martes, 28 de abril de 2009

LA DESCONOCIDA

A nadie se le escapa la importancia de los títulos para definir el tono de una película. Y aunque es fácil relacionar a Tornatore con su homenaje amable al séptimo arte de “Cinema Paradiso”, al director italiano le gusta tocar diferentes palos. En este caso se atreve con un drama envuelto en thriller, y tengo que reconocer que después de seis años de espera desde su anterior “Malena”, el resultado es más que aceptable.

Como decía, el crédito que da título al metraje, cobra especial protagonismo. Toda la película está planteada como una especie de larga presentación del personaje principal. Para el espectador, Irena (Xenia Rappoport) es una desconocida de la que va descubriendo parcelas limitadas de su vida. Vemos que está recién llegada a la ciudad; Que le interesa vivir en una zona determinada; Que tiene una gran cantidad de dinero en efectivo, pero aun así quiere trabajar haciendo como limpiadora en un piso concreto. Piso en el que vive una familia acomodada con su hija.

El fantástico guión, firmado por el propio director, va dando detalles lentamente y generando la curiosidad del espectador que probablemente juegue a adivinar cuales son los verdaderos intereses de la protagonista. Unos flash-backs espaciados, con un estilo de fotografía rodaje y planificación diferentes, nos hablan de un pasado difícil, desarrollado en una trama paralela. La subtrama no está colocada de manera descuidada, también nos aporta pistas de sus intereses presentes. Nos presenta además a un antagonista que en el tercer tramo de película absorberá todo el conflicto, uniendo el pasado que representan los flash-backs y el presente, además de descubrirnos los motivos de nuestra protagonista. De esta forma entendemos el conflicto moral al que se ha enfrentado Irena a lo largo de todo el metraje.

Es tal vez este tercer bloque el que resulta más efectista, aunque algo precipitado, al girar radicalmente al thriler y dejar casi de trasfondo el drama, con algunas elipsis que tal vez den ritmo, pero que recortan el interés. El mayor problema de la cinta, se encuentra en un descubrimiento anticlímatico innecesario (¿será el pago moral necesario por sus actos? ya que el personaje lleva ese peso, sugerido por sus visitas a la antigua criada), que el director trata de compensar en un epílogo forzado y bajo mi punto de vista poco creíble, sólo con el fin de dejar un final positivo.

Tal vez haya espectadores que no aprecien el interés de la película por razones tan banales como el ritmo, acostumbrados al cine de género americano. Pero Tornatore es un director con muchas tablas, y tanto el tono, el ritmo, la mezcla de géneros, el suspense y la sorpresa (al más puro estilo Hitchcock) están llevados con una coherencia que se acomodan al estilo europeo, y aunque no haya sido una película especialmente taquillera en nuestro país, hay que rendirse ante el buen quehacer de este director lastrado por el éxito mundial de su oscarizada segunda película.

Víctor Gualda

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo interesante ademas es que a traves de este via crucis por el que transita la protagonista somos testigos del motor que la impulsa, esa pequeña luz que asoma entre tanta negritud, la necesidad de redimir ese amor y su fruto a pesar de todo. Ese sacrificio del que solo una madre es capaz, la capacidad del amor frente a la adversidad, y como se manifiestan sus deseos de cambiar su propio destino dan riqueza a la historia.
Si es verdad, los guiños a Hitchock,(la escena de la ventana por la cual se ve la casa de la niña - "la ventana indiscreta") Y con respecto a la relacion que tiene con la criada, de lavar su culpa, descubre de alguna manera que el fin justifica los medios pero que ella tambien tiene sentimientos. Quisiera rescatar la escena en que ella enseña a la niña a defenderse, de alguna manera imprimir en ella el antidoto contra el sufrimiento, la transmicion de ese aprendizaje. Sobre el final, creo que todos esperabamos llegar al alivio ansiosamente, aunque un poco efectista y trillado, viene a cerrar su calvario y dar la recompensa esperada.

Anónimo dijo...

En todo de acuerdo menos sobre el final. Creo que ese alivio del que hablas no se produce. La madre lo ha dado todo para descubrir una verdad (no quiero destripar el final)que aunque efectista, no es la suya. Es un golpe para las esperanzas de ella y del espectador. Un anticlimax que no es compensado con el epílogo, pues todos los esfuerzos, sólo son parcialmente satisfechos. Imagino que por muchos sentimientos que haya despertado en ella, no compensan la ineludible realidad de que no encontró lo que buscaba, y que probablemente ya nunca lo encontrará.
Bi.

Anónimo dijo...

por el contrario encontro otra realidad, (aunque no era la buscada) y es el afecto de esa niña ahora mujer que la espera, que ocupara el lugar de su deseo incompleto, es una forma de alivio al final...o no?

Anónimo dijo...

en fin, cada uno se alivia como puede. Para mi es un desengaño y soy simple espectador. Cómo será para una madre... por mucho que le alivie