martes, 17 de marzo de 2009

GRAN TORINO

Con esta película Clint Eastwood demuestra que es algo más que una estrella. Es un artesano que ama su trabajo, y lo hace con una honestidad y mimo que le ha llevado a
los libros de historia. Ya desde que empezó su carrera, su motivación para hacer los spaghetti-western que le hicieron famoso fue la de conocer mundo y trabajar con un director que no hablaba ingles. Pero ya entonces con aquellos personajes estereotipados supo imponer su personalidad y destacar en películas de serie b, que gracias a él se han convertido en pequeños clásicos. Luego llegaron sus películas en Estados Unidos y con ellas su saga del policía fascistoide y vengador Harry el Sucio y demás. Pues resulta que el cine y la sociedad han evolucionado, y en “Gran Torino” vemos esa evolución de las formas narrativas y de las ideas, probablemente también del mismo director.

Y es que el personaje parece deudor de aquella época de vengadores en la que el individuo era la única forma de redimir el mal de las calles (una constante en su cine). Por eso la evolución del personaje en la película parece la evolución de la sociedad que le ha tocado vivir a un “héroe de guerra” como Eastwood. De ahí que esta película de bajo presupuesto se convierte en una película necesaria en su filmografía. No es de extrañar que el director-actor haya anunciado el final de su carrera delante de la cámara. Parece lógico que haya querido cerrar el círculo con un personaje que entiende que su tiempo ya pasó, y que como redención de las ideas, se hace este traje a medida, se corta el pelo y se rasura como actor para enfrentarse al destino a pecho descubierto. Pero es que el símbolo trasciende, y parece querer decir que el desconocimiento de nuestros semejantes es lo que nos aleja de ellos. Por eso al conocerlos les aceptamos en incluso admiramos más que a nuestra propia familia. Y es que “Gran Torino” es una carga de profundidad crítica con el americano medio y por extrapolación con nosotros mismos.

Había escuchado que el final sorprendía, y después de verla, no puedo dejar de pensar que lo interesante del metraje no es el final, sino la evolución que hace del desenlace algo necesario e inevitable. Este Walt Kowalski parece entender que el pueblo americano es el producto del mestizaje de sus culturas, sean de donde sean (el personaje es de origen polaco, el cura irlandés, el peluquero italiano…), y que por mucho que se cuelgue la bandera americana en el porche, o tenga un Ford que le da titulo en el garaje, al final lo que importa es que tu gente es la que está cerca. Tal vez por eso cuando le dieron el Oscar por “Million Dólar Baby”, su madre de casi cien años le acompañó a la ceremonia.

No quiero develar el argumento porque la película es sencilla y hay que disfrutar al descubrirla. Sólo añadiré que mezcla sabiamente el tono dramático, salpicado de diálogos de comedia que enganchan e identifican al espectador con el personaje (fantástica la secuencia de la barbería con Thao). Que está presente la diatriba individuo-iglesia-Dios tan necesaria en su último cine, y que ojala Eastwood tenga energía para seguir dirigiendo durante muchos años, porque su cine a pesar de estar hecho para que el americano medio reflexioné, sirve de espejo fuera para conocer las tripas de aquella sociedad mestiza, tan distinta pero tan igual que la nuestra.

Víctor Gualda.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo la impresión que en Easwood hay una idea de heroe mesíanico que nos salva de nuestro desorden moral, y que esto en el fondo justifica el orden social, la existencia de estas subjetividades que expian nuestros pecados (este heroe siempre pero siempre es WASP, protestante blanco angloamericano, ¿el pueblo elegido?). Esta idea donde mejor funciona y en este caso encaja a la perfección es en "Mystic River" ,en el resto de sus siguientes películas, este gran narrador, nos la "mete" con calzador, lo siento pero este humanismo neoconservador me tiene exhausto...

Anónimo dijo...

De acuerdo con el anterior comentario(¿Eregoyan?)en lo del tono mesiánico de Eastwood.Pero en este caso el filme hay que analizarlo de otra manera.Por un lado,"Gran Torino" es una hilarante parodia del héroe que lleva interpretando toda su carrera,en ese ejercicio autorreferencial que muchos cineastas hacen en algún momento de su carrera(por ej.,claramente en Kitano,Fellini o Allen).Y por otro lado,si el héroe poco ha variado(salvo el tono),lo que se ha movido es el mundo.
No me voy a extender:una bella historia de iniciación con momentos de carcajada a través del humor directo que se destila en los bares.
Zero

Anónimo dijo...

Es gracioso, no sé si recordais que Spike Lee le acusó de racista porque no había negros en sus "banderas de nuestros padres". No viene al caso, pero a lo largo de su carrera le han acusado muchas veces de fascista y demás. Él se autoprocalma "Libertario", algo ambiguo pero lo que defiende es la libertad del individuo para hacer lo que le da la gana sin joder al prójimo (creo que casi todos lo somos). Otra cosa es que que el personaje que le ha hecho famoso y que se repite en sus películas es un heroe mesianico, lo raro seria que hiciese de negro. En esta ocasión estoy de acuerdo con Zero, aunque más que una paródia, para mi es una evolución del mismo personaje. Es como si Harry se estuviese a punto de cumplir los ochenta y se abriese un mundo nuevo para él, pero claro, Harry no puede dejar de ser el sucio...
Una anecdota que también viene al caso. Sergio Leone dijo de él que sus registros interpretativos se resumian a dos. Con el sombreo y sin él.
Bi.

Anónimo dijo...

coincido totalmente, muy interesante es la critica al ciudadano medio americano, ex convicto, preparado con el arma, con filosofia y justicia propias, con esos rasgos de americanismos absurdos, y la necesidad de "pertenecer" y la vez " fraccionar" ese pequeño universo que es un barrio, de mestizaje violento y dispar. Si la escena de la barberia destila sarcasmo al mejor estilo Eastwood...Y lo mas genial para mi es demostrar hacia el descenlace de la peli que el cambio de actitud es posible, aun en alguien asi, un kowalsky que antes de iniciar su viaje hacia la muerte, tambien nos invita a disfrutar del poder que ejerce la amistad en el duro corazon de un viejo.
Sobra un poco para mi gusto la lectura del testamento....mas metaforas vendrian mejor