sábado, 18 de agosto de 2007

ATRAPA A UN LADRON


En 1954 Cary Grant llevaba una serie de fracasos seguidos y había decidido retirarse. Hitchcock que ya había trabajado con él en un par de películas (Sospecha y Encadenados) le quería como protagonista de “Atrapa a un ladron”. La Paramount le proponía a James Stewart. Pero el maestro era muy consciente del tono que necesitaba el personaje, a la par elegante y cómico, y el bueno de Grant era perfecto para el papel. El hecho de que toda la película se desarrollase en la Riviera francesa (a Grant le encantaba viajar) y que la protagonista femenina fuese Grace Kelly le terminó de convencer. La película no está entre las mejores de Alfred, pero supuso la vuelta al éxito de Cary. Grant había rechazado “Vacaciones en Roma” y “Sabrina” (Wilder quiso trabajar en repetidas ocasiones con él, pero nunca llegaron a coincidir) Al final el actor ingles (si, el perfecto galán americano era ingles) se recuperó para el cine, y todavía dio su mejor interpretación años después en la última colaboración con Hitchcock, “Con la muerte en los talones”.

El argumento de “Atrapa a un ladrón” es bien conocido. Un famoso ladrón de guante blanco (Robie “el gato”) retirado que vive en la Riviera francesa. Se producen una serie de robos de joyas con su “firma” y por supuesto él es el principal sospechoso. El gato quiere demostrar su inocencia, y decide atrapar al imitador. En apenas un par de secuencias se encuentra con la policía pisándole los talones por una parte, y sus antiguos camaradas de la resistencia (héroe de guerra además) que le envidian por su posición, por otra. Como cualquier buena comedia necesita una protagonista femenina para que funcione, le meten en la trama a la hija de una rica, ostensible de ser robada. Pero la realidad es que si analizamos fríamente a trama, a parte de la tensión sexual entre ambos, la Kelly no pinta nada en la película. Tienen mucha más gracia su madre ficticia, la actriz Jessie Royce Landis, que interpreta un personaje cómico con un punto irónico muy bien conseguido. La Kelly tiene además una antagonista femenina Brigitte Auber, cuyo personaje es mucho más interesante que el de la prota. De hecho, estoy convencido de que si Auber hubiese tenido un par de secuencias más y una cara bonita, se hubiese comido el personaje de la futura princesa de Mónaco. Lo mejor de la película a mi entender son los diálogos a ritmo de comedia que tan bien se le daban a Cary y la secuencia del encuentro entre ambas en mitad de una isleta en pleno mar, cargada de competencia, y que tiene un punto muy real entre mujeres que quieren un mismo hombre. Cary tiene además un par de aliados y enemigos, que sirven para justificar la información que el director nos quiere ir dando en cada momento sobre la trama del robo, mientras el trasfondo es la relación amor-odio de los dos protagonistas.

Si hay que destacar una secuencia, yo destacaría la primera en la que el prota huye de la policía. Muy bien narrada, mezclando el tono cómico con la acción. En una de esas secuencias que más tarde la pareja actor-director bordarían en su última y mejor colaboración “Con la muerte en los talones”. En cambio, en el lado negativo, tengo que reconocer que técnicamente la secuencia de la noche americana me horrorizó (también al director) y a nivel de trama, la que ocupa el tercer acto me resulto un poco pesada y más que previsible. El baile de disfraces me pareció un poco pantomima y no entendí muy bien el sentido. En cuanto a la interpretación Cary está sobresaliente como siempre en este tipo de papeles, mientras la Kelly busca un sentido a su personaje. Histérica perdida, pasa de la alegría desbordante, queriendo ser ladrona ella también, a la desconfianza histriónica (atención a una secuencia en la que se golpea repetidamente un bastón que tiene entre las manos) En realidad, fría y distante la mayoría de las veces creo que no logra una buena comunicación con Cary.

Cary Grant no ganó nunca el Oscar. Estuvo nominado dos veces por dos películas que no tenían nada que ver con el “personaje” (él mismo se consideraba así) que le había hecho famoso, pero nunca ganó. Sólo años más tarde, en 1970, le dieron un oscar honorífico por su aportación, y por primera vez delante de una cámara, lloró al recogerlo. Tampoco el otro ingles, Hitchcook recibió nunca uno a pesar de que la mayoría de sus películas americanas se pudieron contar como éxitos. Pero a cambio, la academia ha premiado a actores como Russel Crown por Gladiator (el año que también estuvo nominado Javier Bardem) y a Ridley Scott en otra “extraña pareja”.

Como curiosidad, destacar que como todo el mundo sabe, la obsesión de Hitchcock por las mujeres, y especialmente por la rubia Kelly, que le llevo años después de esta película a comprar los derechos de Marnie, la ladrona para ella, y de echo estuvo a punto de hacerla. Pero bien por problemas de celos con Rainiero, ya marido de la rubia, que además era admirador del ingles, bien por problemas políticos, que fue la excusa oficial, ya que Mónaco ofrecía ciertos privilegios fiscales a hombres de negocio, con los que De Gaulle no estaba de acuerdo. Para no romper su relación con Francia, el príncipe tuvo que adaptarse a las circunstancias y romper la imagen frívola que se atribuía al principado . Consecuencia, impidió que la ya princesa Grace volviera a trabajar con el maestro... y en el cine.

Si tenéis oportunidad además, os recomiendo que le echéis un ojo a la entrevista que Truffaut le hace a Hitchcock, y concretamente a la curiosa teoría del maestro sobre porque prefiere las rubias frías y con pinta de institutrices a las latinas que dan una imagen sexual demasiado explicita... dice Hitchcock
“... cuando abordo cuestiones sexuales en la pantalla, no olvido que también ahí el suspense lo es todo. Si el sexo es demasiado llamativo y evidente, no hay suspense. ¿Por qué elijo rubias y sofisticadas? Buscamos mujeres de mundo, verdaderas damas que se transforman en prostitutas en el dormitorio. La pobre Marilyn tenía el sexo inscrito en todos los rasgos de su persona, como Bardot, lo que no resulta demasiado delicado” Truffaut le replica “... pero ¿no cree que este aspecto de sus películas satisface más al público femenino que al masculino? Alfred contesta, “... es posible, pero le contestare que en una pareja, es la mujer la que elige el film que van a ver y diré, incluso que ella es quien decide después si el film era bueno o malo. Las mujeres pueden soportar la vulgaridad en la pantalla a condición de que no sea expresada por su propio sexo”...

Víctor Gualda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Alguien sabe dónde conseguir esa entrevista? Devedeteco Bi, puedes colgar el link, por favor?

Gracias!!!

Anónimo dijo...

La información sobre Cary Grant la puedes encontrar en el documental "el perfecto galán" sobre Cary. En cuanto la entrevista, la puedes comprar en cualquier sitio. está editada en formato "de lujo" y en formato bolsillo por Alianza. Y no tiene desperdicio. Alfred comenta todas sus películas y habla de parte de sus actores.
Bi

Anónimo dijo...

Muchas gracias!