El nivel de las series de televisión americanas en los últimos años ha colocado a la pequeña caja tonta en un escalafón en muchos casos superior al de su hermano mayor el cine. “Roma” es un claro ejemplo de ello. No en vano se trata de la serie más cara de la historia. Un presupuesto de cien millones de dólares y un equipo de trescientas cincuenta personas para su primera temporada y la asociación de la cadena de pago HBO y la británica BBC han conseguido llevar a buen puerto esta magistral recreación de los hechos históricos del intento de paso de la republica al imperio por parte de Julio Cesar.
La serie comienza con la desestabilizad política a la que está sometida la ciudad mientras el general Julio Cesar derrota a los galos en la batalla de Alexia. Pompeyo "el grande" manda en la ciudad, y asesorado por los senadores patricios teme que el poder de un victorioso Cesar aclamado por el pueblo, acabe convirtiendo la republica en imperio bajo el mandato de un tirano. El enfrentamiento no se hace esperar. La guerra civil entre Cesar y la Republica con Pompeyo a la cabeza está servida en el mismo momento en que el victorioso general entra en Roma con la decimotercera legión. Los senadores huyen de la ciudad para reunir el mayor número de hombres posibles y así enfrentarse a Cesar. Como sabemos históricamente son derrotados. Alguno de los senadores que se habían levantado contra él, con Bruto a la cabeza, vuelven al redil de Cesar, que busca la unidad y el mayor número de apoyo posible para su transición encubierta al imperio. El paso por el norte de África para afianzar la mayor parte posible de territorios conquistados y estabilizar la zona también en conflicto, y el encuentro de Cesar con Cleopatra, son parte de los hechos tratados en la primera temporada de la serie. No descubriré nada si cuento que la conspiración por el miedo a la perdida de poder de los patricios lleva al asesinato de Julio Cesar en el senado.
Pero lo mejor de la serie no es la recreación de los hechos históricos, no. Lo mejor es que los guionistas y directores consiguen humanizar a los personajes para que entendamos sus motivaciones. Es decir, que la serie trasciende lo que cuenta y nos muestra a la perfección como son las costumbres de Roma desde el 52 AC hasta la muerte de Cesar en todos los estratos de la sociedad. Desde senadores a plebeyos. Nos muestra las diferencias y los problemas de unos y otros. Para ello utiliza a dos personajes que tal vez por desconocidos (aunque basados en dos legionarios que aparecen en el libro “Comentario de la guerra de las Galias) resultan los que levantan la serie. Y es que los soldados Lucio Voreno y Tito Pullo (la versión romana de Asterix y Obelix) tienen un protagonismo inusual en una serie de estas características. Lejos de los intereses políticos, reflejados a la perfección por la lucha de poderes, estos dos ciudadanos de a pie, con sus problemas y aventuras particulares levantan el metraje cuando la serie se vuelve demasiado densa. A veces de manera poco creíble, es cierto, pero son ellos los que con subtramas heroicas elevan una serie que de otra forma hubiese sido demasiado cerrada. Suyas son las secuencias de acción, las que nos enseñan como viven los ciudadanos, soldados y esclavos romanos. Suyas son las secuencias en las que sentimientos sinceros más allá de intereses políticos o ambiciones trascienden al espectador, (a pesar de que personajes como Cesar o Bruto están muy humanizados). La amistad, el honor, la envidia, la escalada en la vida pública dinamizan la serie. Todo ello sin quitar merito a las tramas de ambición u odio que enfrentan a los dos personajes femeninos y que tienen su propio protagonismo. La lucha encubierta pero sin cuartel de Atia, la sobrina de Julio Cesar y madre del futuro emperador Octavio con Servilia, ex amante de Cesar (subtrama que se desarrolla en la serie) y madre de Bruto.
A lo largo de doce capítulos toda la red de tramas, subtramas y personajes están entretejidas a la perfección para que unos influyan en otros y evolucionen hacia una parte u otra. Así una subtrama que se presenta en uno de los primeros capítulos, una ocultación por parte de Niobe, la mujer del soldado Lucio Voreno, va a influir decisivamente en el último capítulo, en la muerte de Julio Cesar. Y es que si algo me gustaría elevar en esta crítica es el alto nivel de un guión que huye de estancamientos. Cada acción produce una reacción, nada es casual, cada secuencia lleva a la siguiente, y todas tienen una continuidad en el siguiente capitulo hasta el desenlace. Incluso las subtramas (como la del robo del oro) de un solo capítulo tienen una función de reforzamiento de la trama principal para lo que más adelante va a suceder. Tal vez a lo único que le pondría objeción es a la trama que se desarrolla en Egipto que sólo ocupa un capítulo y que se resuelve con una elipsis temporal demasiado grande y poco explicada en imágenes. Pero incluso en este caso nunca dejamos de entender como evolucionan los personajes o lo que está sucediendo en Roma.
No me quiero olvidar de mencionar a los actores que hacen un gran trabajo, que tanto el vestuario, caracterización o dirección artística están a un nivel muy superior al de la mayoría de las películas que podamos ver en la gran pantalla. Que la fotografía es espectacular. Aunque los decorados de Cinecitta en la que está rodada íntegramente la serie, aportan una parte importante de la credibilidad.
En definitiva una serie de visionado obligatorio tanto por lo que aporta a nivel histórico, como para entender lo que puede pasar en el futuro, ya que la civilización romana está directamente entroncada con la que conocemos a todos los niveles (una virtud más, la de mostrarnos costumbres y modos de vida casi de forma documental).
Como aperitivo os he colgado en nuestra página una secuencia de la serie que no tiene desperdicio, esta en inglés y es bastante gore, pero no penséis que toda la serie es así. Que la disfrutéis.
Víctor Gualda.
La serie comienza con la desestabilizad política a la que está sometida la ciudad mientras el general Julio Cesar derrota a los galos en la batalla de Alexia. Pompeyo "el grande" manda en la ciudad, y asesorado por los senadores patricios teme que el poder de un victorioso Cesar aclamado por el pueblo, acabe convirtiendo la republica en imperio bajo el mandato de un tirano. El enfrentamiento no se hace esperar. La guerra civil entre Cesar y la Republica con Pompeyo a la cabeza está servida en el mismo momento en que el victorioso general entra en Roma con la decimotercera legión. Los senadores huyen de la ciudad para reunir el mayor número de hombres posibles y así enfrentarse a Cesar. Como sabemos históricamente son derrotados. Alguno de los senadores que se habían levantado contra él, con Bruto a la cabeza, vuelven al redil de Cesar, que busca la unidad y el mayor número de apoyo posible para su transición encubierta al imperio. El paso por el norte de África para afianzar la mayor parte posible de territorios conquistados y estabilizar la zona también en conflicto, y el encuentro de Cesar con Cleopatra, son parte de los hechos tratados en la primera temporada de la serie. No descubriré nada si cuento que la conspiración por el miedo a la perdida de poder de los patricios lleva al asesinato de Julio Cesar en el senado.
Pero lo mejor de la serie no es la recreación de los hechos históricos, no. Lo mejor es que los guionistas y directores consiguen humanizar a los personajes para que entendamos sus motivaciones. Es decir, que la serie trasciende lo que cuenta y nos muestra a la perfección como son las costumbres de Roma desde el 52 AC hasta la muerte de Cesar en todos los estratos de la sociedad. Desde senadores a plebeyos. Nos muestra las diferencias y los problemas de unos y otros. Para ello utiliza a dos personajes que tal vez por desconocidos (aunque basados en dos legionarios que aparecen en el libro “Comentario de la guerra de las Galias) resultan los que levantan la serie. Y es que los soldados Lucio Voreno y Tito Pullo (la versión romana de Asterix y Obelix) tienen un protagonismo inusual en una serie de estas características. Lejos de los intereses políticos, reflejados a la perfección por la lucha de poderes, estos dos ciudadanos de a pie, con sus problemas y aventuras particulares levantan el metraje cuando la serie se vuelve demasiado densa. A veces de manera poco creíble, es cierto, pero son ellos los que con subtramas heroicas elevan una serie que de otra forma hubiese sido demasiado cerrada. Suyas son las secuencias de acción, las que nos enseñan como viven los ciudadanos, soldados y esclavos romanos. Suyas son las secuencias en las que sentimientos sinceros más allá de intereses políticos o ambiciones trascienden al espectador, (a pesar de que personajes como Cesar o Bruto están muy humanizados). La amistad, el honor, la envidia, la escalada en la vida pública dinamizan la serie. Todo ello sin quitar merito a las tramas de ambición u odio que enfrentan a los dos personajes femeninos y que tienen su propio protagonismo. La lucha encubierta pero sin cuartel de Atia, la sobrina de Julio Cesar y madre del futuro emperador Octavio con Servilia, ex amante de Cesar (subtrama que se desarrolla en la serie) y madre de Bruto.
A lo largo de doce capítulos toda la red de tramas, subtramas y personajes están entretejidas a la perfección para que unos influyan en otros y evolucionen hacia una parte u otra. Así una subtrama que se presenta en uno de los primeros capítulos, una ocultación por parte de Niobe, la mujer del soldado Lucio Voreno, va a influir decisivamente en el último capítulo, en la muerte de Julio Cesar. Y es que si algo me gustaría elevar en esta crítica es el alto nivel de un guión que huye de estancamientos. Cada acción produce una reacción, nada es casual, cada secuencia lleva a la siguiente, y todas tienen una continuidad en el siguiente capitulo hasta el desenlace. Incluso las subtramas (como la del robo del oro) de un solo capítulo tienen una función de reforzamiento de la trama principal para lo que más adelante va a suceder. Tal vez a lo único que le pondría objeción es a la trama que se desarrolla en Egipto que sólo ocupa un capítulo y que se resuelve con una elipsis temporal demasiado grande y poco explicada en imágenes. Pero incluso en este caso nunca dejamos de entender como evolucionan los personajes o lo que está sucediendo en Roma.
No me quiero olvidar de mencionar a los actores que hacen un gran trabajo, que tanto el vestuario, caracterización o dirección artística están a un nivel muy superior al de la mayoría de las películas que podamos ver en la gran pantalla. Que la fotografía es espectacular. Aunque los decorados de Cinecitta en la que está rodada íntegramente la serie, aportan una parte importante de la credibilidad.
En definitiva una serie de visionado obligatorio tanto por lo que aporta a nivel histórico, como para entender lo que puede pasar en el futuro, ya que la civilización romana está directamente entroncada con la que conocemos a todos los niveles (una virtud más, la de mostrarnos costumbres y modos de vida casi de forma documental).
Como aperitivo os he colgado en nuestra página una secuencia de la serie que no tiene desperdicio, esta en inglés y es bastante gore, pero no penséis que toda la serie es así. Que la disfrutéis.
Víctor Gualda.
1 comentario:
Pues después de tanta crítica a favor, no va quedar más remedio que coger la manta y las palomitas y ponerse a ver Roma!! Aqui ya tenemos segunda temporada. Si es tan buena como dices, igual te adelanto alguna cosilla!
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