viernes, 15 de junio de 2007

EN BUSCA DE BOBBY FISCHER



Acaban de editar esta “pequeña joya” por no decir “Pequeña obra maestra del cine”... (comercial eso si, por si acaso alguien se siente herido en su sensibilidad y sólo admite en esta categoría a Tarkovski y Angelopoulos) El caso es que recordaba la película de la época por la que se estreno en VHS allá por el lejano 1994. Cuando metí el disco en el DVD no las tenía todas conmigo. Últimamente llevo una racha de películas que en su día me encantaron y ahora, con el paso de los años las he vuelto a ver y han perdido su magia o han envejecido mal. A pesar de que tenía la sensación de un recuerdo estupendo (porque del argumento apenas recordaba nada) tampoco ayudaba el hecho que el protagonista de la película sea un niño de siete años. Si a esto añadimos que todo se mueve en torno al ajedrez y que lo único que sé de este juego es mover las fichas pues las expectativas no eran muy halagüeñas... Total, que mientras todos estos pensamientos cruzaban por mi mente, le di al “play”. No me volví a mover del sillón hasta el final de la película.

Steven Zaillian es el director y guionista de la película. Tal vez no os suene el nombre, pero si os digo que es el guionista de la multioscarizada “La lista de Schiller” la cosa cambia. Pues resulta que la película está basada en la historia real del niño jugador de ajedrez, Josh Waitzkin.... Steve (que se declara fiel fan de las películas de la novelle vague francesa), opina que “Rocky” (se lo dedico al que hizo aquel comentario en la crítica de “Rocky Balboa”) acabo con el buen cine americano que se había comenzado a hacer en los setenta y condicionó al tipo de héroe de las películas, que de ser un tipo normal que podía conseguir o no su objetivo, pasaba a ser un súper héroe que conseguía lo que se proponía sin que nada se interpusiera en su camino. Zaillian dice no estar de acuerdo con este concepto de cine y busca personajes complejos, con crisis, con dudas, con miedos, que a veces se superan y otras no. Pero gente con la que te puedes cruzar por la calle a fin de cuentas.

Josh Waitzkin (interpretado por Max Pomeranc) es un niño normal que de forma autodidacta aprende a jugar al ajedrez. Su padre (Joe Mantegna) al descubrir el talento del niño trata de motivarlo, pero no sabe como acercarse a él. Lo lleva a una especie de guru para que le enseñe las claves. El guru Ben Kingsley trata de llevarle por el lado más estricto y metodológico del juego, mientras al niño lo que le gusta es jugar en el parque con los desheredados y perdedores, pero especialmente con su amigo negro Laurence Fishburne. Un jugador mucho más anárquico y antitesis del personaje de Kingsley (personaje pensado para aligerar el dramatismo y que los desheredados también nos sintamos identificados). Por otra parte Joan Allen interpreta a la madre del niño, tal vez el personaje más equilibrado de cuantos están alrededor del joven genio. Lo único que a ella le importa es que su hijo esté bien, y hará lo que sea necesario para conseguirlo. Es curioso ver como Zaillian (que por si no lo he dicho antes tiene créditos de Director y Guionista) ha conseguido hacer girar toda la trama en torno al niño (héroe) pero con la peculiaridad narrativa de que su personaje no cambia, permanece leal a unos principios más propios de un adulto, mientras que todos los personajes que circulan en su orbita cambian. Pero sin embargo es la evolución de los que le rodean lo que hace crecer al personaje principal. Es una paradoja en el tratamiento habitual de los personajes que sin embargo funcionan a la perfección en esta película.

En cuanto a la estructura del guión, es de manual. Los actos están perfectamente definidos, pero Zaillian introduce una nueva novedad. Presenta al antagonista al principio del segundo acto, acompañado a su vez por el personaje reflejo del de Kingsley, lo cual lo convierte en un doble conflicto porque es el honor de Ben lo que está en juego. Max le observa, le analiza y le acaba teniendo miedo. Lo que le bloquea y crea un conflicto. En la trama con su nuevo “enemigo” y consigo mismo y sus propios miedos por otro lado. Esto se completa con un miedo más (tal vez el motor de toda la historia) del niño a decepcionar a su padre, que a estas alturas de la película se ha transformado de un padre humilde a un padre demasiado orgulloso. La secuencia culminante de la relación entre ambos es bajo la lluvia, después de que Josh se haya dejado vencer por un rival mucho más débil, mientras el padre se lo recrimina, él sólo es capaz de pedirle que le abrace.... Sencillamente brutal.

Por otra parte el Zaillian guionista domina los diálogos indirectos a la perfección. Para muestra un botón. Su madre le habla de si quiere pizza mientras pasan por el parque, él mantiene un diálogo intrascendental, mientras de reojo no puede dejar de mirar a los jugadores de ajedrez del parque, que es donde le gustaría estar a él.

El tercer acto no podía ser en otro sitio que en el campeonato en el que por fin el niño se va a tener que enfrentar a sus miedos y a su rival. El apoyo de sus padres y de sus maestros hacen que el final sea previsible pero emocionante... a fin de cuentas estamos viendo una película comercial con un niño de siete años como protagonista...

Lo mejor de la película es sin duda un reparto de actores excepcionales, tanto secundarios como de reparto y una guión sin alardes pero muy bien pensado y estructurado. Que el personaje del niño es real y no te quedas con la sensación de haber visto un melodrama de tarde de los de Antena 3. Además hay que destacar las imágenes documentales reales sobre la evolución del propio Bobby Fisher que acompañan toda la película y que dan un soporte más a la trama principal. ... En fin una maravillosa delicia de película sólo acta para los que se dejan llevar por la historia y los personajes y no por otros argumentos más intelectuales.

Víctor Gualda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fast Eddy Felson:
Ví esta película hace mucho tiempo,y me gustó bastante.
A ver si la llevais pronto al videoclub porque hay ganas de volver a verla.