sábado, 16 de febrero de 2008

PROMESAS DEL ESTE

El nuevo rumbo que ha tomado el cine de Cronenberg le ha acercado a un mayor número de público. Desde su anterior “Una historia de violencia”, su hermético cine ha pasado a inaugurar una nueva época en este artista de culto, que le ha granjeado nuevos fans. Los mismos que ahora redescubren al autor y sus antiguos títulos, y le elevan a los altares de los que nunca bajo para unos pocos.

Lo primero que me gustaría destacar es la buena mano en la dirección y el buen trabajo de guión que ha sabido seguir una línea dramática clara sin sacar los pies del tiesto (para mi uno de los defectos del cine del director) La secuencia de presentación ya te deja pegado al sillón por su rudeza y realismo. Pero es que no hay que olvidarse de que estamos tratando con un director al que no le gustan los artificios, que no hace concesiones y que no va a darte una palmadita en la espalda para que sigas viendo su película. Inmediatamente pasa a otra secuencia, no menos dura, de una chica embarazada que se desangra en una tienda. Por supuesto acaba en un hospital. Lugar en el que trabaja Naomi Watts, nuestra protagonista. En sólo cinco minutos ya nos ha presentado las dos líneas arguméntales principales de toda la película. Por un lado la mafia rusa, y por otro a nuestra protagonista femenina, una enfermera de origen ruso. Nada a sido casual, todo tendrá trascendencia en el desarrollo de la película. Pero está encajado a la perfección de tal manera que ni te fijas en el cúmulo de casualidades. La trama avanza a toda velocidad. Conoceremos a nuestro chofer Viggo (de manera muy inteligente, como un personaje secundario sin excentricidades que corresponde con su rol dentro de la “familia”), mano derecha de chanchullos de Vincent Cassel, el hijo de un capo de la mafia rusa dueño de un restaurante. Todos ellos personajes complejos, con miedos y dobles fondos. Tal vez el de Vigo sea el más lineal, pues aunque aún no conocemos su juego, parece que la ambición es su motivación. Cronenberg juega muy bien con la diferencia entre las apariencias y el trasfondo. Nadie es lo que parece. Hay dobles oscuras intenciones, y lo deja entrever a través del diario que sirve de leiv motive de la película.

La utilización del diario es una excusa para introducir una voz en off que acompaña diferentes puntos a lo largo de toda la película. Pero hasta este recurso tan manido esta introducido maravillosamente. La voz en off no es explicativa, sino que lleva su propio ritmo y va contando la historia de la chica a lo largo de todo el metraje, y puntualmente introduce información que tendrá trascendencia, y que nos muestra el verdadero calado de los personajes involucrados. La tenacidad de Naomi por traducir el diario por medio de su tío, y así encontrar a los parientes cercanos del niño, la hacen introducirse en el peligroso y oscuro mundo para el que no está preparada. Si a eso añadimos la extraña atracción que siente por el chofer Mortensen, ya tenemos todos los elementos para el peliculón. Steve Knight (guionista) ha encajado todos los elemento de la trama, y si en “Una historia de Violencia” la película se rompía en el tercer acto (parte que no correspondía por cierto con el cómic en que estaba basada)... en la que nos ocupa todo encaja. El asesinato de la primera secuencia, cobra importancia en una subtrama que enriquece la trama principal, y que sirve de excusa para el desenlace. El diario y Naomi, nos sirven para ver las dos caras de la moneda de las personalidades de padre (fantástico Armin Mueller-Stahl) e hijo. Los complejos de este último. La atracción implícita que siente por Mortensen. Y por fin la sorpresa final de la que han ido dejando pistas a partir de la primera hora de metraje. En este punto más o menos, la traición y por consiguiente, la secuencia de la sauna, que es de las mejores secuencias de “acción” rodada desde hace décadas. Con rudeza y simplicidad a partes iguales, porque tiene ese estilo Cronenberg que le hace diferente, que huye del efectismo barato de superproducción (curiosa paradoja) y que compone una de esos momentos que hacen que siempre se encuentre en el subconsciente como referencia años después.

En definitiva, una película que trata temas universales como la ambición, la amistad, la traición, con el trasfondo actualizado de las mafias rusas y sus códigos, muy al estilo de otras mafias, como la sobreexplotada italiana. Los tatuajes como “libro de familia” (espectacular la secuencia de la entrada de Vigo en la familia) son detalles que aportan originalidad a un tema subexplotado aun. Otro de los asuntos que me llaman la atención es la relación de los personajes con el sexo femenino. Parece que las mujeres son mercancía de usar y tirar. La prostitución en la mayor parte de los casos que presenta como no consentida, además este parece ser el punto débil del rudo Mortensen, que deja entrever que no comparte ideales, y que da pistas bien mediado el metraje de su verdadero trasfondo... Como curiosidad, la relación entre Viggo y Vincent que me plantea dudas sobre la verdadera motivación del personaje. ¿Atracción por parte de Cassel hacia Mortensen? ¿Impotencia? ¿admiración? ¿Complejo de Edipo respecto al padre? No acabo de entender al personaje que obliga a su amigo a “violar” delante de él a una prostituta para probar su virilidad. Que hace negocios de espaldas a su padre tal vez para probarle algo, tal vez para demostrar que representa el futuro de la familia, en contraposición con la fidelidad filial por parte del patriarca dispuesto a utilizar a un Viggo cabeza de turco, que al sustituir simbólicamente al hijo por él en la secuencia de la sauna, está tomando el mando de la familia después de salir victorioso del envite. Maravilloso también el diálogo entre Naomi y Armin como ejemplo de subtexto. La aparente cordialidad que esconde una amenaza velada y que es trasmitida al personaje y al espectador creando una sensación de tensión e inquietud. Hasta el personaje casi sacado de la comedia del arte que representa el tío de la protagonista (Jerzy Skolimowski) y que guionista y director saben utilizar indiferentemente para relajar o para añadir tensión, están encajados en una de las mejores películas de los últimos años.


En “Promesas del Este” el director repite con Mortensen, y es que esta asociación, le ha reportado tanto a uno como a otro sus mejores críticas de su carrera. La película no tiene desperdicio. Desde la fantástica y fría fotografía de Peter Suschitzky, la maravillosa interpretación de Viggo, que como decía borda el papel de chofer-asesino ruso y por supuesto Naomi Watts. Me gusta la protagonista que ha escogido Cronenberg. Estoy cansado de las típicas niñas-heroínas con cara de niñas pijas y tetas de silicona que nos hacen sentir como pederastas aunque sea mirándolas de soslayo. Afortunadamente quedan actrices que a pesar de haber superado ampliamente la treintena siguen mantenido un carisma, una presencia y nivel interpretativo por encima de la media de la barbie superstar prototípica salida de películas universitarias para adolescentes, y Naomi es la reina de esas actrices antes que “estrella de usar y tirar”.

Víctor Gualda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lalín, ex camarada de Carlito Brigante:

No me gusta mucho el nuevo rumbo de Cronenberg.Parece un Clint Eastwood turbio. Creo que el final de esta película es una concesión, tanto que se ha hablado de que no ha hecho ninguna pese al giro hacia un cine menos marginal. Algo cutre me parece esa escena casi deux ex machina en la que Vicente está a punto de inmolarse y aparecen in extremis Vigo Y Noemí con el neonato. Me interesaban más esas disquisiciones más o menos complejas, más o menos ridículas, a veces, de pelis como Crash o ExistenZ. Esta última me parece la última peli 100% de David 'el depravado'. Las interpretaciones excelentes, los medios técnicos igual, la dirección es inatacable, pero falta un poco de su bilis filosófica. Me quedo con Inseparables. Ahí la metió doblada.De todos modos, es evidente que me aburro.