martes, 24 de julio de 2007

EL BUEN ALEMAN Ó BERLIN OCCIDENTE

En principio iba a dedicar estas líneas única y exclusivamente a “El buen alemán”. La última película del prolífico y vacilante Soderbergh. Después de verla, me ha parecido tan aburrida que he decidido emparentarla con una película con trasfondo común, pero tono diametralmente opuesto. Tal vez lo fácil hubiese sido hacerlo con “Casablanca”, ó con “El tercer hombre” películas con las que, como apuntaba algún socio, tiene mucho en común. Pero tenía un excelente recuerdo de “Berlín Occidente” y me parecía un reto mayor el compararla con la dirigida por Billy Wilder.

Comenzaré diciendo que ambas muestran la época posterior a la ocupación aliada de la ciudad de Berlín. Ambas películas reflejan perfectamente el mercado negro que se montó en la ciudad, y como los soldados americanos participaron activamente en él. Este mercado negro incluía la prostitución de las mujeres alemanas a cambio de salir de la desesperación que dejo la destrucción de la ciudad. Llegamos a otro punto en común, tal vez al principal. Cate Blanchett interpreta a una prostituta alemana casada con un miembro activo del partido nazi que sirve de excusa para desarrollar toda la trama. Mientras que Marlene Dietrich se gana la vida como cabaretera en un local nocturno y también está relacionada con un ex alto mando nazi. Hasta aquí todo lo que encuentro en común entre ambos largos... bueno, también que las dos están rodadas en blanco y negro. Pero ahora si, a partir de aquí cualquier parecido es pura coincidencia.

Steven Soderbergh es un director irregular. Su primera película “Sexo, mentiras y cintas de video” le dio la fama instantánea gracias al festival de Sundance. Pero pronto se extinguió, al ir encadenando lo que pretendía que fuesen películas de autor. Después de una crisis que le llevó a plantearse dejar el cine, Steven consiguió remontar su mala racha al comenzar a hacer películas comerciales. A partir se aquí alterna película comercial con película personal. Si a ello le unimos que trabó amistad con George Clooney y que juntos montaron productora, podemos decir que en la actualidad ha encontrado la formula mágica para mantenerse en Hollywood y hacer lo que le apetece. De todos son conocidos títulos como Erin Brockovich, Traffic, la saga de los Oceans y ahora este buen alemán que debe su título al personaje casi fantasma (hasta aquí el parecido con el tercer hombre) que sirve de excusa para la película. Una suerte de Víctor Lazlo (añadiendo el triángulo Clooney, Blanchet, hasta aquí las coincidencias con Casablanca) que con un desgarrado sentido de culpa trata de arreglar todo el mal que ha hecho. El detective Clooney (periodista en realidad) trata de salvar el culo a su ex amante, la bella y endurecida por la guerra Blanchet. Pero para salvarla a ella, primero hay que salvar a su marido títere. Como donde caben tres, caben cuatro, el niño Maguire trata de interponerse y ejercer el rol de salvador. Conclusión; la única que se sale con la suya y que realmente queda como una puta sin sentimientos es Cate (aunque después de lo que leí que opinaba de su personaje en Babel, ella debe de pensar que era la buena de la peli) Espero que no suene muy misógino, pero esta es la autentica realidad. Los hombres de la película quedan como meras marionetas cuyos hilos maneja el personaje más aburrido y estereotipado de la película.... por cierto, que este personaje es el que me decidió a emparentar una película con otra. Intuyo claramente que la Blanchet se ha basado en la gran Marlene para preparar su papel. Papel que Wilder escribió para su amiga y compatriota. Imagino que a estas alturas todo el mundo sabe que director y actriz eran compatriotas, que ambos huyeron del nazismo, yque ya eran amigos y conocidos antes de emigrar.

La película de Wilder es otra pequeña joya (cómo me gusta abusar del término) y tiene algo de autobiográfico. La contribución del cine a la contienda durante y después de la segunda guerra mundial, fueron películas propagandísticas de corte patriótico y documentales. Los principales directores viajaron a Alemania y Wilder al igual que el personaje que interpreta Jean Arthur como miembro de una comisión. Así que la información que manejaba era de primera mano. El director decidió ironizar y utilizar el mercadeo de trasfondo de una historia de amor entre un oficial americano (John Lund) y Marlene, cuyo personaje el director basó en el que lanzó a la fama a la Dietrich “El angel azul”. El trío lo completa la Arthur en un personaje que es una revisión del que Brackett y Wilder escribieron para la Garbo en la película de Lubitsch, Ninotchka.

Lo mejor de la película de Wilder es que el tono de comedia le permite hacer una crítica mordaz e irónica a todo cuanto se cruza por su camino. El argumento es bien sencillo. Una comisión del congreso americano ha sido enviada a Berlín para investigar sobre como se llevan las cuestiones de moralidad por parte de los soldados americanos en la ciudad. La miembro más extrema de la comisión investiga las relaciones de un mando americano con la cabaretera Dietrich, expareja de un alto mando nazi. Lund trata de evitar ser descubierto, y que mejor manera que seduciendo a la congresista. El desarrollo de la trama es pura comedia. Pero llega el punto en el que la película da un giro dramático que engrandece la película. El momento en el que ambas mujeres se encuentran en el cabaret y la película se eleva en este mano a mano entre ambas hasta el infinito, sobre todo por parte de la Dietrich (que durante el rodaje de esta película fue abuela). La anodina presencia de Lund desaparece por orden del coronel y se produce una redada en el cabaret. La situación se vuelve más complicada para Jean pues es ahora su moral la que está en juego. Una subtrama presentada en este punto nos informa de que el alto mando nazi ex pareja de Marlene va a tratar de matar Lund por celos (aparece al igual que el buen alemán el nazi escondido). La película ha ido cambiando, los elementos cómicos han desaparecido para dar paso al drama primero y al thriler después. Pero de forma muy sutil. Hasta en esto es muy superior a la de Soderbergh. No sólo ha conseguido entretenernos, sino que ha sabido darle la emoción que le falta a la del americano.

Para finalizar, comentar la repercusión que tuvo la película de Wilder en el momento, duramente criticada por el gobierno de ocupación en Berlín, y por el ejercito americano. Lo que me lleva a preguntarme qué trascendencia ha tenido la del duo, Soderbergh-Clooney. Ninguna. Otra película olvidable.

Víctor Gualda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otra película olvidable? No sé, porque yo sólo puedo decir "otra película que no he visto". Deberías poner un servicio a domicilio en el videoclub, se me está acumulando el trabajo!!! Digas lo que digas la veré.
Aunque a ver si la próxima crítica termina con un "una película que no podéis perderos!"

Saludos a los devedetecos.