viernes, 8 de junio de 2007

SCOOP


Tengo que reconocer que con Woody Allen no soy objetivo... y además que me encanta no serlo. Llevo viendo las películas de este pequeño genio desde que tengo uso de razón, y cada año espero que estrene la siguiente con entusiasmo. Para mi es como ver una serie de televisión en la que estás esperando que llegue el siguiente capítulo cada semana. Pero en su caso los capítulos se hacen esperar un poco más. Después de salir del cine siempre me voy con una sonrisa de satisfacción por el deber cumplido.
Este año tocó su segunda película europea (por producción, no por localizaciones) “Scoop”. En la que Woody (le trato con confianza porque parece casi de la familia) encarna a un mago de gira por Europa. Pero en este caso los protagonistas son, la guapa Scarlett Johansson, aprendiz de periodista que se deja llevar más por los sentimientos que por la razón, y el fornido “Lobezno” Hugh Jackman de profesión millonario. Ellos acompañados de Ian McShane, un periodista “de los de antes” capaz de regresar desde el mundo de los muertos para prestarle una exclusiva a la Johansson.
Con esta premisa que da credibilidad a una trama en la que todo es posible. El periodista que descubre la noticia de su vida (paradójicamente cuando ya está muerto) utiliza al mago Allen como médium para soplarle la noticia del año a una no muy avispada Scarlett, periodista universitaria americana. Juntos Allen y Johansson forman el tono cómico de la película. Es evidente que entre ellos hay complicidad y eso se nota en la interpretación. El trío lo completa un personaje en otra onda interpretado por un correcto, pero sin alardes Hackman del que la rubia se enamora en cuanto le echa el ojo. Guapo, alto, hijo de aristócrata millonario y según el periodista fantasma, asesino a tiempo parcial. Aquí arranca la trama en la que la pareja trata de descubrir si realmente Hugh es el “asesino del tarot” (una nueva connotación mitológica de las que tanto gusta el director utilizar en su cine).
A destacar el juego que tan bien practica Woody Allen, aprendido del maestro Lubitsch, de desarrollar secuencias cómicas con puertas (me refiero a la secuencia en la que entran y salen de la cámara buscando pistas, mientras se desarrolla la fiesta en el piso de arriba)

Tal vez el único punto flaco de la película sea el final del mago Splendini. ¿Era necesario que tuviese un final tan poco heroico? ¿Está justificado su final para que tenga oportunidad de mostrar sus trucos en su “viaje final”? ¿No resulta más ridícula que graciosa su secuencia en el Smart? ¿La marca de coches puso dinero en la película? ¿Le sucede lo mismo a Allen que a Scorsese y la gran Manzana está demasiado mordida? ¿Es cierta la crítica que tantas veces escuchamos de que siempre cuenta la misma historia? En realidad da la impresión de que Allen se encuentra a gusto reciclándose en el mismo personaje, las mismas situaciones, la misma estructura de guión, pero con mucho más estilo que otros pretendidos grandes cineastas españoles que reciclan, cortan y pegan con mucho menos sentido.
El resultado es una película divertida, sin ser de las mejores del maestro, pero a la altura de sus anteriores trabajos. Personalmente me resulto más entretenida que “Match Point” (otro recorta y pega pero de obras de más calado, Hightsmith y Dostoievski) a la que reconozco más trasfondo, más argumento, poca originalidad, peor interpretación (sobre todo de su protagonista Brian Cox) y por supuesto, el hecho de que ser un drama siempre parece que puntúa más alto que la comedia.
Al final la sensación de siempre, a ver qué tal es la próxima... y sobre todo ¿Reconoceré en la pantalla las localizaciones de la película que en verano comienza a rodar en España?

Víctor Gualda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin ánimo de querer ser el tocapelotas oficial, apuntar que el protagonista de 'Match Point' no es Brian Cox (que interpreta a su padre), sino Jonathan Rhys Meyers. Y sí es cierto que no es un gran actor (como sí lo es B.Cox).