viernes, 14 de diciembre de 2007

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Esta puede ser la crítica más curiosa de este blog. El motivo, hay muy poco que decir de el último estreno de moda en dvd. Carente de argumento, de interpretaciones, de guión, o de cualquier tipo de coherencia, la que nos ocupa es uno de los grandes "pufos" de la temporada. Va a ser difícil que no se lleve todos los premios a la peor película del año.

El argumento viene a ser algo así como; un tipo, Nicolas Cage, que es capaz de adivinar el futuro a dos minutos vista, y sólo si está relacionado con él. El FBI está interesado en sus cualidades porque hay unos malos que quieren poner una bomba en no sé donde y por no sé que (cosas de terroristas). Un McGuffin que avergonzaría al mismo Hitchcock, pero que estaría justificado si la historia que en realidad quería contar el director Lee Tamahori es la relación entre Cage y Jessica Biel, la protagonista femenina con la que de manera injustificada por guión nuestro protagonista sueña y a la que de la forma más egoísta posible mete en un buen lío. Así que con estás premisas, el “héroe” no está dispuesto a colaborar con nadie. Bastante tiene con malvivir como mago en una sala de fiestas en Las Vegas como para meterse en historias que no van con su personalidad. Se inicia entonces una caza al hombre por parte de terroristas y policías, pero Nicolas con sus superpoderes sabrá como arreglárselas para acostarse con la chica, ayudar a los buenos y atrapar a los malos. En fin un peliculón de aquellos que hacen historia.

Por comentar algo positivo de la película, diré que al principio del metraje hay una secuencia de presentación, en la que Nicolas aprovecha sus habilidades en beneficio propio. ¿Cómo? utilizando sus poderes para ganar discretamente en los casinos. El problema es que es reconocido por los “seguratas” que intentan atraparle dentro del local, pero él, una vez más, gracias a sus cualidades va dándoles esquinazo al adivinar sus movimientos. Esta secuencia graciosamente coreografiada es lo único salvable de la película.... En el polo opuesto, la poco creíble, por no decir estúpida secuencia en la que Nicolas se desdobla en muchos Cages para encontrar una bomba. En esta secuencia el guión pierde la seriedad que en ningún momento tuvo para sobrepasar el ridículo más vergonzante. Lo que me lleva a preguntarme, por qué un actor como Nicolas Cage, que no debe tener problema para elegir papeles, se empeña en hacer todo cuanto le ofrecen, sea de la calaña que sea. Es qué se le ha olvidado que tiene un Oscar por una magnifica interpretación en “Leaving las Vegas”, o es qué está esperando que le vuelvan a ofrecer un buen guión y mientras tanto hace lo que le encarguen para divertirse y sacar un dinerito (como productor además de actor en este caso). O tal vez es que teme que se le caigan los injertos de pelo antes de que ese papel llegue, y mientras, luce peinado y maquillaje ridículos. No lo sé, lo cierto es que algo tiene que haber porque si no, no entiendo como le engañaron a él, y sobre todo a Julianne Moore. Una actriz seria que suele hacer películas con proyección, y no cualquier guión basura como este. Más fácil es entender la situación de Jessica Biel, relativamente nueva en el panorama, y que tras el éxito de “El ilusionista” tiene que apuntarse a lo que le eche su agente para ir haciéndose un hueco en el mundillo hollywoodiense, y claro, si te dicen que vas a trabajar con dos pesos pesados como Cage y Moore no lo dudas. Así que en su caso soy capaz de justificarlo. A fin de cuentas ella es el catalizador para que el protagonista entre en la trama para salvarla. Mención aparte para Peter Falk, el entrañable Colombo, que hace un digno cameo como colega de Cage... Aunque tal vez los estoy subestimando a todos y el verdadero motivo que les llevó en tropel a la película fue que el guión de Gary Goldman, Jonathan Hensleigh y Paul Bernbaunn que está basado en un relato (The golden man) de Philip K Dick, autor de reconocido prestigio responsable de textos como “Blade Runner” o “Minority Report” en el que también trabajo Goldman como guionista y que fue un éxito más para Spielberg.

Fuera como fuese, una dirección, guión, interpretación, maquillaje, peluquería absurdas, pero que ofrece continuas secuencias de acción que agilizan una trama inexistente, de forma que la hora y media que dura la película se te pasan volando entre carreras y tiros, pero de esas que cuando termina te alegras de no haber ido al cine a verla.

Al final lo que extraemos del argumento es la moraleja de que el público norteamericano necesita ver que sus héroes de la gran pantalla huyen del individualismo para luchar contra el terrorismo, que es un problema de todos. Más, si las víctimas pueden ser nuestros seres queridos... ahí les queda un mensaje para la causa.


Víctor Gualda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

curiosa vision... para no tener mucho que decir creo que sale un articulo pelin largo...

Seguir asi.