La vieja máxima “menos es más” está representada a la perfección por esta producción del año 42 que dirigió Jacques Tourneur para la mítica RKO. La película es una serie B ejemplo de síntesis, que se basa casi completamente en un texto con demasiado planteamiento teórico pseudo sicológico (sobre el atavismo), y muchas secuencias superfluas que únicamente sirven para cubrir minutos. Todo ello para ampliar el interés por el personaje de Simone Simon; una intrigante chica Servia (Irena) con una especial atracción por las panteras. Ya casi al inicio de la cinta, el director se encarga de informar al espectador de la importancia que tiene para ella una vieja leyenda de su país que la emparenta directamente con los felinos. A partir de este punto, sólo unos pocos acontecimientos hacen avanzar la trama. Su relación con el personaje interpretado por Ken Smith que se concreta en matrimonio, y un par de personajes secundarios que sirven para complementar la trama principal. El seductor psicólogo Dr Louis Judd (Tom Conway) y la “sexual” compañera de trabajo de su marido Alice Moore (Jane Randolph) .
Lo curioso de la película está por venir. Una vez planteada la imposibilidad de la protagonista de mantener una relación convencional con su marido, con una actitud que tal vez no esté lo suficientemente explotada por el guión, aquella en la que Simone actúa como elemento castrante de su comprensivo marido, y que da a entender que no llegan a consumar el matrimonio. Como un elemento desequilibrador aparece el personaje del psicólogo, llegado para sacar a la protagonista de su problema, aunque más bien trate de llevársela a su terreno y seducirla. Por otro lado, los celos de ella hacia la comprensiva e insinuante compañera de trabajo de su marido, hacen que se destapen sus instintos más animales. Así, cuando las vueltas alrededor del mismo tema parece que van a comenzar a aburrir, el director se saca de la manga una sucesión de secuencias impresionantes.
Por un lado la secuencia de la persecución por la calle de Irena a Aice. Una de las mejores secuencias de tensión que he visto en el cine. Un par de calles, el sonido de los tacones, y la dramática y oscura fotografía, imponen una inusual tensión que es interrumpida por un autobús ocasional (cuantas veces habremos visto esta misma situación a partir de entonces) El cambio de las huellas de pantera por el de los zapatos de tacón. La secuencia de la pesadilla, con la utilización de la arcaica animación en forma de gatos negros de iluminados ojos, y aquella en la que Alice se encuentra atrapada en la oscura piscina. Secuencia en la que la música, las sombras del agua y lo sugerido de la sombra de un felino lo hacen todo. Las imágenes simbólicas en las que la protagonista juega con el espectador, al tiempo que con la llave que libera la pantera (también la que lleva dentro). El ritmo ha aumentado tanto que sin darte cuenta te ha llevado a el desenlace (de nuevo emparentado directamente con el cine de serie B), y por fin la conclusión de nuevo demasiado basada en el texto, con la frase lapidaria y un tanto ridícula del marido, algo así como... “no me mintió”.
Me quedo con la buena labor de dirección de Torneur que es capaz de a sacar partido a los pocos recursos de los que dispone, y que le llevan a sugerir en vez de mostrar. Complementado además gracias a la fantástica y dura (algo expresionista) fotografía de Nick Musuraca y la música de Roy Webb. Tengo que reconocer que creo que el guión de DeWitt Bodeen es más bien un demérito de la película, y que tal vez parte del éxito del personaje tenga mucho que ver el origen ucraniano del productor Val Lewton (al aportar el exotismo del misterio de la leyenda Servia que traspasa a Irena)
Una película de apenas setenta minutos con ilustres admiradores como Martín Scorsese, que llegó a reconocer que es una de las películas que le llevaron a dedicarse al cine, o a su colaborador en varias producciones el guionista y director Paul Schrader, que llegó a hacer su propia versión con desigual resultado. Al final la conclusión es que esta sencilla película se ha convertido en uno de los referentes del cine fantástico de todos los tiempos, y es de obligado visionado para aquellos que quieran conocer las bases sobre las que se cimenta el cine actual.
Víctor Gualda.
Lo curioso de la película está por venir. Una vez planteada la imposibilidad de la protagonista de mantener una relación convencional con su marido, con una actitud que tal vez no esté lo suficientemente explotada por el guión, aquella en la que Simone actúa como elemento castrante de su comprensivo marido, y que da a entender que no llegan a consumar el matrimonio. Como un elemento desequilibrador aparece el personaje del psicólogo, llegado para sacar a la protagonista de su problema, aunque más bien trate de llevársela a su terreno y seducirla. Por otro lado, los celos de ella hacia la comprensiva e insinuante compañera de trabajo de su marido, hacen que se destapen sus instintos más animales. Así, cuando las vueltas alrededor del mismo tema parece que van a comenzar a aburrir, el director se saca de la manga una sucesión de secuencias impresionantes.
Por un lado la secuencia de la persecución por la calle de Irena a Aice. Una de las mejores secuencias de tensión que he visto en el cine. Un par de calles, el sonido de los tacones, y la dramática y oscura fotografía, imponen una inusual tensión que es interrumpida por un autobús ocasional (cuantas veces habremos visto esta misma situación a partir de entonces) El cambio de las huellas de pantera por el de los zapatos de tacón. La secuencia de la pesadilla, con la utilización de la arcaica animación en forma de gatos negros de iluminados ojos, y aquella en la que Alice se encuentra atrapada en la oscura piscina. Secuencia en la que la música, las sombras del agua y lo sugerido de la sombra de un felino lo hacen todo. Las imágenes simbólicas en las que la protagonista juega con el espectador, al tiempo que con la llave que libera la pantera (también la que lleva dentro). El ritmo ha aumentado tanto que sin darte cuenta te ha llevado a el desenlace (de nuevo emparentado directamente con el cine de serie B), y por fin la conclusión de nuevo demasiado basada en el texto, con la frase lapidaria y un tanto ridícula del marido, algo así como... “no me mintió”.
Me quedo con la buena labor de dirección de Torneur que es capaz de a sacar partido a los pocos recursos de los que dispone, y que le llevan a sugerir en vez de mostrar. Complementado además gracias a la fantástica y dura (algo expresionista) fotografía de Nick Musuraca y la música de Roy Webb. Tengo que reconocer que creo que el guión de DeWitt Bodeen es más bien un demérito de la película, y que tal vez parte del éxito del personaje tenga mucho que ver el origen ucraniano del productor Val Lewton (al aportar el exotismo del misterio de la leyenda Servia que traspasa a Irena)
Una película de apenas setenta minutos con ilustres admiradores como Martín Scorsese, que llegó a reconocer que es una de las películas que le llevaron a dedicarse al cine, o a su colaborador en varias producciones el guionista y director Paul Schrader, que llegó a hacer su propia versión con desigual resultado. Al final la conclusión es que esta sencilla película se ha convertido en uno de los referentes del cine fantástico de todos los tiempos, y es de obligado visionado para aquellos que quieran conocer las bases sobre las que se cimenta el cine actual.
Víctor Gualda.
2 comentarios:
No la he visto pero si "La griffe du passe" que no se como se ha traducido al espanol. La consegui en internet despues de que la aconsejaran en "que grande es el cine". Me gusto bastante, aunque no consegui entusiasmarme tanto como Garci.
(perdon por los acentos, pero sigo fuera de territorio nacional).
No recuerdo especialmente inquietante la película, pero suscribo la máxima minimalista de "menos es más".Asimismo,siempre me ha sobresaltado más el cine de terror que parte de premisas realistas,como "La profecía","La semilla del diablo" o "El quimérico inquilino".Menciono dos de Polanski porque partiendo de esa base realista(de aconteceres,lugares y personajes)consigue inquietar con no la percepción,sino la interpretación que hacen los protas de lo que está sucediendo(he aquí de nuevo una de las claves del cine,el punto de vista).
No me enrrollo más,sólo comentar que el Kirk Douglas de "Cautivos del mal" parece ser una referencia a Val Lewton.E incluso la referencia a "La mujer pantera" es explícita en varias secuencias(magnífico cuando Kirk explica los mecanismos del miedo cuando apaga la lámpara en el despacho).
Zero
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