvar el reino (que la salve a ella en realidad )
Para desconcertar aun más, entre ambas tramas los guionistas colocan otra tercera trama (subtrama en realidad) de mas difícil comprensión si cabe. Un buda con la cara de Hugh que trata de impedir que el “árbol de la vida” presente en todas las tramas muera, mientras se dirige en viaje estelar a una nebulosa a la que creen los mayas que se dirigen las almas de los que están a punto de morir. Lo mejor está aun por llegar. Cuando llevamos dos terceras partes de la película el científico ha descubierto que el árbol sobre el que investiga puede curar el tumor y dar la eterna juventud. Pero llega demasiado tarde porque la Weisz muere, en un punto de giro algo descompensado porque es casi el momento de clímax principal de la película. Entonces te preguntas qué más puede pasar.... ¿qué la resucite? Pero ella le ha dejado el encargo a Hugh de que termine el libro al que sólo le queda un capítulo. Esta situación da lugar a un tercer acto que rizando el rizo se complica aún más. No lo contaré, pero el nuevo escritor a tiempo parcial le da una resolución a la historia que no cubre las expectativas del paciente espectador que espera, o una explicación, ó que todo termine bien. A fin de cuentas se trata de una película de ficción en la que todo puede suceder. El director le ha dado tantas vueltas al guión que su credibilidad está a salvo. Pero en vez de eso, se empeña en complicarlo aun más y la secuencia en la que el protagonista se une al árbol (a la vida), o en la que el conquistador español se aparece como “buda” al brujo maya rozan el ridículo.

No me gustaría que quedase la impresión de que la película no me ha gustado porque no es así. Me mantuvo entretenido la hora y media pegado a la pantalla intentando descifrar el significado de lo que cuenta. Hugh que parece estar especializándose en películas de ficción (“X- man”, “El truco final”) hace una desesperada maravillosa interpretación de un hombre que se niega a sucumbir ante la impotencia que le produce intentar controlar lo que no puede. Rachel también cumple su función de centro del universo de él. El personaje de Ellen Burstyn, la jefa de Hugh en el laboratorio, es de relleno. El conjunto está perfectamente acompañado por la fantástica música de Clint Mansell, colaborador habitual del director, que como es su función, realza las secuencias. Tal vez el mayor problema es que la pretenciosidad de la película en aras de la originalidad es del todo excesiva, y eso siempre pasa factura si no tienes un fantástico guión que lo apoye. Y es que querido Aronofsky, como dijo el otro, menos es más.

Víctor Gualda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues tengo que decirte eres el primero que conozco que dice que le ha gustado (o al menos, que no no le ha gustado). Se le fue la pinza, se le fue...

Anónimo dijo...

absolutamente de acuerdo contigo. sólo añadir que trata de jugar (fallidamente) con la tensión de saber si será capaz de salvarla después de la secuencia del mono que se recupera.

Bonnie Parker dijo...

Uno puede analizar mucho de esta película, pero eso ya pensándole mucho, porque cuando encienden la luz de la sala, uno se queda con la duda si en la entrada estaban repartiendo porros para poder entender la peli (y no nos dieron ninguno), o de plano se perdió de la mitad donde se explicaba de qué iba esta hora y media de bellas imágenes y enredijo de historias…