sábado, 28 de julio de 2007

LADRONES VERSUS NUEVE REINAS

Qué mejor excusa para escribir un artículo, que comparar estas dos películas de dos directores debutantes en su primera incursión en el largometraje. Fabian Bielinsky y Jaime Marqués.

A priori lo único que es comparable en ambas, es que tienen en común el subgénero de los robos a pequeña escala. Nada que ver con las grandes producciones americanas tipo “El Golpe”. Nuestro cine tiene más que ver con la picaresca siguiendo la tradición de “El lazarillo de Tormes”, mientras que en el caso de “Nueve Reinas” es un hibrido a medio camino entre lo nuestro y lo de ellos (me refiero a los yankies)

La primera diferencia entre ambas producciones es más que evidente. "Ladrones" es una película de personajes. La subtrama de la relación entre los personajes interpretados por Juanjo Ballesta y Maria Valverde se convierte en la trama principal de la película. Mientras que "Nueve Reinas" es una película de trama con cierta relación a lo que los americanos llaman película de “colegas” También en esta ocasión son dos los protagonistas. Ricardo Darín y Gastón Pauls


"Ladrones" nos cuenta la historia de un chico que acaba de salir de un reformatorio. Primero nos introducen con un flash-back alargado de forma efectista, en el que nos muestran como el niño Ballesta ve como atrapan a su madre robando. Así, se nos presenta lo que en principio parece la trama principal. El personaje de Ballesta buscando a su madre después de salir del reformatorio, al tiempo que trata de reformarse.

Nueve reinas tiene una estructura de manual en su guión. Comienza con la presentación de los personajes en una situación extrema. Desde el primer minutos los roles quedan definidos. Darín será el maestro y Pauls el aprendiz, con padre preso, para el que tiene que conseguir una importante cantidad de dinero. El director se toma la molestia de meternos hasta el fondo en “la profesión” y nos introduce como si nosotros fuésemos los aprendices. El personaje de Darín consigue nuestra identificación con su personaje entre lecciones de timos de poca monta.

“Ladrones” ya nos ha presentado al reformado Ballesta y nos ha dado los primeros indicios de que en breve nuestro protagonista reincidirá, pero entonces se produce un hecho que tendrá una trascendencia definitiva en la historia. Juanjo tiene que jugarse el tipo para salvar a la Valverde de ser atrapada por un “segurata” de grandes almacenes. En breve, mientras ballesta sigue con sus traumas, se convertirá en maestro al igual que Darín. Aunque en su caso, Juanjo para intentar ligarse a la chica de la película. Lo que queda claro en este punto, es que entre dos se roba mejor.

Pero como en toda buena película de trama necesitamos una historia que sirva de hilo conductor de la película. Sino la película se nos convierte en una sucesión de anécdotas que acaban cansando y aburriendo. En “Nueve reinas” se trata de la aparición de unos sellos de calculable valor que puede cambiar el futuro de nuestros protagonistas. También supone la aparición de “la chica” tan necesaria para distraer al público de tramas demasiado densas. En este caso es una Leticia Bredice repeinada que resulta ser la ofendida y estafada hermana de Darín. Se huele la tensión en el ambiente...

Como en la fábula del escorpión y la rana, Ballesta no puede negar lo que es y acaba reincidiendo. Pero el guionista no se ha olvidado de que lo que mueve al personaje es la búsqueda de si mismo. Es decir, de su desaparecida madre. En este punto y de manera bastante forzada aparece el diablo (metafóricamente por supuesto) Aquí entra el hilo conductor del que hablábamos antes. La “misión” de ballesta va a ser robarle la cartera al director de una exposición, y para ello utilizará a su cada vez más enamorada aprendiz.

Tal vez la mayor diferencia entre el planeamiento de la trama de las dos películas es que en “Nueve reinas” todo está milimétricamente planteado. Todo. Mientras que en “Ladrones” todo es una excusa mal explicada. En la española se le da una trascendencia fundamental a robarle a alguien que no pinta nada en la película. Por qué. Porque el guionista necesita una excusa para demostrar que Ballesta ha cambiado por la chica. A partir de este punto se le ve el cartón a la película. Todo está encajado por pinzas para el dramático (e innecesario desenlace) ¿Por qué de anticuario pasa a regentar un prostíbulo? ¿No es todo demasiado evidente? Mientras tanto a estas alturas el espectador se ha entregado absolutamente a las reinas. Ni siquiera se plantea qué pasará al final de la Argentina. Unos giros maestros de guión le dan aún más emoción a la película. Tal vez el único fallo de las reinas sea la secuencia al final del segundo acto en la que vemos una visita de Gastón Pauls a su padre para justificar las motivaciones del personaje, del que luego se desdice en el sorpresivo desenlace. Pero para saber a que me refiero lo mejor es que reviséis la película.

Sólo por poner la puntilla, y rizando el rizo, añadir que me cansó la planificación de "Ladrones” con primeros planos demasiado cortos de los que abusa el director para darle tal vez más intensidad a los personajes, pero que acaban casando de tanta intensidad.

A destacar en ambas películas la interpretación de los cuatro protagonistas. Fantásticos en sus papeles. Por encima de todos “reinando” un Darín en un momento de gloria, que despliega todo lo que aprendió a lo largo de muchos capítulos de telenovela. También está casi a la altura del maestro un Ballesta, que borda este tipo de papeles y que si sigue con esta progresión (y su carácter no lo impide) llegará a lo más alto de esta profesión. Y por supuesto un par de directores en estado de gracia, que en el caso de Bielinsky desgraciadamente no va a tener la oportunidad de demostrar que lo de esta película no fue casualidad (después hizo la fallida “El aura”)

En definitiva más de tres horas de cine en estado puro (como gustan decir los cinéfilos) de las que animan a dedicarse a esta ingrata pero mágica profesión de contar historias en celuloide.

Víctor Gualda.

martes, 24 de julio de 2007

EL BUEN ALEMAN Ó BERLIN OCCIDENTE

En principio iba a dedicar estas líneas única y exclusivamente a “El buen alemán”. La última película del prolífico y vacilante Soderbergh. Después de verla, me ha parecido tan aburrida que he decidido emparentarla con una película con trasfondo común, pero tono diametralmente opuesto. Tal vez lo fácil hubiese sido hacerlo con “Casablanca”, ó con “El tercer hombre” películas con las que, como apuntaba algún socio, tiene mucho en común. Pero tenía un excelente recuerdo de “Berlín Occidente” y me parecía un reto mayor el compararla con la dirigida por Billy Wilder.

Comenzaré diciendo que ambas muestran la época posterior a la ocupación aliada de la ciudad de Berlín. Ambas películas reflejan perfectamente el mercado negro que se montó en la ciudad, y como los soldados americanos participaron activamente en él. Este mercado negro incluía la prostitución de las mujeres alemanas a cambio de salir de la desesperación que dejo la destrucción de la ciudad. Llegamos a otro punto en común, tal vez al principal. Cate Blanchett interpreta a una prostituta alemana casada con un miembro activo del partido nazi que sirve de excusa para desarrollar toda la trama. Mientras que Marlene Dietrich se gana la vida como cabaretera en un local nocturno y también está relacionada con un ex alto mando nazi. Hasta aquí todo lo que encuentro en común entre ambos largos... bueno, también que las dos están rodadas en blanco y negro. Pero ahora si, a partir de aquí cualquier parecido es pura coincidencia.

Steven Soderbergh es un director irregular. Su primera película “Sexo, mentiras y cintas de video” le dio la fama instantánea gracias al festival de Sundance. Pero pronto se extinguió, al ir encadenando lo que pretendía que fuesen películas de autor. Después de una crisis que le llevó a plantearse dejar el cine, Steven consiguió remontar su mala racha al comenzar a hacer películas comerciales. A partir se aquí alterna película comercial con película personal. Si a ello le unimos que trabó amistad con George Clooney y que juntos montaron productora, podemos decir que en la actualidad ha encontrado la formula mágica para mantenerse en Hollywood y hacer lo que le apetece. De todos son conocidos títulos como Erin Brockovich, Traffic, la saga de los Oceans y ahora este buen alemán que debe su título al personaje casi fantasma (hasta aquí el parecido con el tercer hombre) que sirve de excusa para la película. Una suerte de Víctor Lazlo (añadiendo el triángulo Clooney, Blanchet, hasta aquí las coincidencias con Casablanca) que con un desgarrado sentido de culpa trata de arreglar todo el mal que ha hecho. El detective Clooney (periodista en realidad) trata de salvar el culo a su ex amante, la bella y endurecida por la guerra Blanchet. Pero para salvarla a ella, primero hay que salvar a su marido títere. Como donde caben tres, caben cuatro, el niño Maguire trata de interponerse y ejercer el rol de salvador. Conclusión; la única que se sale con la suya y que realmente queda como una puta sin sentimientos es Cate (aunque después de lo que leí que opinaba de su personaje en Babel, ella debe de pensar que era la buena de la peli) Espero que no suene muy misógino, pero esta es la autentica realidad. Los hombres de la película quedan como meras marionetas cuyos hilos maneja el personaje más aburrido y estereotipado de la película.... por cierto, que este personaje es el que me decidió a emparentar una película con otra. Intuyo claramente que la Blanchet se ha basado en la gran Marlene para preparar su papel. Papel que Wilder escribió para su amiga y compatriota. Imagino que a estas alturas todo el mundo sabe que director y actriz eran compatriotas, que ambos huyeron del nazismo, yque ya eran amigos y conocidos antes de emigrar.

La película de Wilder es otra pequeña joya (cómo me gusta abusar del término) y tiene algo de autobiográfico. La contribución del cine a la contienda durante y después de la segunda guerra mundial, fueron películas propagandísticas de corte patriótico y documentales. Los principales directores viajaron a Alemania y Wilder al igual que el personaje que interpreta Jean Arthur como miembro de una comisión. Así que la información que manejaba era de primera mano. El director decidió ironizar y utilizar el mercadeo de trasfondo de una historia de amor entre un oficial americano (John Lund) y Marlene, cuyo personaje el director basó en el que lanzó a la fama a la Dietrich “El angel azul”. El trío lo completa la Arthur en un personaje que es una revisión del que Brackett y Wilder escribieron para la Garbo en la película de Lubitsch, Ninotchka.

Lo mejor de la película de Wilder es que el tono de comedia le permite hacer una crítica mordaz e irónica a todo cuanto se cruza por su camino. El argumento es bien sencillo. Una comisión del congreso americano ha sido enviada a Berlín para investigar sobre como se llevan las cuestiones de moralidad por parte de los soldados americanos en la ciudad. La miembro más extrema de la comisión investiga las relaciones de un mando americano con la cabaretera Dietrich, expareja de un alto mando nazi. Lund trata de evitar ser descubierto, y que mejor manera que seduciendo a la congresista. El desarrollo de la trama es pura comedia. Pero llega el punto en el que la película da un giro dramático que engrandece la película. El momento en el que ambas mujeres se encuentran en el cabaret y la película se eleva en este mano a mano entre ambas hasta el infinito, sobre todo por parte de la Dietrich (que durante el rodaje de esta película fue abuela). La anodina presencia de Lund desaparece por orden del coronel y se produce una redada en el cabaret. La situación se vuelve más complicada para Jean pues es ahora su moral la que está en juego. Una subtrama presentada en este punto nos informa de que el alto mando nazi ex pareja de Marlene va a tratar de matar Lund por celos (aparece al igual que el buen alemán el nazi escondido). La película ha ido cambiando, los elementos cómicos han desaparecido para dar paso al drama primero y al thriler después. Pero de forma muy sutil. Hasta en esto es muy superior a la de Soderbergh. No sólo ha conseguido entretenernos, sino que ha sabido darle la emoción que le falta a la del americano.

Para finalizar, comentar la repercusión que tuvo la película de Wilder en el momento, duramente criticada por el gobierno de ocupación en Berlín, y por el ejercito americano. Lo que me lleva a preguntarme qué trascendencia ha tenido la del duo, Soderbergh-Clooney. Ninguna. Otra película olvidable.

Víctor Gualda.

viernes, 20 de julio de 2007

EL QUIMERICO INQUILINO

Un genio... cuando uno empieza a escribir un artículo tiende a buscar las palabras que mejor encajen con lo que está a punto de contar. Pues bien, no quería desaprovechar la oportunidad de comenzar este con lo que me parece el Polanski recién llegado de Polonia (en realidad de Inglaterra tras el rodaje de “Repulsión”) a Estados Unidos. Esta claro que aunque siempre critiquemos a los americanos por la mayoría de las productos que nos empaquetan, saben muy bien reconocer la calidad, e importan haciendo suyos a los mejores directores, guionistas, directores de fotografía y cualquier resquicio de talento que tengan la oportunidad de exprimir. Esto tiene el riesgo para el creador de que igual que les acogen con los brazos abiertos, tampoco les importa despacharlos con igual desidia. El Polanski que llega a Estados Unidos es un joven con hambre de triunfo y talento más que demostrado para adaptarse a el país más multicultural y paradójicamente cerrado del planeta. Roman se adapta perfectamente a las costumbres y formas de vida americanas y realiza por encargo películas llenas de talento como “Chinatown” ó “Tess”, y deja patente que los temas que realmente le interesan son los mismos que antes de llegar a Hollywood. El lado más oscuro del ser humano. Coincide además en una época que hay mucha libertad para los “autores” y no tiene dificultad para explotar esos temas que le interesan.

Después del fiasco de “Piratas” que coprodujo de su bolsillo, se fue a Francia a buscar dinero de las multinacionales para su siguiente película. “The tenant” traducida en España por el título “El quimérico inquilino”. Se trata de la adaptación de la novela de Roland Topor, para la que Polanski se reserva el papel protagonista en una prefecta revisión entre “La semilla del diablo” y la anteriormente mencionada “Repulsión”

Los títulos de crédito ya nos anticipan de forma simbólica que estamos a punto de traspasar los visillos de lo desconocido, en un plano que recorre el patio de vecinos y que no nos deja ver el interior de los pisos como anticipándonos que algo siniestro se esconde tras esas cortinas. Roman (Trelkovski), está buscando piso y se ha enterado de que ha quedado uno libre en una comunidad. El primer encuentro con la portera del edificio ya nos define la personalidad de nuestro inmigrante polaco con papeles franceses, tímido y callado. También nos muestra la tensión que está a punto de encontrar en el edificio. Inmediatamente nos hace ver que algo extraño ha sucedido con la anterior inquilina, que se tiró por la ventana. Después de una visita a su futuro casero todo queda dispuesto para que Roman entre en la comunidad. Pero antes, una visita a la suicida le conduce a conocer a una amiga de esta (una jovencísima Isabelle Adjani) La visita termina con ambos en el cine metiéndose mano, mientras ven una película de Bruce Lee. A partir de que Roman se traslada al piso todo comienza a enrarecerse. Visiones de gente inmóvil en el baño comunitario, un diente detrás de un armario encajado y oculto en un agujero de la pared. Las constantes equivocaciones con el tabaco y el café... mil detalles. La película está llena de ellos. Casi cada secuencia es una pequeña película analizable por separado. La fotografía de Sven Nykvst muy contrastada, con muchas sombras muy del estilo de la que hizo para alguna de las películas de Bergman crean el ambiente perfecto para que se produzca la oscura evolución del personaje. Porque nos encontramos ante una película cuyo mérito está sobre todo en la evolución del personaje más que en una trama convencional. La cadencia de la película transcurre sin sobresaltos. Un ritmo lento y una atmósfera cada vez más asfixiante y opresiva acaban con la cordura del personaje. Las evidencias le hacen llegar a la conclusión de que todo lo que sucede es una confabulación vecinal para acabar con él. Polanski juega a la perfección y no se posiciona. Deja que sea el espectador quien decida si realmente es nuestro prota el que va perdiendo la cordura o son sus vecinos los que, siguiendo algún oscuro rito, tratan de volverle loco. La dirección es tan objetiva hasta tal punto, que si te identificas con Román, el espectador llega a las mismas conclusiones que el personaje (creo que es lo que pretende), pero si te tratas de poner en un punto de vista más distante te parece que Trelkovski realmente no tiene motivos más que los de su propia e inestable personalidad. Mediada la película el personaje siente tanta identificación con la anterior inquilina suicida, que ha dejado de ser él, para convertirse en ella. En una secuencia arriesgada de esas que o te consagran, o resultan tan ridículas que ya no te puedes creer nada más. Polanski pasa la prueba con eficacia y credibilidad. Incluso se permite el lujo de jugar con el humor. Un sentido del humor oscuro y masoquista que ya en sus cortos vimos que domina a la perfección. El desenlace es previsible, pero no por ello menos impactante. Sobre todo (y sin querer desentrañarlo) cuando no consigue su objetivo y repite la acción, en un nuevo malabarismo entre el dramatismo más masoquisa y el humor más irreverente.
Lo mejor, que es un personaje tan arriesgado, que es difícil conociendo el carácter de los actores de primera línea (siempre quieren interpretar héroes o personajes positivos) que ninguno se hubiese atrevido a interpretarlo. Lo que me hace pensar en la seguridad que tenía Polanski en su creación... o tal vez en su ego para arriesgarse con uno de esos personajes que crean un genio, o destruyen una carrera. Pero estos personajes oscuros tienen demasiado en común con el director para arrebatarle nada. Se diría que el polaco hizo un pacto con el diablo, le ha rendido culto en sus películas y este le ha cobrado el peaje con el asesinato de su mujer Sharon Tate por Charles Manson y su banda satánica y más tarde con la huida de Estados Unidos por unos cargos de abuso a una menor. A cambio le ha recompensado con una carrera que se estudia en las universidades... y recientemente con el inmerecido Oscar por “El pianista”

Como curiosidad, decir que las autoridades francesas querían presentar el largo al festival de Cannes y Polanski tuvo sólo ocho meses desde que se presentó el guión hasta que se estrenó en el festival. La película fue un fracaso de crítica y público... Quiero terminar el artículo como lo empecé, reiterándome volviendo a decir que el pequeño polaco (en realidad nacio él nacio en Francia), es un genio.

Víctor Gualda.

martes, 17 de julio de 2007

LA MASAI BLANCA

La película alemana dirigida por Hermine Huntgeburth parece estar basada en la historia real publicada como novela de Corinne Hofmann, lo que la emparenta directamente con los melodramas televisivos de tarde. Pero al comenzar a verla, las sospechas se convierten en realidad. El argumento es sencillo. Una mujer de viaje por Kenia con su novio de dos años se enamora, sin cruzar apenas dos palabras, de un guerrero masai en el estereotipo perfecto de amor a primera vista. Como resulta ser su último día de viaje, decide que lo mejor es dejar a su novio (del que aparentemente ella está enamorada, al menos eso dice) y partir en busca de su amor verdadero. Mostrándonos a la perfecta sacrificada por el amor incondicional.

Nuestra protagonista cruza el país de punta a punta para buscar a su amado. Al final es él quien la encuentra a ella, mientras se hospeda en casa de otra blanca que también lo sacrificó todo por amor. Ninguna de las advertencias de su, aparentemente desengañada nueva amiga le hace cejar en su empeño y ella sigue adelante. Tal vez piensen que soy un insensible, que no soy romántico, que no entiendo nada del amor. Pero tal y como muestran la actitud de la protagonista no entiendo nada. Es más. Me parece todo estúpido. Me refiero sobre todo a nivel dramático claro. El personaje de ella no evoluciona (sólo al final y para justificar una decisión). La muestran como una tipa cabezona, egoísta y caprichosa sin inflexiones de carácter, como ya he dicho antes en un perfecto estereotipo de enamorada. Parece que sólo el hecho de estarlo, lo justifica todo y al menos como explicaba antes a nivel dramático no es así. Creo sus decisiones haran que muchas mujeres la admiren por culpa de algo psicológico que nos inculcan desde pequeños y que nos impulsa a creer que hay un príncipe, princesa esperándonos y que cuando uno/a lo encuentra todo vale con tal de conseguirlo. En el caso de ella hay un guerrero Masai (con todo lo que eso supone). Pero ella en su infinito estado de embriaguez emocional, con una paciencia sin limites está dispuesta a enseñarle como se hacen las cosas. Él, a pesar de su origen, de sus creencias, de su carácter está dispuesto a dejarse guiar por el orden. Todo perfecto, porque como en cualquier relación, en el primer momento nada importa. Pero pronto lo que en principio eran buenas intenciones se vuelve en contra de una relación imposible. El carácter y la iniciativa de ella (en todo momento presentada como heroína) no son entendidos por el machismo de él. Pronto los celos llegan a la pareja y ella temiendo la agresividad de él, hace lo que toda buena madre haría.

Llegados a este punto me autoimpongo una reflexión. ¿Cómo sería la película si hubiese sido contada a partir de las experiencias de él? Probablemente diametralmente opuesta. No nos podemos olvidar que él es un guerrero masai. Una tribu nómada con una tradición probablemente asentada desde antes del origen de las civilizaciones. Es su personaje el que renuncia a sus costumbres por una blanca. Ella se inmiscuye y trata de cambiarle para que sea como su cultura occidental le dice que tienen que ser las cosas. Este choque de civilizaciones es el conflicto real de la película, pero no está suficientemente desarrollado. El guión de la película no es más que una sucesión de anécdotas, en las que ella se trata de involucrar de forma partidaria, mientras él las acepta como parte de su cultura. La secuencia de la ablación, la del la mujer embarazada que está embrujada, la de su regreso a Suiza, la de la tienda, incluso la de su embarazo. Todo para bien de la sacrificada heroína, que como ya he explicado antes, para mi no es más que una egoísta con iniciativa. Resulta mucho más real el personaje del cura italiano, a pesar de que se le trate de presentar como un intolerante sin iniciativa. Como el italiano explica, hay demasiado turista que aparece y desaparece sin dejar rastro.... y al contrario que él, opino que ella es una turista más. No me la creo, y no sé si es porque no están bien reflejadas sus experiencias en la película, o porque el director no consigue que me identifique en ningún momento con ella, pero me parece que su personaje es de cartón piedra. El director ha conseguido justo lo contrario, que todo mi apoyo sea para él (me recordó al personaje del relato de Bukowski, en el que al iniciar una relación de pareja, él se iba haciendo cada vez más pequeño (fisicamente) hasta desaparecer. En una metáfora perfectamente extrapolable a la situación que muestra la película).

Lo mejor del largo para mi, es la fotografía. El fiel reflejo de la miseria de un continente explotado y explotable en el que reina el caos y la corrupción que desde el primer mundo les hemos exportado, para tener un parque temático que visitar de vez en cuando y reafirmarnos en nuestra estúpida idea de que vivimos en el mejor mundo posible (si no fuese así, como íbamos a saberlo). Pero “La masai blanca” no es más que un melodrama televisivo que funcionaria mejor si se hubiese conformado con ser un documental.
Víctor Gualda.

sábado, 14 de julio de 2007

TERESA, EL CUERPO DE CRISTO



El motivo que me llevó a ver esta película es una entrevista que leí a su director y guionista Ray Loriga. En ella explicaba que para venderle la película al productor Andrés Vicente Gómez, le dijo que Teresa era algo así como el Rocky Balboa de la fe. Con esta premisa no pude resistirme a ver como este escritor mediocre reconvertido a guionista había resuelto un tema que no identificaba para nada con la imagen de modernidad alternativa que nos vende, o al menos que proyecta (no le conozco y sería injusto juzgarlo personalmente) De lo que si puedo hablar es de su “obra”. “Teresa” es su segunda película como director. La primera fue la adaptación de su novela “La pistola de mi hermano” al cine. Una película alternativa que trataba de imitar a los independientes americanos, sobre todo a Jim Jarmusch, objetivo que por supuesto no consigue. Con un grupo de actores desconocidos apoyados por Karra Elejalde como única baza interpretativa, el director resolvía mal que bien aquella película que hacía aun más pequeña e intrascendente su novela (que también resultó ser una mala imitación de los autores anglosajones) Después el señor Loriga volvió a su producción literaria, pero reconociendo que le había llamado la atención aquello de dirigir. Escribió el guión de otra película fallida. “El noveno día”, dirigida en este caso por Saura y que relata los acontecimientos del tristemente famoso pueblo de Puerto Urraco. Perfectamente olvidable excepto por un par de secuencias con más merito en la dirección que en el guión. El caso es que después de conocer a Marta Artica, que se ocupa del tema de los guiones en Lola films, y que considero que tiene más criterio que la media, tenía curiosidad por ver que había visto en el guión de una santa. Mi primera conclusión sin haber visto la película es que el reparto era lo que tiraría de la película. Encabezado por Paz Vega, que me parece mala actriz, pero que por algún motivo que se me escapa vende, y arropada por Geraldine Chaplin y un elenco de maravillosos actores (Eusebio Poncela, Jose Luis Gomez, Alvaro De Luna, Manuel Morón) pensaba que la película se sostendría sólo por ellos. Me parecía que al menos en eso Loriga había aprendido la lección. Luego vi la película... Lo reconozco. Me impactó. Lo mejor de la película sin lugar a dudas es el guión. El tema no me interesa, las películas de época me aterran, pero esta en concreto tiene un guión más que sólido. Loriga a dejado bastante (aunque no del todo) de lado su vocación literaria, y se ha adaptado al lenguaje cinematográfico. No se ha complicado la vida. Ha dividido la película en tres partes (al modo clásico) y ha conseguido que el personaje crezca minuto a minuto. El tema de la película está perfectamente definido, el tono se mantiene desde el principio hasta el final y el ritmo es acorde con la evolución del guión. Hasta la interpretación está por encima de la actriz y consigue momentos de credibilidad. Los diálogos son correctos en toda la película (a pesar de la dificultades de dicción de Paz) ingeniosos en algún momento y con ritmo en todo el largo. Tal vez lo que menos me guste de la película son esos momentos estéticos de modernidad completamente innecesarios que están distribuidos a lo largo del metraje, más propios de un videoclip que de los momentos de abstracción de una santa... aunque imagino que Ray (me voy reconciliando con él) los ha introducido para animar estéticamente un poco la película, aunque como digo a mi particularmente me resultaron innecesarios.


Por volver de nuevo a la afirmación del director, “Teresa” es realmente una especie de Rocky. Ella era una “pecadora” que como tantas en la época mancilló el buen nombre de su familia en un encuentro sexual antes del matrimonio. El precio, que la niña sea monja. Lo que hace que el personaje sea humano y no divino y consigue la identificación del espectador inmediatamente. De aquí a su necesidad de encontrar a Jesucristo sólo hay un paso. El método, él de la época, Cilicios y autofustigamiento es el susodicho método recetado por la iglesia. Pero Teresa no es una monja más. Es capaz de llegar al límite para conseguir alcanzar la fe. El clímax de este primer acto es tal vez demasiado potente, no quiero contar nada por no desentrañar la trama, pero es casi de final de película. En el último momento todo vuelve a la normalidad, pero con el personaje refortalecido e imparable. Ya ni la oposición de una jerarquía eclesiástica más preocupada por la política interna que por Dios, ni los chantajes, ni la extorsión, ni el hecho de que la mujer en la época era menos que nada, podrán con una fe por encima de lo humano. En este punto felicitar una vez más al director por no abusar de lo fácil que habría sido las escenas recurrentes de levitaciones. Así que llegados aquí, nos encontramos que la monja está a punto de ser juzgada por “rebelión a bordo”, pero el apoyo de un hombre de fe verdadera que pasa por ser santo la salva de la hoguera (en este caso un elemento externo, casi un “deus ex machina” tan denostado en el estudio del guión).

Todo adquiere un tono aún más político al decidir Teresa que ha llegado la hora de fundar su propio convento. Los perros están a la caza y ella es una presa fácil, pero ahí está su punto en común con el boxeador americano. Paz Teresa sólo tiene su fe incorruptible para tirar hacia adelante y nada ni nadie podrán pararla. La “vieja regla” en la que todas las monjas serán iguales, no habrá distinciones de clase entre monjas (muy bien reflejadas en el anterior convento, con monjas (ella misma) de seda raso y otras de paño. Una perfecta alegoría a la teoría comunista que predica jesucristo, que choca de frente con los capitalistas elitistas de la iglesia católica (en una crítica descarnada hacia el clasismo eclesiástico) Ayudada por la desinteresada amiga Leonor (Watling) como socia capitalista, conseguirán su improbable objetivo de fundar un convento en Ávila a pesar de los pesares. Épico el diálogo entre ambas de qué sucederá si les echan abajo el convento (casi bíblico si lo comparamos con él del nuevo testamento en el que Jesucristo va a derrumbar el templo y a rehacerlo en siete días (o tres, no recuerdo))
Al final como en todos los biopic, unos créditos nos explican que no sólo consiguió su objetivo en este convento sino que fundó una treintena más, hasta alcanzar la santidad finalmente reconocida por la iglesia.

En definitiva una heroína que tal vez no haya funcionado en taquilla como sus productores esperaban porque las películas de época, con mujer como protagonista no están de moda, pero por la que desde luego yo particularmente quiero felicitar a su director y guionista, a su productor, y a Marta Artica que una vez más no me ha decepcionado.

Víctor Gualda.

viernes, 13 de julio de 2007

APOCALIPTO



Recientemente he visto “Apocalipto” de Mel Gibson movido por el impresionante espectáculo sadomasoquista que nos hizo sufrir susodicho autor en su notable “La Pasión de Cristo”, tengo que decir que me esperaba más sadismo y más violencia, hay momentos incluso que me pareció contenido (Mel Gibson!, ejemplo de exceso en todos los ámbitos públicos de su vida...). Básicamente “Apocalypto” es una película de aventuras con todos los ingredientes del cine épico; héroe, malo, obstáculos prácticamente insalvables para la mayoría de los humanos (incluso de cualquier ser vivo..., conseguir ser más rápido que una pantera esta al alcance de pocos...) que nuestro héroe consigue salvar, etc, con algunas dosis de sadismo pero en este caso esta violencia solo sirve de “aderezo” de una buena película de aventuras y no tiene el sentido antropológico que tiene en “La Pasión de Cristo”.


Aquí terminan las virtudes de la película, en cuanto a los elementos simbólicos o el intento de Gibson de evocar el fin de una civilización, así como todos los elementos que pretenden exceder el puro cine de entretenimiento me parecieron absolutamente secundarios y fugaces en el desarrollo de la trama, Mel Gibson no consigue en mi opinión generar ninguna reflexión en el espectador y esto en estos tiempos de la “huida del yo”..., del intento de evitar cualquier tipo de conflicto personal, de puro hedonismo intelectual, es una virtud o es un defecto?.

Eregoyan

martes, 10 de julio de 2007

NOCHE EN EL MUSEO


Ha llegado el verano, y con él todas esas películas intrascendentes concebidas como mero entretenimiento de las que todos los cinéfilos reniegan, pero que abarrotan las salas de los cines. En DVD sucede algo parecido. Llega el verano y las películas estrella son aquellas que se conforman con arrebatar una sonrisa al espectador. "Noche en el Museo" es una de estas películas. Tal vez la mejor de las que últimamente han pasado por nuestras estanterías.

El protagonista es Ben Stiller, según mi punto de vista el más destacado y destacable de la última hornada de cómicos americanos intercambiables que aparecen cada década. El caso de Stiller parece ser una excepción. Además de actor, dirige. Y aunque sus argumentos son sencillos siempre tiene detalles para destacar. Desde su película generacional "Reality Bites" máxima representante de la generación X, Ben ha ido buscando su sitio. Y a estas alturas de la década ya lo ha definido perfectamente. Habrá algún agorero que le achaque que está estereotipado, o que siempre hace lo mismo... o este tipo de comentarios que tratan de quitar merito a cualquier profesional. Pero lo cierto es que él ha hecho grandes a actores como Robert de Niro... sí. No me he vuelto loco. He dicho Robert de Niro. Nuestro psicópata y mafioso favorito ya había hecho alguna buena incursión en la comedia. "Una terapia peligrosa" junto a Billy Cristal le había hecho creer que él también podía hacer reír. Pero fue en "Los padres de ella" donde se reafirmo y cogió confianza para estabilizarse en un genero en el que ha hecho sus mejores trabajos en los últimos diez ó tal vez quince años (con la excepción de Casino) Stiller también ha hecho grandes a los hermanos Farrelly y descubrió la vena cómica de otro actor dramático de culto por excelencia, Matt Dillon con la ayuda de Cameron Diaz en "Algo pasa con Mary" Luego ha dirigido e interpretado películas parodicas tipo "Zoolander" que a mi, me resultó divertida, irónica y descarnada... (de cuantas películas se puede decir lo mismo)

"Noche en el museo" es una película infantil. Con un argumento sencillo que se plantea desde el principio. No trata de engañar a nadie y da exactamente lo que ofrece. Diversión y entretenimiento para toda la familia. La excusa; lo de siempre. Un padre separado y demasiado soñador tiene que demostrarle a su hijo que él también puede ser un ganador. Para ello acepta un empleo como vigilante nocturno de un museo arqueológico. A partir de su primera noche Ben entenderá que no es un trabajo tan sencillo como pensaba.

La estructura de la película es como un espejo. A la forma de manual americano, está dividida en tres actos (qué barbaridad el provecho que le sacan estos yankies a los griegos) En el primero, un planteamiento del desastre que le espera a nuestro protagonista. Se enfrenta a una situación que no controla, que le sobrepasa. Está a punto de tirar la toalla. Pero la necesidad de demostrarle a su hijo que él también puede, le hace volver la noche siguiente (segundo acto) a enfrentarse a los elementos con decisión y coraje. En principio parece que lo va a conseguir. Pero de nuevo la situación se le escapa de las manos haciéndole flaquear en su empeño. En este segundo acto además la cosa se complica aún más con la aparición de los "malos" dispuestos a robar el eje central que le da sentido a la película. Un objeto mitológico con poderes sobrenaturales. Además hay un elemento externo que le complica aún más la vida a Ben. El director del museo. También comienza a tomar más protagonismo "la chica" que hasta ahora sólo había sido presentada. Todos estos elementos se combinan para dar paso a un tercer acto en el que a la manera americana hijo, chica y los que en principio eran los problemas colaboran con el protagonista para reestablecer el orden. De esta manera todo acaba como promete desde el minuto uno de película. El triunfo del bien, el reconocimiento del hijo a su padre, consigue a la chica, el reconocimiento público, la conservación del puesto de trabajo...

A destacar los actores que acompañan al protagonista. Robin Williams, Dick Van Dyke, Mickey Rooney. La fotografía del mejicano Guillermo Navarro ("El laberinto del fauno") Lo divertidas de algunas escenas, especialmente la de la huida del planteamiento. Las que recuerdan a Gulliver y la parodia del enfrentamiento entre razas (romanos contra vaqueros) las del mono y las llaves, ó la de los muñecos en miniatura quitándole el aire a la rueda de la furgoneta de los malos.
También hacer una reseña a los efectos especiales. La película está repleta de ellos, pero están bien introducidos al servicio de la trama, y no como meros efectos oportunistas...

En definitiva una película para el verano. Fresca, entretenida, de esas que te hacen bajar del pedestal de pretenciosidad del cine de autor y recordar que el cine se inventó como entretenimiento... aunque a algunos les pese.

Víctor Gualda.

jueves, 5 de julio de 2007

PARIS JE T`AIME


Si fueras director de cine y te propusieran rodar un cortometraje de cinco minutos que se desarrollara en uno de los distritos de Paris a gastos pagados y cobrando un buen dinerito qué dirías... algo así ha debido ser lo que ha sucedido con esta películita. Unos productores espabilados han debido de pensar que sería una buena idea para sacarle los cuartos al espectador con la excusa del mito de la "ciudad del amor". Mito por otra parte un poco manido y que poco tiene que ver con la realidad. Pero así somos. Alguien decidió que Paris era el estereotipo perfecto. Tal vez por la belleza arquitectónica de la ciudad... Humprey Bogart lanzó la mítica frase de "...siempre nos quedará Paris", una foto de un beso delante del hotel D´ville (que ahora es un centro comercial) y todos como borregos nos lo hemos creído. Así es esta película. Un quiero y no puedo capitulado en el que se desarrollan presuntas historias de amor. Apellidos ilustres a borbotones y poco más que otra película olvidable. Ni los Gus Van Sant, ni las Coixetes (y amiguetes) ni los Cohen (tal vez la historia más divertida) ni ninguno, pueden disimular el tostón de película sin pies ni cabeza que nos presentan. Poco o nada hay que decir del guión que se reduce a alguna mera anecdota,. Pocos comentarios de los actores, igual que de las direcciones. Ni siquiera la fotografía de ninguno destaca por su belleza. Espero que al menos les hiciera buen tiempo, porque yo no he tenido esa suerte las veces que he ido.

Por hacer un examen algo más pormenorizado, pero espero que no tan aburrido como el total del metraje (si te sucede, tienes la opción que utiliza Cortazar en Rayuela y pues saltarte este par de párrafos descriptivos que son complementarios) La película comienza por el distrito de Monmatre. Bruno Podalydès dirige un corto que promete más de lo que da, con un par de personajes tortuosos y torturados, almas gemelas que se cruzan y se encuentran. Quais de Seine; dirigido por Gurider Chadha nos muestra una historia demasiado moralizante y demasiado influida por la religión. Por otro lado Le Marais, dirigida por Gus Van Sant, en la línea del director, trata sobre la incomunicación verbal pero no física y resulta un tanto aburrido. El dirigido por los Cohen (para mi, como ya he dicho antes él más divertido) sobre Tuiliries, en el que adivino la intención del los hermanos de relacionar el nombre del distrito con la historia de violencia que desarrolla. Walter Sales y Daniela Thomas muestran en Loin du 16ª una paradoja sobre inmigrantes que cuidan a hijos ajenos, sin tiempo para cuidar los propios.
Porte de Choisy está dirigido por Christopher Doyle… No sé que decir de esta historia porque no he conseguido entenderla (Igual alguien me la puede explicar). Nuestra representante patria en la película Isabel Coixet, se ocupa del distrito de Bastille, con una reiteración sobre la muerte y el amor, igual que en sus dos anteriores largos. Estética de anuncio que tanto le gusta y sus amigos actores fetiche... más de lo mismo vamos. Place des Victories, por Nobuhiro Suwa, no es más que otro dramón interpretado por la mega dramática Juliette Binoche sobre la muerte de un hijo. Tour Eiffel por Sylvain Chomet es sin duda la historia más aburrida de toda la película. En ella la directora toma a un par de mimos como protagonistas con la excusa de la historia que cuenta un niño. Tengo que reconocer que en este momento paré el dvd y me fui a dormir.

La siguiente sesión comencé por donde lo había dejado el día anterior con energías renovadas. El cortometraje era el dirigido por Alfonso Cuaron. Poco que decir de él, salvo que está interpretado por Nick Nolte y que está rodado en un plano secuencia. El siguiente distrito, el de Quartier des Enfants Rouges está dirigido por Oliver Assayas, y cuenta una historia de malentendidos y atracción entre camello y cliente con el cine de trasfondo. Places des Feles es el distrito del que se ocupa Oliver Schimitz, y para mi, es si duda el mejor corto de toda la película. El motivo; es el único que realmente cuenta una historia. Una vez más de amor y muerte con flash back incluido. Una pequeña joya nada pretenciosa de encuentro, desencuentro y simbología. Richard LaGravenese dirige Pigalle. Una historia de juegos sexuales entre una pareja de actores que tratan de recuperar la pasión. Con dos pesos pesados Fanny Ardant y Bob Hoskins que bordan sus papeles. Quartier de la Madeleine de Vincenzo Natali ó como dirigir un anuncio de colonia en Paris. Lo mejor del corte, que no tiene un solo diálogo. Wes Craven hace gala de lo yankie que es en una historia de desencuentros con final feliz en el Pere la Chaise, frente a la tumba de Oscar Wilde. Con aparición del autor y varias citas del mismo incluidas... y en este punto llegamos a la que probablemente sea la historia que más le guste a la mayoría de los espectadores. La del alemán Tom Tykwer, que vuelve por sus foros después del desastre de "El perfume" para presentarnos una historia en la que Natalie Portman sustituye a su musa Franka Potente en una historia de amor, desamor y malentendido más destacable por su forma que por su fondo, pero que parte de una buena idea.

La penúltima de las historias está dirigida por Frederic Auburtin y Gerard Depardieu (que se reserva un cameo) y es un claro homenaje al maestro Cassavettes con Genna y Ben (Rowlands y Gazzara por supuesto) como protagonistas. La última de las historias dirigida por Alexander Payne sobre 14ª Arrondissement, que en un esfuerzo por ser benévolo, trato de relacionar con los relatos de Raymon Carver y creo entender que es una crítica a la clase media americana fuera de su contexto habitual.

En fin, una película absolutamente prescindible, pero con unos créditos que quitan el hipo... Quiero aprovechar este espacio para proponer a los productores españoles que hagan algo parecido en Madrid. ¿Se imaginan? Malasaña (o Maravillas, como se prefiera) dirigida por Calparsoro, con las cargas policiales como trasfondo de una historia de amor entre una punki y un policía. Barrio de Salamanca con una historia de terror o suspense dirigida por Alejandro Amenabar. La trama; Un asesino en serie que se dedica a asesinar octogenarios. Lavapies , dirigida por Santiago Segura y con su única creación propia como protagonista. Torrente masturbándose mientras observa a una vecina que trabaja en un chino... y así sucesivamente, incluyendo por supuesto el hilo conductor de toda la película... la aparición estelar de Gallardón escondido tras su casco de moto, recorriendo las calles de Madrid hasta llegar al balcón del templo de Debod, desde el que observa sus dominios. Un peliculón vamos.

Víctor Gualda.

lunes, 2 de julio de 2007

Trilogía de Apu


Hablemos de Apu.
Imagino que todos los seguidores de la serie de animación “The Simpsons” tendrán en mente al entrañable dueño del badulaque situado en Springfield (USA). Casi, casi. Me refiero al Apu que Satyajit Ray retrató en una serie de tres películas agrupadas bajo el título “Trilogía de Apu”.
Basándose en la novela de Bibhuti Bhushan Bandyopadhyay (por Vishnú, no me hagáis deletrear este nombre), Ray construye y muestra la vida de Apurba Roi desde su nacimiento hasta su madurez en los albores del siglo XX en la India.

Rodadas entre 1955 y 1959, la primera película de la serie, Pather Panchali (La canción del camino) nos conduce a una pequeña aldea india (no, nada de plumas ni caballos por esta vez) donde vive un matrimonio con su hija adolescente Durga.
La situación cambia cuando nace el pequeño Apu, único varón de la familia. Rodeados de miseria, el patriarca decide recorrer el país para intentar vender sus poemas y conseguir más dinero para todos. Mientras, los niños crecen y la madre ha de ocuparse de todos los aspectos de la casa. Tras una larga ausencia del padre y los efectos del despiadado monzón, su hogar queda totalmente irrecuperable. Amén de otra terrible desgracia (que no puedo narrar, lo hago por vuestro bien) cuando el padre al fin regresa a casa decide trasladarse con su familia a Benarés.
Mención especial tengo que hacer a una de mis escenas favoritas, a saber: Apu y Durga atraviesan los campos de arroz para poder ver el tren a vapor que por allí pasa. Sinceramente es una de las escenas más hermosas que he visto en cine.

Llegados a este punto y ya totalmente enganchados con la sonoridad del idioma bengalí, necesitamos ver la segunda parte para ver qué le ocurre a esta familia. Entonces insertamos el siguiente dvd, esto es, Aparajito (Apu, el invencible). Nuestros protagonistas viven en un apartamento en una ciudad grande y han de adaptarse al cambio que conlleva esta situación a la que no están acostumbrados. El padre se dedica a la honrosa profesión de ser sacerdote (debido a su pertenencia a la casta de los brahmanes, la más alta e importante de las cuatro) aunque sigue soñando con vender sus poemas y escritos para obtener más dinero. A pesar de las penurias están unidos y son felices mas otro revés del destino (lo siento, tampoco puedo contarlo, en serio, es por vuestro bien, hacedme caso) hará que Apu y su madre se marchen de esa ciudad a otra aldea. Allí es cuando el pequeño comienza a ir a la escuela con los pocos ahorros de la familia. Pronto empieza a ser un alumno destacado y termina el segundo en el examen estatal (imagino que debe ser algo así como la selectividad de este país en el que pululamos).

El, por fin, púber Apu ha heredado la pasión por la lectura de papá, así que devora ansiosamente todos los libros que caen por sus manos (y desgraciadamente no son muchos) lo que le lleva a obtener una beca para estudiar en Calcuta.
Su madre es reacia a que Apu marche solo pero al final consigue su permiso (no hay que olvidar que hablamos de unas costumbres totalmente distintas a las nuestras). En Calcuta estudia y trabaja duramente para obtener un título de graduado, hecho que le impide visitar a su familia con asiduidad…

La siguiente y última entrega se denomina Apu Sansar (El mundo de Apu).
Apu ha conseguido graduarse y sueña con escribir una novela. A pesar de su inteligencia y tesón no puede continuar estudiando por falta de dinero; de esta suerte comienza a buscar trabajo como maestro sin los resultados deseados.
Justamente su destino cambia cuando Pulu, un amigo del instituto, le pide que le acompañe a la boda de su prima Aparna.
De esta película destaco la escena de Aparna y Apu en el interior de un coche en el instante en que ella enciende una cerilla. Inolvidable.

Para los amantes de las curiosidades: hace unos pocos meses, la actriz que encarnó el personaje de Aparna (Sharmila Tagore, nieta de Rabindranath Tagore) ha estado en Madrid y sostuvo un encuentro con el director español Carlos Saura; al parecer el cineasta llevaba tiempo esperando encontrarse cara a cara con Sharmila. Y es que los ojos de esta mujer no se olvidan fácilmente.

No puedo resistirme a contaros otra pequeña curiosidad. La banda sonora de esta trilogía corre a cargo del gran compositor indio Ravi Shankar, el maestro que no sólo tocó en Woodstock, también introdujo a The Beatles en el manejo del sitar. Ravi es padre de la cantante Norah Jones, quien es la protagonista de la última película estrenada de Wong Kar Wai (My blueberry nights).

Espero que la próxima vez que entréis en una de las tiendas y nos veáis tras el mostrador pidáis a gritos alquilar “La trilogía de Apu”.
Estáis tardando en hacerlo. Mucho.

DVDT-Kita