miércoles, 28 de mayo de 2008

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL COLERA

Entiendo que adaptar a Gabriel Garcia Marquez no es un trabajo fácil. El colombiano es uno de los mejores escritores vivos, y adaptarle debe ser un trabajo titánico. La presente película es un claro ejemplo de que este esfuerzo no tiene porque tener como recompensa una película a la altura del manuscrito.

El primer “fallo” de la película es tratar de abarcar todo el libro, que es casi lo mismo que decir abarcar toda una vida. La de Florentino Ariza y Fermina Daza. Para ello el escritor utiliza elipsis temporales, y suprime parte de la vida de sus protagonistas para adaptarse a las 443 páginas que tiene la edición escrita (al menos la que yo tengo), el director Mike Newell y el guionista-escritor-adaptador Roald Harwood, deberían haber hecho algo parecido para adaptarse al formato de dos horas que permite el celuloide. Querer abarcar lo máximo posible del texto escrito les lleva a hacer una película demasiado larga, en la que no hay una continuidad dramática en los personajes, sino una constante precipitación de hechos que no deja meterse en su piel y comprenderlos. Pasan demasiadas cosas en demasiado poco tiempo, y no todas tienen valor dramático (tal vez si melodramático). Por otra parte está claro que el texto escrito permite conocer las reflexiones del personaje más allá de sus actos, y en el formato cinematográfico esto se suple con la voz en off. En la presente se ha utilizado de manera prudente, ya que de lo contrario la narración se hubiese ralentizado hasta parar la acción. Así que Harwood se encuentra en una encrucijada que le obliga a tomar decisiones. Al final se decide por la más lógica y acorde con el formato. Recurrir a las acciones más que a las palabras. Lo que lleva a la siguiente cuestión. El punto de vista.

El punto de vista en el libro permite mantener una mirada objetiva y cambiar de personaje de manera natural porque esta escrito en tercera persona... En la película está repartido entre ambos protagonistas. Lo conocemos todo de ambos. Javier Bardem y Giovanna Mezzogiorno nos muestran las situaciones personales de los personajes por separado y desde sus propios puntos de vista, sin que domine claramente el de ninguno (aunque la idea sea que el principal sea el de Florentino). Con lo cual nosotros no podemos estar de parte de ninguno. Recientemente analizábamos “American Ganster”, que tenia una estructura parecida; el objetivo de cada secuencia era que ambos personajes acabaran encontrándose (excepto en la presentación de ambos) y todo complementaba para que entendiésemos a los personajes y generaba tensión por saber cuando llegaría el delicado momento. En esta, a pesar de que el objetivo claro es el mismo, el problema es que las secuencias sólo nos llevan a entenderlos por separado. Tienen una vida paralela común, y el objetivo de Florentino-Bardem se sobreentiende, pero no tiene nada que ver con el de Fermina-Giovanna (que no tiene uno claro) hasta casi el final.

Luego hay cosas que son difíciles de entender en la película. La más extraña a nivel de dirección es la primera aparición de Bardem. Uno se pregunta si a Fermina ha dejado de interesarle Florentino porque Unax Ugalde le gustaba más que Javier, o hay una razón no explicada de mayor peso (quiero decir que el cambio de actor te saca de la narración). Y es que el cambio de actor, se produce en uno de los puntos de giro del guión. Tal vez en este punto hubiese estado bien que se le hubiese dejado esta escena trascendental a Unax, de forma que entendamos que la negativa le ha cambiado. Pero el espectador es muy consciente del cambio injustificado (mientras que el resto siguen siendo los mismos) y se rompe la imprescindible identificación. Aunque entiendo que teniendo a Bardem se le quiera sacar el mayor partido posible, creo que esta fue una decisión equivocada. Además la respuesta tan brusca e inexplicable por parte de ella hace que al espectador le caiga mal inconscientemente el personaje, aunque sólo sea porque no entiende su decisión (no hay una evolución clara para ella).

Hablando de los intercambios de actor, también se pregunta el espectador por qué el único personaje que cambia y envejece es el del protagonista, mientras el resto siguen siendo evidentes jóvenes maquillados. Todo esto le resta credibilidad a la trama y a los actores, y así es difícil dejarse hipnotizar por esta bonita historia.

Tal vez lo que mejor está reflejado sea la evolución del personaje de Javier. Sus primeras experiencias personales, su desarrollo y su azarosa vida sexual como preparación para el día en que se encuentre con ella. El objetivo del personaje está claro y nada de lo que le pase o de las mujeres que conozca le alejará de ella. Hay una secuencia en la que un personaje secundario le pregunta por qué tiene tanto éxito con las mujeres. Y él en realidad está mostrando lo más profundo se su alma explicando que todas saben que en realidad nunca podrán tenerle, que está vacío... porque él se reserva para una sola mujer, Fermina.

Así que al finalmente me quedo con la sensación de que los grandes meritos del libro, son precisamente los grandes defectos de la película. Las interpretaciones son correctas y bastante comedidas, porque la intensidad está en los acontecimientos, no en el texto. Y esa capacidad para adaptarse y crear un nuevo personaje en cada interpretación, es precisamente lo que hace grande al actor Bardem.

Víctor Gualda.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca veo películas que adapten novelas que me han fascinado... Creo que cuando uno lee se monta en su propio globo y yo he volado en algunos alucinantes. Me encanta García Márquez, en realidad tengo debilidad por la literatura hispanoamericana, creo que manejan un castellano bellísimo y a un punto onírico en sus culturas que me parece hipnótico. Por eso, nunca veo estas pelis porque sería montarme en el globo de otro y casi siempre es un globo mucho peor que el mío. Yo he puesto otras caras, otras voces, otros colores... Hay una excepción: me encantó Matar a un ruiseñor, el globo superó al mío y ahora me es imposible imaginar a Atticus con otra cara que no sea la de ese bellezón de Don Gregorio Peck... En el fondo soy una nostálgica me sigo quedando colgada cuando veo una peli vieja en blanco y negro...

Uff, creo que me he ido por completo del tema... Retomo: en cuanto a Bardem, es un artista y además un super currante tengo entendido que llega al rodaje con el guón atestado de anotaciones (lo mismo he oído sobre Meryl Streep) su talento es natural pero muuuuy currado (solo hay que ver alguno de sus bochornosos curros de juventud) Y ahí volvemos a la polémica, una cosa es un tío que hace películas y otra un cineasta; una cosa es una tipa que escribe y otra una artista literaria; una cosa es un chaval que actúa y otra un creador (siempre que le dejen margen claro, porque hay guiones para mear y no echar gota y hay directores que mientras esté bien la iluminación les importa un rabanín que lleves toda una investigación sobre el personaje escrita en los márgenes del guión)

La caniche a punto de convertirse en pitbull.

Anónimo dijo...

ya te digo... de todas formas tengo que reconocer que no puedo llevarte la contraria en esta ocasión. Estoy casi de acuerdo contigo. Aunque tengo que decirte que me parece que tiene merito el sólo hecho de dirigir, el de escribir, o incluso el de ponerse delante de la cámara (o subirse a un escenario) Tambien tiene merito arriesgarse a adaptar una obra maestra de la literatura como esta... pero concesiones aparte, es cierto que hay directores que se ocupan demasiado de la foto y muy poco del guión y de los actores. Yo creo, al menos en nuestro país, que es por falta de preparación. El trabajo de interpretación debe partir de los actores, y el de dirección de los directores, y ambos complementar sus trabajos. Al final ambos descargan la responsabilidad en el otro y el resultado el desastre al que estamos acostumbrados. Pero no hay que olvidar a los productores, que son para echarles de comer aparte.

Anónimo dijo...

de todas maneras, te recomiendo que la veas. Reconocer los personajes y ver como han resuelto ciertas cosas del texto de Garcia Marquez tiene gracia e interés. Además la interpretación de Bardem tiene matices muy currados y merece la pena verle en la piel de Florentino.

Anónimo dijo...

Margüita dijo...

Pues yo pensaba que no había visto la película, pero fíjate, ahora me doy cuenta de que sí. El otro día en el avión, que no es el mejor contexto, ni la mejor pantalla. Y todos los personajes doblados al inglés. Y para colmo, aterricé antes de verla terminar. En resumen, cuento todo esto para contextualizar y no parecer injusta cuando digo que me pareció bastante aburrida. A todos los niveles...
Ni (tal vez la mejor?) historia de Cortázar, ni la fotografía, ni la interpretación lograron hacerme sentir nada. Al menos nada bueno.
Y coincido con nuestra anónima (te podemos llamar pitbull?) en que las películas adaptadas normalmente te sacuden fuerte, porque "destrozan" algo que tú ya habías creado, algo que tú ya habías dirigido. Y no hay mejores directores que nosotros mismos!

Yo no tengo tan claro que recomendaría verla...

Qué importa que Unax actúe mal, o que esté mal maquillado en la película... con una carita como la de Unax, Dios lo perdona todo... Jaja. Bromeo! Más bien, parodio!

Anónimo dijo...

pues si que tenias que estar dormida en el avión y ahora. La peli está en versión original rodada en ingles, el libro es de Garcia Marquez, y creo que con lo pit bull se refiere a ella misma.

Anónimo dijo...

Margüita dijo...

Umm... pues sí, igual estaba (y sigo estando) un poco dormida.
Aclaraciones a posteriori:
-Me da igual que la versión original fuera en inglés. Unax,por ejemplo, se dobla a sí mismo (tanto en inglés como en castellano), y el doblaje da penita pena.
-Lo de Cortázar ha sido un lapsus. Este hombre me fascina y le pongo en todas partes! Márquez, sin embargo, me resulta demasiado lento y descriptivo (para mi gusto). Me gustan sus historias, pero con frecuencia me adormece (aún más, peligro!) la manera en que las cuenta.
-En lo de pitbull no veo el error... Básicamente pedía su consentimiento para adjudicárselo como "nick" y dejar de llamarla "anónima".

menos mal que estás tú ahí para despertarme!

Anónimo dijo...

Me parece perfecto, podéis llamarme pitbull why not?

Y estoy de acuerdo en que tiene mérito ponerse a dirigir, escribir, actúar... no todos somos genios pero el mundo también nos necesita no? puedo flipar con una obra de arte y me puedo entretener con una historieta divertida... necesito tanto flipar como entretenerme (todo en su momento)
Y cierto también (que blandos estamos hoy...) que el trabajo director/actor tiene que ser de intercambio... hay por ahi tandems fantásticos