miércoles, 1 de agosto de 2007

ALPHA DOG



Sorprendente. No puedo menos que reconocer que cuando cogí este disco, pensé que iba a ver la típica película de acción. Lo pensé guiado por la carátula y por la sinopsis argumental de su contraportada. Estaba seguro de que iba a ser mero entretenimiento sin un segundo de reflexión. Error. Prejuzgar algo ó a alguien por las apariencias siempre es un error. También en el cine.

Sabia que el director era Nick Cassavetes. Para los que les suene el apellido, se lo confirmo. El hijo del admirado John. Para quien quiera tener una referencia de él como profesional, es el director de “El diario de Noa”. Ya en esta me había sorprendido. En aquella ocasión también pensé que se trataba de la típica película de amor y me llevé la grata sorpresa de comprobar que tenía algo más. En el caso de “Alpha Dog” esta sensación se multiplica por diez. Nick ha conseguido hacer una combinación perfecta entre lo que llamamos una película comercial, y una de actores, sin olvidarse de una revisión social que agita pero no mueve (tal vez este merito le corresponda más a directores como Larry Clark) los cimientos de la clase medio-alta americana.

Al parecer la idea del guión surge de la preocupación del director y guionista por las compañías adolescentes de su hija. A partir de personajes reales, comienza a investigar sobre alguno de ellos. No se trata de adolescentes de barrio bajo. No. Son hijos de acomodados profesionales a los que no les falta de nada, y aún así se meten en problemas serios. Hace unos días leía en el periódico que el hijo de Al Gore (el ex vicepresidente ecológico-oscarizado) era detenido por la policía de Los Ángeles en su coche eléctrico último modelo (este tipo de coche es un símbolo de estatus entre los ricos americanos. Nada que ver con la ecología), borracho y portando una gran cantidad de marihuana. No hace falta que mencione a Paris Hilton, o a alguna de las nuevas jóvenes estrellitas jóvenes californianas. Parece que es un problema bastante común en Estados Unidos, y sé por casos cercanos que en España la situación se repite. Lo cierto es que Nick se plantea que sucedería si una de estas situaciones se les fuera de las manos a estos inmaduros niñatos ricos de papa. El resultado es sobrecogedor. Cassavetes mezcla ficción y realidad, y nos ofrece un testimonio casi documental (recurso estilístico que llega a utilizar) de como se mueven estos chicos.

La película comienza con unas imágenes de video casero en las que vemos a unos niños jugando. Parecen felices. Crecen superprotegidos, con familias que les dan todo lo que necesitan. Pero las imágenes son parte de los títulos de crédito del principio y la idea se pierde un poco porque aún no sabes nada de la historia. Tal vez si hubiesen aparecido en los créditos finales hubiesen sido más impactantes.

El director nos presenta al personaje de Ben Foster, eje de toda la trama. Un joven desfasado que mezcla sus ansias de adaptarse a una vida convencional, en un trabajo convencional y sus problemas con las drogas. En concreto, el problema que le genera tener que pagar el dinero que le debe a un camello trapicheo de barrio rico. Resaltar la paradoja que supone la secuencia en la que Ben va a pedirle dinero a papa, con lo radical de su postura contestataria.
Johnny True Love (Emile Hirsch) es el camello jefecillo ególatra que el director consigue humanizar para demostrarnos que en realidad es un adolescente inseguro y cobarde que no sabe como actuar y que se deja llevar por las circunstancias. Muy lejos por ejemplo del personaje de Al Pacino en “El precio del poder”, que no muestra un ápice de duda o humanidad.
Como en todo grupo, hay una serie de personajes que completan los roles. Por encima de todos (no en el grupo, sino en cuanto a interpretación) el cantante Justin Timberlake, cuyo personaje se ve arrastrado por la situación, y que cumple el rol de amigo enrollado, graciosillo y carismático. Ni idea cómo será como cantante, o si se le incorporó al reparto por parle publicidad gratis a la película (aunque creo que no, porque ya participó en “El diario de Noa”) Pero la verdad es que borda el personaje. Lo eleva por encima de todos, consigue la identificación del espectador, y en todo momento esperas que haga algo por evitar el desastre. Pero no es una película de trama y el personaje responde como el adolescente inseguro que es, dejándose llevar por el miedo y la inconsciencia.
Elvis es el chaval que busca la aprobación y el reconocimiento de sus “superiores” y está interpretado por Shawn Hatosy. Un papel difícil y nada agradecido, que el actor borda. Brutal la secuencia de una de las fiestas (la película está plagada de ellas) en la que la tensión se puede cortar con un cuchillo ante la orden de Truelove de que le haga una mamada, ridiculizándole delante de todo el grupo.
Como no he desentrañado nada esencial de la trama, mencionaré de pasada a Antón Yelchin, que aunque se convierte en el inconsciente protagonista por ser el hermano de Foster (el moroso del que hablé al principio) Es el personaje que más rápido crece de la película. Pasa en unas secuencias que muestran su paso de la niñez a la adolescencia de manera inconsciente pero satisfactoria para él... lastima que no le de tiempo a disfrutarlo. Para amparar a este fantástico “brat pack”. Grupo de actores jóvenes que estoy seguro darán mucho que hablar, están los imprescindibles papas interpretados por Bruce Willis y por Sharon Stone. Aportando el punto necesario de solidez y experiencia en unas secuencias brillantes (desgarradora en el caso de Sharon, que aparece hacia el final con cincuenta kilos de más, contando como se ha intentado suicidar)

En definitiva, una película de actores, que interpretan a la perfección. Probablemente porque Cassavetes se tomó la molestia de encerrarse con ellos en una casa para hacer largas sesiones de entrenamiento físico y ensayos en grupo. Y hablando de “brat pack”, si te gusta la literatura, seguro que inmediatamente identificaras “Alpha Dog” con “Menos que cero” de Bret Easton Ellis. Un reflejo de lo podrida que está la sociedad de la generación que algún día (más temprano que tarde) dirigirá el mundo.... y un trabajo de dirección fantástico que me hace esperar impaciente la próxima película de este director que aprendió de su padre que el cine es un reflejo de la sociedad, que la sociedad está compuesta de individuos, y que los individuos son el corazón de cualquier historia.

Víctor Gualda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te has superado con esta crítica. dan ganas de ver la película sólo con leerla. Por cierto, te has quedado a gusto con el último parrafo.

Anónimo dijo...

Esta peli no hay por donde cogerla, tanto en la forma como en el contenido es una especie de videoclip de la MTV. Es un tipo de pretendido cine social barroco, cursi y grunge.